lunes, 30 de diciembre de 2013

Equipo de acceso motorizado

En algunos trabajos, tanto de construcción como de mantenimiento, puede resultar más práctico utilizar equipos de acceso motorizados que andamios de cualquier tipo. El poder acceder a la parte inferior del tejado de una fábrica en la que se efectúa una renovación del revestimiento o a unas pocas ventanas de un edificio puede ser más barato y seguro que envolver toda la estructura con un andamio. El equipo de acceso motorizado es ofrecido por los fabricantes en diversas formas; por ejemplo: plataformas que se pueden elevar y bajar verticalmente por acción hidráulica o abriendo y cerrando unos gatos de tijera y brazos articulados accionados hidráulicamente, con una plataforma de trabajo o una cesta al final del brazo, denominados comúnmente recogecerezas. Tal equipo suele ser móvil y se puede desplazar al lugar requerido y entrar en servicio en pocos momentos. La utilización segura de este equipo requiere que el trabajo sea compatible con las especificaciones de la máquina descritas por su fabricante (p. ej., el equipo no debe ser sobrecargado ni trabajar a distancias mayores de las señaladas). El equipo de acceso motorizado precisa un suelo firme y horizontal sobre el cual trabajar; puede ser necesario instalar contravientos para asegurarse de que la máquina no vuelque. Los operarios deben tener acceso a los mandos desde la plataforma de trabajo. También deben estar entrenados en el uso del equipo. Adecuadamente mantenido y manejado, este tipo de equipo puede facilitar un acceso seguro cuando sea prácticamente imposible instalar un andamio; por ejemplo, durante las fases iniciales de montaje de una estructura metálica o para facilitar el acercamiento de los montadores a los puntos de conexión de vigas y pilares.

