sábado, 28 de septiembre de 2013

Efectos para la salud y la seguridad comunes a todos los procesos

Según el US Bureau of Labor Statistics, la industria automovilística presenta uno de los índices generales de siniestralidad laboral más elevados: 1 de cada 3 trabajadores se lesionan al año, siendo las lesiones en 1 de cada 10 casos lo bastante graves para provocar profesional por lesiones traumáticas agudas en toda la vida laboral es de 1 por cada 2.000. 
Ciertos peligros son generalmente característicos de los agrupamientos profesionales de la industria del automóvil, en tanto que otros, especialmente los de origen químico, son característicos de determinados procesos de producción. El trabajo cualificado y las tareas de manutención mecánica entrañan un alto riesgo de lesiones traumáticas graves y mortales. Aunque los profesionales cualificados representan menos del 20 % de la plantilla, sufren el 46 % del total de lesiones mortales de origen profesional. Las tareas de manutención mecánica producen el 18 % de los fallecimientos.
La mayor parte de los fallecimientos de trabajadores cualificados ocurren durante las actividades de mantenimiento y servicio, siendo la causa principal la energía incontrolada. Entre las medidas preventivas se incluyen la aplicación de programas de bloqueo de energía, la colocación de resguardos en las máquinas, la prevención de caídas y la seguridad de las carretillas industriales y las grúas, y todas se basan en análisis orientados a la seguridad en el trabajo
En contraste, los trabajos de producción fijos presentan mayores índices de lesiones generales y trastornos por traumatismos repetidos, pero un bajo riesgo de lesiones mortales. Las lesiones musculosqueléticas, como los trastornos por traumatismos repetidos y las tensiones y dislocaciones provocadas por sobreesfuerzo o movimientos repetitivos, que están estrechamente relacionados con los anteriores, representan el 63 % de lesiones con resultado de discapacidad en las instalaciones de montaje y aproximadamente la mitad de las lesiones en procesos de otro tipo. Las principales medidas preventivas son la aplicación de programas ergonómicos basados en análisis de los factores de riesgo y la reducción estructurada de la fuerza, la frecuencia y el estrés postural en trabajos de alto riesgo. Los trabajos de servicio de producción y los trabajos especializados son los que entrañan la mayor parte de los riesgos químicos agudos y de alto nivel. Normalmente, estas exposiciones se producen durante la limpieza periódica, la respuesta a derrames y alteraciones de procesos, y la entrada en espacios confinados durante las actividades de mantenimiento y servicio. 
Entre estas situaciones peligrosas destacan las exposiciones a disolventes. Se desconocen las consecuencias de larga duración que estas altas exposiciones intermitentes tienen para la salud. Los operarios que embrean suelos de madera, como los que se utilizan en muchas instalaciones, o queman pernos con soplete en el piso de las naves de estampación, sufren elevadas exposiciones a sustancias volátiles cancerígenas de breas de alquitrán de hulla. En estos grupos se ha observado una mortalidad excesiva por cáncer de pulmón. Las medidas preventivas se centran en la adopción de programas de entrada en espacios confinados y de respuesta a residuos peligrosos y a emergencias, aunque la prevención a largo plazo depende de la modificación del proceso para eliminar la exposición. Donde más evidentes resultan los efectos de la exposición crónica a sustancias químicas y a algunos agentes físicos es entre los trabajadores de producción fija, debido principalmente a que estos grupos son más fáciles de estudiar. Casi todos los efectos adversos considerados específicos de ciertos procesos se deben a exposiciones comprendidas dentro de los límites de exposición profesional actualmente vigentes, por lo que la protección dependerá de la reducción de los límites admisibles. A corto plazo, las exposiciones y riesgos pueden reducirse adoptando las mejores prácticas posibles, como unos sistemas de extracción bien diseñados y mantenidos. La pérdida auditiva inducida por ruido es un efecto generalizado en todos los segmentos de la industria. 
Todos los sectores de la población activa están sujetos a estrés de origen psicosocial, aunque éste es más evidente en los trabajos administrativos, técnicos, de apoyo administrativo, directivos y profesionales, por el hecho de sufrir generalmente una exposición menos intensa a otros peligros. No obstante, el estrés en el trabajo suele ser más intenso entre los trabajadores de producción y mantenimiento, y los efectos del estrés también suelen ser mayores. No se ha implantado ningún medio eficaz de reducción del estrés causado por el trabajo nocturno y en turnos rotativos, aunque los convenios de turnos preferenciales permiten cierta autoselección, y se compensa con primas de turno a los trabajadores a los que se les asignan los turnos peores. La aceptación de los turnos rotativos por la plantilla es un hecho histórico y cultural. El personal cualificado y de mantenimiento trabaja bastantes más horas extraordinarias y durante las fiestas, vacaciones y paradas, que el personal de producción. Los programas de trabajo incluyen normalmente dos turnos de producción y un turno de mantenimiento más corto; esto ofrece una cierta flexibilidad para horas extraordinarias en periodos de aumento de producción. 
En la exposición siguiente se agrupan los peligros químicos y algunos peligros físicos específicos por tipos de producción y se tratan los peligros de lesiones y ergonómicos por clasificaciones laborales.

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