miércoles, 11 de septiembre de 2013

Actividades de construcción

En la construcción de motores para aviación intervienen prácticamente todas las actividades relacionadas con la metalurgia y la mecanización, entre ellas: forja en caliente (discos de compresor, superficies aerodinámicas); fundición (componentes estructurales, bastidores de motor); esmerilado; mandrinado; torneado; taladrado; fresado; cizallado; serrado; fileteado; soldadura normal; soldadura de latón; etc. Entre los procesos asociados cabe destacar: acabado de metales (anodización, cromado, etc.); galvanizado; tratamiento calórico y pulverización térmica (llama, plasma). La resistencia y gran dureza de las aleaciones empleadas, junto con sus complejas formas y sus holguras de precisión, requieren un mecanizado más difícil y riguroso que el propio de otros sectores industriales. 
Algunos de los procesos metalúrgicos más exclusivos de este sector son los fresados químico y electroquímico, la mecanización por descargas eléctricas, el taladrado mediante láser y la soldadura por haz de electrones. Los fresados químico y electroquímico suponen la retirada de metal de grandes superficies de forma que se mantenga o se cree un contorno. Las piezas, dependiendo de su aleación específica, se sumergen en baños controlados de altas concentraciones ácidas, cáusticas o electrolíticas. El metal se retira por la acción química o electroquímica. El fresado químico se emplea a menudo tras el forjado de las superficies aerodinámicas para conseguir el grosor especificado, manteniendo un contorno concreto.
El mecanizado por descargas eléctricas y el taladrado mediante láser se emplean habitualmente para practicar orificios de pequeño diámetro o dar contornos intrincados a los metales duros. En los componentes de las cámaras de combustión y de las turbinas es donde más se utilizan esos orificios, a efectos de refrigeración. La retirada del metal se lleva a cabo mediante la acción termomecánica de alta frecuencia producida por descargas de chispa eléctrica. El proceso se realiza en un baño de aceite mineral dieléctrico. El electrodo actúa a modo de imagen inversa del corte deseado. 
La soldadura por haz de electrones se utiliza para la unión de piezas donde se requiere una soldadura de penetración profunda, en geometrías de difícil acceso. La soldadura se genera dirigiendo un haz de electrones acelerado al interior de una cámara de vacío. La energía cinética generada por los electrones al golpear sobre la pieza de trabajo, se transforma en calor para efectuar la soldadura. 
En la fabricación de materiales plásticos compuestos o bien se aplican técnicas de acumulación “en mojado”, o se utilizan tejidos previamente impregnados. Con la acumulación en mojado, la mezcla viscosa de resinas sin curar se extiende sobre el molde de la herramienta bien mediante pulverización o mediante el empleo de brochas. El material de refuerzo por fibras se aplica manualmente a la resina, añadiendo más resina para dar uniformidad y adaptarse al contorno de la herramienta. Una vez finalizada la aplicación se somete a la presión y temperatura de un autoclave. Los materiales impregnados previamente son láminas semirrígidas, listas para utilizar y parcialmente curadas de materiales compuestos a base de resina y fibra. El material se corta a la medida, se moldea a mano según el contorno y la forma de la herramienta y se cura posteriormente en un autoclave. Las piezas curadas se mecanizan de manera convencional y se instalan en el motor.

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