domingo, 29 de diciembre de 2013

Superestructura

La erección de la parte principal de una estructura de edificación o de ingeniería civil (la superestructura) tiene lugar después de la culminación de los cimientos. Esta parte del proyecto generalmente exige trabajar en altura por encima del terreno. Las caídas de altura o en el mismo nivel constituyen la causa más importante de accidentes mortales o de lesiones importantes. 
Trabajos con escaleras Incluso si el trabajo consiste simplemente en la construcción de una casa, el número de obreros que intervienen, la cantidad de materiales que se han de manipular y, en las fases finales, las alturas a las que se tiene que realizar el trabajo, hacen que sea necesario el uso de algo más que simples escaleras para acceder con seguridad a los puestos de trabajo. Existen limitaciones en el tipo de trabajo que se puede realizar con seguridad desde escaleras. El trabajo a una altura superior a 10 m sobre el terreno generalmente no puede realizarse con seguridad desde una escalera; las escaleras largas son en sí mismas de peligroso manejo. Los obreros subidos en escaleras tienen un alcance limitado y no pueden llevar con seguridad cualquier tipo de equipos y materiales; el esfuerzo físico para permanecer sobre los peldaños de la escalera limita el tiempo que pueden invertir en tales trabajos. Las escaleras son útiles para ejecutar trabajos de corta duración y con pesos ligeros a una distancia segura, como por ejemplo la inspección, reparación y pintura de pequeñas zonas de la fachada del edificio. Las escaleras también sirven para acceder a los andamios, a las excavaciones y a las estructuras a las que no se ha dotado de un acceso más permanente. Será necesario el uso de plataformas de trabajo provisionales, la más común de las cuales es el andamio. En bloques de apartamentos de varias plantas, edificios de oficinas o la estructura de un puente resulta necesario el empleo de andamios de diversa complejidad, en función de las características del trabajo. 
Andamios Los andamios consisten en armazones de acero o madera fácilmente ensamblables sobre los cuales se pueden colocar plataformas de trabajo. Los andamios pueden ser fijos o móviles. Los andamios fijos, es decir, los que se levantan a lo largo de un edificio o estructura, pueden ser independientes o de parales. El tipo de andamio independiente lleva pies derechos o zancos a lo largo de ambos lados de las plataformas y es capaz de permanecer en posición vertical sin apoyarse en el edificio. El andamio de parales tiene zancos a lo largo del borde exterior de sus plataformas de trabajo, pero el lado interior se apoya en el propio edificio, y una parte del armazón del andamio, los parales o almojayas, tienen extremos aplanados que se colocan entre las hiladas de la fábrica de ladrillo para lograr su apoyo. Incluso el tipo de andamio independiente necesita ser rígidamente arriostrado o asegurado a la estructura en intervalos regulares si existen plataformas de trabajo por encima de 6 m o si el andamio está provisto de lonas de protección de las inclemencias del tiempo, lo cual incrementa los esfuerzos debidos al viento. Las plataformas de trabajo sobre andamios consisten en tableros de madera de buena calidad colocados a nivel y con ambos extremos firmemente apoyados; si la madera es propensa a combarse debido a la carga de personal o materiales, será necesario disponer apoyos intermedios. Las plataformas nunca serán de un ancho menor de 600 mm si se usan para acceder y para trabajar en ellas, o menor de 800 mm si también se usan para soportar materiales. Si existe riesgo de caídas de más de 2 m deberá protegerse el borde exterior con una barandilla rígida, sujeta firmemente a los pies derechos, a una altura comprendida entre 0,91 y 1,15 m sobre la plataforma. Para evitar la caída de materiales desde la plataforma se colocará un zócalo de una altura mínima de 150 mm sobre la plataforma en todo el borde exterior, también sujeto a los pies derechos. Si se tuvieran que quitar las barandillas y los zócalos para permitir el paso de materiales, deberán reemplazarse lo