La forja en caliente y la forja en frío seguida de tratamiento
térmico se utilizan en la industria del automóvil para la fabricación
de piezas del motor, la transmisión y la suspensión, así como
otros componentes
Tradicionalmente, la forja implicaba el calentamiento de
tochos (barras) de hierro en hornos individuales caldeados con
fueloil, situados cerca de martinetes de vapor accionados individualmente.
Luego se colocaba el hierro caliente en la mitad inferior
de una estampa, o matriz, metálica cuya mitad superior
estaba unida al martinete. El hierro adquiría el tamaño y la
forma deseados mediante múltiples impactos del martinete. En
la actualidad, estos procesos se sustituyen por el calentamiento
por inducción de los tochos, los cuales se trabajan en prensas de
forja que utilizan presión en lugar de impactos para conformar
la pieza metálica, y recalcadoras, o por la forja en frío seguida
de tratamiento térmico.
El proceso de forja es extremadamente ruidoso. La exposición
al ruido puede reducirse sustituyendo los hornos de fueloil por
dispositivos de calentamiento por inducción, y los martinetes
por prensas de forja y recalcadoras. El proceso también produce
humos. Los procedentes del fueloil pueden reducirse modernizando
el horno.
La forja y el tratamiento térmico son operaciones que
producen intenso calor. Para reducir el estrés por calor se
requiere la refrigeración puntual mediante la circulación de aire
renovado por encima de los trabajadores en las zonas de
proceso.
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