martes, 14 de octubre de 2014

Arte por ordenador

Los ordenadores pueden utilizarse con fines artísticos: para la pintura, la visualización de imágenes fotográficas escaneadas, la producción de gráficos para impresión y televisión (por ejemplo, los créditos en pantalla), y para varios efectos de animación y especiales destinados al cine o la televisión. El uso del ordenador con fines artísticos es un fenómeno cada vez más extendido. Suele implicar problemas de ergonomía por lo común relacionados con tareas repetitivas y con una incorrecta distribución de sus componentes. 
Los más comunes son: molestias en las muñecas, los brazos, los hombros, el cuello y problemas de la vista. La mayoría son de carácter leve, aunque pueden aparecer también lesiones incapacitantes, como la tendinitis crónica o el síndrome del túnel carpiano. La actividad creativa por ordenador suele requerir largos períodos de manejo del ratón o del teclado para diseñar y ajustar los trabajos. Es importante que los usuarios de ordenador efectúen pausas periódicas, que resultan más eficaces cuando se hacen en intervalos frecuentes y cortos, en lugar de largos descansos cada dos horas. La distribución de los distintos componentes con respecto al usuario, un diseño que le permita una postura correcta y que asegure la comodidad visual son factores fundamentales. 
Los componentes de un puesto de trabajo con ordenador deben poder ajustarse con facilidad a las diferentes tareas y a las personas que lo utilizan. La vista cansada puede prevenirse efectuando pausas para que los ojos descansen, impidiendo los reflejos y destellos, y colocando la pantalla a la altura de los ojos. Otra forma de reducir las molestias oculares es utilizar monitores con una frecuencia de imagen de 70 Hz, para disminuir el parpadeo. Los efectos de la radiación que emiten los ordenadores son diversos. Los niveles de emisión de radiación ultravioleta, visible, infrarroja, de radiofrecuencia y microondas suelen ser bajos o normales. 
No están muy claros los posibles efectos sobre la salud de las ondas de baja frecuencia originadas por los circuitos eléctricos y los componentes electrónicos de los ordenadores. Hasta la fecha no se han encontrado pruebas científicas de los riesgos que entraña la exposición a los campos magnéticos relacionados con los monitores de ordenador, que, por otra parte, no emiten niveles peligrosos de rayos X.

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