antes posible. Los zancos de los andamios deberán mantenerse en posición vertical y firmemente apoyados en su base sobre placas, y si es necesario sobre durmientes de madera. El paso, dentro de los andamios fijos, de un nivel de trabajo a otro se hace generalmente a través de escaleras. Estas deberán estar sujetas debidamente por la parte superior e inferior y prolongarse al menos 1,05 m por encima de la plataforma. Los principales riesgos del empleo de andamios —caídas de personas o materiales— generalmente se producen por deficiencias tanto en el montaje inicial (omisión de la colocación de una barandilla), por un uso indebido (una carga excesiva) o por una adaptación hecha de modo inadecuado en el curso de los trabajos (p. ej., se añaden lonas para la protección atmosférica sin amarrarlas convenientemente al edificio). Otros ejemplos: tableros de madera de las plataformas de los andamios que se desplazan o se rompen; escaleras que no se amarran en su parte superior e inferior. La lista de acciones que pueden fallar si los andamios no se montan por personal experimentado bajo una supervisión adecuada, es casi interminable. Los mismos montadores de los andamios están, particularmente, expuestos al riesgo de caídas durante el montaje y desmontaje de los mismos, porque a menudo se ven obligados a trabajar en altura, en lugares expuestos sin plataformas de trabajo adecuadas (véase la Figura 93.4). Andamios torre. Los andamios torre pueden ser fijos o móviles, con una plataforma de trabajo en la parte superior y una escalera de acceso dentro del armazón de la torre. El andamio torre móvil se desplaza sobre ruedas. Tales torres pierden su estabilidad fácilmente y su altura deberá ser limitada; para un andamio torre fijo, la altura no superará más de 3,5 veces la dimensión más corta de la base; para los móviles, la proporción se reduce a 3 veces. La estabilidad de los andamios torre deberá incrementarse mediante el uso de contravientos. No se permitirá que los operarios permanezcan en lo alto de los andamios torre móviles mientras éstos se desplazan o si las ruedas no están bloqueadas. El riesgo principal de estos andamios es el de vuelco, lanzando al personal fuera de su plataforma; ello puede deberse a que la torre es demasiado alta con relación a la base, a la ausencia contravientos o ruedas de bloqueo, o a un uso indebido del andamio, tal vez sobrecargándolo. Andamios colgantes. La otra categoría principal de andamios está formada por los que andamios colgantes. El andamio colgante es, en esencia, una plataforma de trabajo colgada por medio de cables o tubos de una estructura superior como un puente. El andamio suspendido es también una plataforma o una cesta suspendida por cables, pero en este caso se puede subir y bajar. A menudo se coloca para los trabajos de mantenimiento y pintura, a veces como parte del edificio terminado. En ambos casos, el edificio o la estructura deberá ser capaz de soportar la plataforma suspendida, y los dispositivos de suspensión deben ser lo suficientemente robustos para soportar la carga prevista de personal y materiales, incluyendo las barandillas para evitar caídas. En el caso de plataformas colgantes, al menos, deberá haber tres espiras de cuerda en el tambor del cabrestante cuando la plataforma se halle en su posición más baja. Si no hay dispositivos para evitar la caída de la plataforma suspendida en caso de fallo de un cable, los operarios que están en la plataforma deberán usar un cinturón de seguridad y una cuerda amarrada a un punto de anclaje seguro en el edificio. El personal que utilice estas plataformas deberá ser instruido y tener experiencia en su uso. El principal riesgo que concierne a los andamios colgantes es el fallo de los dispositivos de soporte, bien de la estructura en sí misma, bien de los cables o tubos de los que cuelga la plataforma. Esto puede deberse a un montaje o instalación incorrecta del andamio colgante o suspendido, a una sobrecarga o a cualquier otro tipo de uso indebido. El fallo de los andamios colgantes ha causado múltiples accidentes mortales y puede poner en peligro a los viandantes.

