sábado, 11 de octubre de 2014

Soldadura

Los riesgos físicos que entraña la soldadura son los incendios, las descargas eléctricas procedentes de los equipos de soldadura, las quemaduras por chispas de metales fundidos y las lesiones causadas por una exposición excesiva a radiación infrarroja y ultravioleta. Las chispas de la soldadura pueden saltar a distancias de 12 metros. Los rayos infrarrojos pueden causar quemaduras y lesiones en los ojos. Los rayos ultravioleta producen quemaduras, y si la exposición es continuada pueden causar cáncer de piel. La soldadura de arco eléctrico entraña el riesgo de contraer conjuntivitis y padecer lesiones de córnea por exposición a radiación ultravioleta. Es necesario proteger la piel y los ojos contra la radiación ultravioleta e infrarroja. 
Los sopletes oxiacetilénicos producen monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno y acetileno sin quemar (de baja toxicidad). El acetileno que se encuentra en el mercado contiene otros gases tóxicos e impurezas en pequeñas cantidades. Las bombonas de gases comprimidos pueden causar incendios y explosiones, y, junto con las mangueras y conexiones, deben inspeccionarse y mantenerse en buen estado, guardándose en lugares secos, bien ventilados y fuera del alcance de personas no autorizadas. Los envases de combustible deben almacenarse en lugares separados de las bombonas de oxígeno. La energía producida por la soldadura de arco puede convertir el nitrógeno y el oxígeno del aire en óxidos de nitrógeno y ozono, irritantes pulmonares. Cuando se trabaja con soldadura de arco a una distancia menor de seis metros de disolventes desengrasantes clorados puede producirse gas de fosgeno por efecto de la radiación ultravioleta. 
La vaporización de metales, las aleaciones y los electrodos empleados en la soldadura de arco producen emanaciones metálicas. También los flujos de fluoruros producen vapores tóxicos. En todo trabajo de soldadura es necesaria una ventilación adecuada; en la soldadura de acero es suficiente una ventilación de dilución, pero la mayor parte de las labores de soldadura requieren un sistema de ventilación por extracción localizada. Deben emplearse campanas con pestaña móviles o con rendijas laterales, y respiradores cuando no se disponga de ventilación. Muchos humos y polvos generados por los metales pueden provocar sensibilidad e irritación de la piel, como el polvo de bronce (cobre, zinc, plomo y estaño), cadmio, níquel, titanio y cromo. A ello se añaden otros problemas cuando se sueldan materiales revestidos de varias sustancias (por ejemplo, pinturas con plomo o mercurio).

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