miércoles, 29 de octubre de 2014

JOYERIA

La industria de la joyería utiliza piedras preciosas y semipreciosas, piedras sintéticas, conchas, corales, perlas, metales preciosos, esmaltes metálicos y otros materiales más modernos, como resinas epóxicas y polímeros de vinilo, con el fin de fabricar anillos, pendientes, collares, colgantes y otros objetos de adorno personal. El tamaño y los procesos de trabajo de los talleres de joyería son variables, como lo son los riesgos a ellos asociados. 
Procesos, riesgos y precauciones 
Piedras preciosas e incrustaciones Gran parte de la manufactura de joyas consiste en la incrustación de piedras preciosas en metales preciosos o aleaciones de éstos. Las piedras se cortan con la forma deseada y luego se pulen. Los metales que sirven de base se modelan y pulen. Las incrustaciones se han hecho tradicionalmente con moldes de “inyección”. Las aleaciones con un punto de fusión bajo, como las de cadmio y mercurio, se han empleado también en la fundición de metales. Los métodos de vaciado recientes han supuesto un avance, al permitir mayor calidad en los objetos fundidos. Las piedras se pegan a sus bases de metal mediante adhesivos, por soldadura o por grapas aplicadas mecánicamente sobre partes del marco de metal. Las bases suelen revestirse con capas de metales preciosos. Los riesgos para la salud suelen originarlos las exposiciones a humos de metales, vapores de ceras o polvo de las piedras y metales, y la escasa iluminación, que puede dañar la vista. El trabajo con piezas finas de joyería requiere en general una ventilación adecuada, iluminación suficiente y el empleo de lentes de aumento. Se recomiendan también puestos de trabajo con un diseño ergonómico apropiado. 
Corte y pulido de piedras 
Las piedras preciosas, semipreciosas y sintéticas (diamante, jade, rubí, granate, jaspe, travertino, ágata, ópalo, turquesa y amatista) suelen cortarse en la forma deseada con pequeñas sierras antes de su incrustación. Los riesgos más frecuentes son las heridas en la piel y en los ojos, y los peligros para la salud derivados de la inhalación de polvos (por ejemplo, silicosis causada por piedras de cuarzo). Entre otras medidas preventivas se encuentran la instalación de recolectores de polvo, de sistemas de ventilación, el empleo de lentes de aumento, la adecuada iluminación del lugar de trabajo, el diseño ergonómico de los puestos de trabajo e instrumentos y el empleo de gafas protectoras.

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