sábado, 28 de diciembre de 2013

Apuntalamiento de los costados de la trinchera

Apuntalamiento de ambos lados. No resulta seguro confiar en el desmonte o “achaflanado” de los lados de la excavación hasta un ángulo seguro. Si se trata de un terreno formado por arena o limos, el ángulo que ofrece seguridad puede llegar a ser de 5 a 10° sobre la horizontal, y, generalmente, no hay tanto espacio en la obra para una excavación tan ancha. El método más común de dotar de seguridad al trabajo de excavaciones es sostener ambos lados de la zanja mediante una entibación. Con el sostenimiento de ambos lados, las cargas que transmite el terreno por un lado son contrarrestadas por cargas similares que actúan a través de codales contra los costados opuestos. Es preciso usar madera de buena calidad para fabricar elementos verticales para el sistema de contención, conocidas como tableros de avance. Los tableros de avance se hincan en el terreno en cuanto empieza la excavación; los tableros se colocan borde contra borde, de modo que constituyen una pared de madera. La misma operación se efectúa a ambos lados de la excavación. A medida que ésta se hace más profunda, los tableros de avance se siguen hincando en el terreno antes de seguir bajando. Cuando la excavación llega a 1 metro de profundidad, se introduce una fila de elementos horizontales (denominados carreras o largueros) que se colocan contra los tableros de avance y se mantienen en posición por codales de madera o metálicos, acuñados contra los largueros opuestos con un espaciamiento regular. A medida que la excavación continúa, los tableros son hincados más profundamente en el terreno, juntamente con los largueros y codales; si la excavación es más profunda de 1,2 m será necesario crear una nueva fila de largueros y codales. Lógicamente, una excavación de 6 m de profundidad requerirá cuatro filas de codales. Los métodos normales de apuntalamiento con madera no se pueden aplicar si la profundidad es superior a 6 m , o si aparece agua en el terreno. En estas situaciones se requieren otros tipos de apuntalamiento de los laterales de las excavaciones, tales como planchas de acero verticales, separadas firmemente por largueros de madera horizontales y codales metálicos ajustables, o bien una protección total con tablestacas de acero. Ambos métodos ofrecen la ventaja de que las planchas de acero o las tablestacas se pueden hincar mecánicamente antes del comienzo de la excavación propiamente dicha. Además, tanto las planchas como las tablestacas pueden ser retiradas al final del trabajo y usadas de nuevo. Los sistemas de apuntalamiento para excavaciones de una profundidad superior a 6 m o en terrenos con aguas infiltradas deberán ser proyectados ex profeso; en estos casos las soluciones normales no sirven. 
Apuntalamiento de un solo costado. Una excavación que tenga forma rectangular y unas dimensiones demasiado grandes para que se puedan aplicar los métodos descritos anteriormente, puede tener uno o más de sus lados sostenidos por una fila de tableros de avance o planchas de acero. Estos, a su vez, son soportados, en primer lugar, por una o más filas de largueros horizontales que luego se mantienen en su sitio por puntales inclinados firmemente anclados o sujetos a puntos de apoyo. 
Otros sistemas. Es posible utilizar cajones prefabricados de acero de ancho regulable que se pueden hacer descender dentro de las excavaciones y dentro de los cuales se puede trabajar con seguridad. También es posible el uso de sistemas de marcos patentados, en los que un marco horizontal se hace descender en la excavación entre los tableros de avance o las planchas de acero; el marco se despliega a la fuerza y aplica la presión para mantener los tableros de avance derechos por la acción de gatos hidráulicos, presión que se puede transmitir mediante una bomba manejada desde un sitio seguro fuera de la excavación. 
Formación y supervisión. Cualquiera que sea el método de sostenimiento que se adopte, el trabajo deberá ser ejecutado por obreros cualificados bajo la supervisión de una persona con experiencia. La excavación y sus elementos de sustentación deberán inspeccionarse cada día y después de cada ocasión en que hayan sido dañados o desplazados (p. ej., después de una fuerte lluvia). Lo único que cabe presumir respecto a la seguridad y el trabajo en las excavaciones es que todo tipo de terreno es susceptible de fallar y, por tanto, no se deberá ejecutar ningún trabajo con operarios dentro de una excavación de más de 1 m de profundidad sin apuntalar. Véase también el apartado “Zanjas” en este Capítulo.

viernes, 27 de diciembre de 2013

Nuevos locales - II

Excavación 
Normalmente, el primer trabajo que se realiza en la obra después del reconocimiento del terreno y del replanteo, una vez que se ha adjudicado el contrato, (suponiendo que no haya necesidad de demoliciones o de despeje del emplazamiento), son los trabajos preliminares para la cimentación. En el caso de pequeñas casas de uso residencial, los cimientos probablemente no necesitarán excavaciones más profundas de medio metro y se excavarán a mano. Para bloques de apartamentos, edificios comerciales e industriales y algunas estructuras de ingeniería civil, los cimientos pueden necesitar bajar varios metros por debajo del nivel del terreno. Esto requerirá la excavación de zanjas en las que se tendrá que trabajar para rellenar los cimientos. Las zanjas de una profundidad superior a 1 metro probablemente se excavarán por medio de máquinas tales como las excavadoras. También se efectúan excavaciones para permitir el tendido de cables y tuberías. Los contratistas utilizan a menudo excavadoras especiales capaces de practicar excavaciones profundas y estrechas. Si los trabajadores tienen que penetrar en estos recintos excavados, los riesgos son esencialmente los mismos que se encuentran en las zanjas de cimentación. Sin embargo, en excavaciones o zanjas para cables y tuberías suele haber mayores posibilidades de adoptar métodos de trabajo que no fuercen a los operarios a introducirse en la excavación. El trabajo en excavaciones de profundidad superior a 1 m requiere una cuidadosa planificación y supervisión. El terreno es altamente impredecible; la lluvia, las heladas o la vibración producida por otras actividades constructivas en su proximidad pueden causar el deslizamiento de un terreno aparentemente firme. Lo que parece una arcilla firme y rígida, cuando está expuesta al aire se seca y se agrieta; con la lluvia, se ablanda y se desliza. Un metro cúbico de tierra pesa más de 1 tonelada; un trabajador que se vea alcanzado tan sólo por un pequeño desprendimiento de tierras corre el riesgo de resultar con roturas en las extremidades, sufrir aplastamiento de órganos y sofocación. A causa de la importancia vital para la seguridad de elegir un método adecuado de sostenimiento de los costeros de la excavación, antes del comienzo de los trabajos deberá hacerse un reconocimiento del terreno por personal con experiencia en excavaciones seguras, para determinar el tipo y las condiciones del terreno, en particular la presencia de agua.

