miércoles, 18 de septiembre de 2013

CUESTIONES AMBIENTALES Y DE SALUD PUBLICA - III

Las normativas en materia de ruido han seguido caminos parecidos. La Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos y la Organización de Aviación Civil Internacional han fijado una serie de objetivos estrictos para lograr mejoras en la reducción de los niveles de ruido generados por los motores de aviación (p. ej.: la Ley sobre Capacidad y Ruido en los Aeropuertos Norteamericanos de 1990). Las compañías aéreas tienen la alternativa de sustituir los aparatos más antiguos, como los Boeing 727 o los McDonnell Douglas DC-9 (aparatos de la Etapa 2, según las definiciones de la OACI) por aparatos de la nueva generación, o remotorizar y modernizar estos aviones dotándoles de “silenciadores”. La retirada del servicio de los ruidosos aviones de la Etapa 2 será obligatoria en los Estados Unidos el 31 de diciembre de 1999, fecha de entrada en vigor de las normativas de la Etapa 3.
Otro riesgo de las actividades aeroespaciales es la amenaza de caída de objetos, como residuos, piezas de aviones y satélites. La frecuencia con que se producen estas caídas es variable, pero la más habitual es el denominado “hielo azul”, originado por fugas en los sistemas de drenaje de los lavabos de los aviones, permitiendo el escape de residuos que se congelan en el exterior del avión y terminan por desprenderse y caer. Las autoridades aeronáuticas están considerando la implantación de normativas que exijan inspecciones adicionales para corregir las fugas existentes en los citados sistemas de drenaje. Otros riesgos, como los producidos por los restos de satélites en vuelo, pueden resultar peligrosos en determinados casos (p. ej.: cuando se trate de instrumentos radiactivos o de fuentes de alimentación), aunque el riesgo que suponen para la población en general es extremadamente bajo.
Muchas compañías han constituido organizaciones para abordar la cuestión de la reducción de emisiones. Ya se han establecido los correspondientes objetivos en materia ambiental y se han puesto en vigor las políticas oportunas. La gestión de las autorizaciones, el transporte y manejo seguro de los materiales, su desecho y tratamiento requieren el concurso de ingenieros, técnicos y administradores. 
Ingenieros especialistas en medio ambiente, ingenieros químicos y demás técnicos trabajan como administradores e investigadores. Además, el objeto de los programas no es otro que ayudar a la eliminación de las fuentes de emisiones químicas y de ruido en las fases de diseño o de proceso.

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