Los EPP contra caídas constan de un arnés de cuerpo entero con
un cabo enganchado a un cable salvavidas del barandillado o a
cualquier otro tipo de anclaje adecuado. Se trata de sistemas utilizados
habitualmente para frenar la caída, aunque pueden
emplearse también con sistemas de sujeción contra las caídas.
Los sistemas de amortiguación de caídas se utilizan sobre todo
al trabajar sobre plataformas en las cuales los controles técnicos
resultan ineficaces, generalmente por las propias limitaciones del
proceso de trabajo. También se utilizan para trabajar sobre las
superficies del avión, debido a las dificultades logísticas
asociadas a los controles técnicos. Los aspectos más problemáticos
de los sistemas de amortiguación de caídas y del trabajo
sobre las superficies del avión son la distancia de caída con
respecto a la movilidad del personal y el peso añadido a la
estructura del avión para sostener el sistema. La cuestión del
peso puede eliminarse si el sistema se diseña de manera que se
ancle a algún lugar de la instalación en torno a la superficie del
avión, en vez de a la propia estructura del aparato; no obstante,
también esto supone una limitación a la capacidad protectora
contra las caídas en la ubicación de la propia instalación. En la
Figura 90.2 se muestra un andamio portátil utilizado como
sistema de amortiguamiento de caídas. Los sistemas de este tipo
se emplean en tareas de mantenimiento más que en las de construcción
(aunque se usan en ciertos momentos de la fase de construcción).
Un sistema de sujeción contra caídas está diseñado de manera
que el personal no pueda caer por el borde de una superficie.
Son sistemas muy parecidos a los de amortiguación, ya que
todos los componentes son los mismos; ahora bien, los de sujeción
limitan la libertad de movimientos de la persona, que no
puede llegar lo suficientemente cerca del borde de la superficie
como para caerse. De los sistemas de protección personal, los de
sujeción son los preferidos tanto para trabajos de mantenimiento
como de construcción, ya que evitan cualquier lesión por las
caídas y no precisan de labores de rescate. Su uso no está extendido
ni en el trabajo sobre plataformas ni sobre las superficies
del avión, debido a las dificultades que entraña el diseño de
sistemas que permitan la libertad de movimientos que los trabajadores
necesitan para desarrollar su tarea, a la vez que su
acceso al borde de la superficie queda restringido. Son sistemas
que reducen el problema del peso y de la eficacia al trabajar
sobre las superficies del avión, ya que no requieren la resistencia
necesaria en los de amortiguamiento. En el momento de
imprimir esta publicación, sólo existe un tipo de avión
(el Boeing 747) que disponga de un sistema de sujeción contra
caídas incorporado a su estructura (véanse las Figuras 90.3
y 90.4).
Hay un cable salvavidas horizontal enganchado a unos ajustes
permanentes de la superficie alar, creando así seis zonas de
protección. Los trabajadores conectan un cabo de 1,5 m a unas
anillas en forma de “D” o a las extensiones de cincha que corren
a todo lo largo del cable salvavidas, desde la zona 1 hasta la zona
4, y que son fijas en las zonas 5 y 6. El sistema permite acceder
solamente al borde del ala, evitando así la posibilidad de caer
desde la superficie de la misma.
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