jueves, 26 de diciembre de 2013

Nuevos locales - I

Concepción (proyecto) 
Los riesgos físicos para las personas involucradas en el diseño de nuevos locales surgen normalmente en las visitas del personal profesional para realizar los reconocimientos previos. Las visitas de personal sin compañía alguna a emplazamientos desconocidos o abandonados pueden exponerle a riesgos a causa de accesos peligrosos, huecos sin protección y excavaciones y, en un edificio, a causa de cables eléctricos o maquinaria en estado peligroso. Si la inspección requiere la entrada en habitaciones o excavaciones que han permanecido cerradas durante cierto tiempo, existe el riesgo de encontrarse con dióxido de carbono o con niveles escasos de oxígeno. Todos los riesgos se ven incrementados si se efectúan las visitas a un sitio sin iluminación después de oscurecer o si el visitante solitario no tiene medios de comunicarse con otras personas para reclamar ayuda. Por regla general, el personal profesional no debería ser requerido a visitar emplazamientos si tiene que hacerlo solo. No deberá hacer visitas después del ocaso a menos que el sitio esté bien iluminado. No deberá entrar en lugares cerrados a menos que antes se haya comprobado fehacientemente que el sitio es seguro. Por último, deberá permanecer en comunicación con su base o tener un medio efectivo de conseguir ayuda. La concepción o el proyecto propiamente dicho deberán influir de modo importante en la seguridad de los contratistas cuando éstos realicen los trabajos en la obra. De los proyectistas, bien sean arquitectos o ingenieros civiles, cabe esperar más que la simple confección de planos. Al crear su proyecto, deberán, en virtud de su preparación y experiencia, tener una cierta idea del modo en que será probable que se desarrolle el trabajo de los contratistas para hacerlo realidad. Su competencia deberá ser tal que sean capaces de indicar a los contratistas los riesgos que se derivarán de sus métodos de trabajo. Los proyectistas deberán eliminar en su diseño los riesgos que pueden surgir del mismo, haciendo la estructura más “edificable” en lo tocante a salud y seguridad y, siempre que ello sea posible, cambiando los materiales por otros más seguros en sus especificaciones. Deberán mejorar los accesos para el mantenimiento en la fase de proyecto, y reducir la necesidad de que los operarios de mantenimiento corran peligro, incorporando aspectos o materiales que requieran una atención menos frecuente durante la vida del edificio. En general, los proyectistas sólo pueden eliminar los riesgos en el proyecto hasta cierto punto; normalmente habrá riesgos residuales significativos que los contratistas habrán de tener en cuenta cuando conciban sus propios sistemas de trabajo seguros. Los proyectistas deberán suministrar a los contratistas la información sobre esos riesgos de modo que éstos puedan considerar tanto los riesgos como las medidas de seguridad necesarias, primero cuando oferten la obra y, después, cuando desarrollen sus sistemas para hacer el trabajo con seguridad. La importancia de incluir en las especificaciones materiales con mejores propiedades para la salud y la seguridad suele ser menospreciada cuando se aborda la seguridad desde el proyecto. Los proyectistas y los redactores de especificaciones deben considerar si se pueden obtener materiales con mejores propiedades tóxicas o estructurales o que se puedan utilizar y mantener con más seguridad. Esto requiere que los proyectistas mediten sobre los materiales que se van a usar y decidan si, de acuerdo con la práctica anterior, protegerán adecuadamente a los obreros de la construcción. A menudo, el factor decisivo en la elección de los materiales es el coste. Sin embargo, los clientes y los proyectistas deberían darse cuenta de que, mientras materiales con mejores propiedades tóxicas o estructurales pueden tener un coste inicial superior, a menudo resultan más rentables durante la vida del edificio, porque los operarios de la construcción y de mantenimiento requieren unos accesos o un equipo de protección menos costosos.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

TIPOS DE PROYECTOS Y SUS RIESGOS ASOCIADOS

Todas las estructuras de edificios y de obras civiles recorren el mismo ciclo de concepción o diseño, trabajos preliminares, edificación (incluyendo la cubierta de un edificio), acabados y prestación de servicios y puesta en marcha final antes de su entrada en servicio. A lo largo de los años, los edificios y estructuras que un día fueron nuevos necesitan mantenimiento, inclusive nueva pintura y limpieza; es probable que sean rehabilitados, reformados o reparados para corregir los daños ocasionados por el tiempo o por un accidente; y, finalmente, tendrán que ser demolidos para dar lugar a una instalación más moderna o porque su uso se ha hecho ya innecesario. Esto sucede con las casas; sucede igualmente con estructuras grandes y complejas como centrales eléctricas y puentes. Cada fase en la vida de la estructura de un edificio o una obra civil presenta riesgos generales (como el riesgo de caídas) o peculiares de ese tipo de proyectos (como el riesgo de derrumbamiento de las excavaciones durante la preparación de los cimientos en un edificio o en una obra civil).
Para cada tipo de proyecto (y, desde luego; para cada fase del proyecto) es posible predecir cuáles van a ser los principales riesgos para la seguridad de los operarios de la construcción. El riesgo de caídas es común a todos los proyectos de construcción, incluso los que se realizan a nivel del terreno. Esto viene avalado por la estadística de accidentes que muestra que la mitad de los accidentes mortales entre los operarios de la construcción implican caídas.

martes, 24 de diciembre de 2013

Aeropuertos

La rápida expansión del transporte aéreo desde mediados del siglo XX ha desembocado en una de las formas de construcción más complejas y de mayor importancia: la construcción y ampliación de aeropuertos. 
Los clientes de la construcción de aeropuertos suelen ser los gobiernos nacionales o locales u organismos públicos. Algunos aeropuertos se construyen para ciudades importantes. Los aeropuertos raramente se destinan a clientes privados tales como empresas de negocios. 
La planificación de la obra a veces se ve dificultada por las limitaciones medioambientales relativas a ruidos y contaminación que se imponen al proyecto. Los aeropuertos requieren un espacio considerable, y si se hallan situados en zonas densamente pobladas, la creación de las pistas y el espacio necesario para los edificios terminales y para los aparcamientos de vehículos pueden requerir la rehabilitación de terrenos abandonados o difíciles por otros motivos. La construcción de un aeropuerto presupone la nivelación de una extensa superficie, lo cual puede requerir el movimiento de tierras e incluso ganar terrenos al mar, y, a continuación, la construcción de numerosos edificios de grandes dimensiones, incluyendo hangares, talleres de mantenimiento, torres de control e instalaciones de abastecimiento de combustibles, además de los edificios terminales y el aparcamiento. Si el aeropuerto se construye en un terreno poco resistente, los edificios necesitarán cimentarse sobre pilotes. Las pistas requieren buenos cimientos; las capas de grava que apoyan a los pavimentos de hormigón u macadam asfáltico deben ser fuertemente compactadas. La maquinaria que se utiliza para la construcción de aeropuertos es similar en tamaño y tipo a la utilizada en los proyectos importantes de autovías, con la salvedad de que se encuentra concentrada en una zona limitada en vez de extenderse a lo largo de muchos kilómetros en una carretera. El mantenimiento de aeropuertos es un trabajo singularmente difícil si la renovación del pavimento de las pistas de vuelo ha de efectuarse sin interrumpir las operaciones del aeropuerto. Generalmente al contratista se le asignan un número de horas nocturnas convenido de modo que pueda trabajar en una pista que esté temporalmente sin utilizar. Toda la planta, materiales y trabajadores del contratista han de ser escoltados fuera de las pistas, y estar preparados para regresar al punto de trabajo inmediatamente a la hora de comienzo acordada. El contratista debe acabar su trabajo y abandonar las pistas de nuevo a la hora convenida, en que se reanudan los vuelos. Mientras realiza su trabajo en la pista, el contratista no deberá impedir o poner en peligro el movimiento de aviones en otras pistas adyacentes.

lunes, 23 de diciembre de 2013

Obras ferroviarias

La construcción de ferrocarriles sucedió históricamente a los canales y precedió a las carreteras importantes. Los clientes de los contratos de construcción ferroviaria pueden ser compañías ferroviarias u organismos públicos, si los ferrocarriles son financiados por el gobierno. Como en el caso de las carreteras, el proyecto de un ferrocarril que resulte económico y seguro de construir y operar depende de un buen reconocimiento previo del terreno. En general, las locomotoras no funcionan bien en pendientes escarpadas, y, por tanto, los proyectistas del trazado de las vías han de evitar los cambios de nivel, rodeando o atravesando los obstáculos mejor que pasando por encima de los mismos. Los proyectistas de ferrocarriles están sujetos a dos limitaciones particulares en primer lugar, las curvas del trazado de la vía deben tener un radio muy largo (de otro modo los trenes no pueden tomarlas); en segundo lugar, todas las estructuras relacionadas con el ferrocarril —sus puentes, túneles y estaciones— deben estar capacitados para acomodar el gálibo de las mayores locomotoras y material ferroviario que utilice la vía. El gálibo es la silueta del material ferroviario más una separación para facilitar el paso seguro a través de puentes, túneles, etc. Los contratistas que realizan trabajos de construcción y reparación de ferrocarriles requieren la maquinaria de construcción habitual y un apoyo logístico eficaz para asegurar que las vías, el balasto y el resto de los materiales siempre estén disponibles, incluso en los sitios alejados. Los contratistas pueden usar la vía que acaban de tender para los trenes de suministro de sus obras. Los contratistas que efectúan el mantenimiento de ferrocarriles en funcionamiento tienen que adoptar precauciones para que sus trabajos no interfieran con los movimientos de trenes y para no poner en peligro a los obreros o al público.

domingo, 22 de diciembre de 2013

Canales y dársenas

La construcción y reparación de canales y muelles incluye algunos aspectos de otros tipos de trabajos que ya se han descrito, como carreteras, túneles y puentes. Es particularmente importante en la construcción de canales que el reconocimiento del terreno sea muy minucioso antes del comienzo de la obra, en especial en relación con los niveles y para cerciorarse de que el material de la excavación puede usarse en otras partes de la obra. 
Es grande la deuda de los primeros ingenieros de ferrocarriles con la experiencia de los constructores de canales de un siglo antes. El canal requiere una alimentación de agua que ha de recoger de una fuente natural, como un río o un lago, o se ha de crear una artificial en forma de embalse. La excavación de canales comienza en terreno seco, pero antes o después ha de conectar con un río, un canal, el mar u otra dársena. La construcción de canales y dársenas requiere el uso de excavadoras y cargadoras que abran el terreno. Los productos de la excavación pueden ser retirados en camiones, o bien se puede transportar por vía acuática. Las dársenas, a veces, se desarrollan en terrenos con un largo historial de uso industrial. Desechos industriales se pueden haber introducido en el terreno a lo largo de muchos años, y los productos retirados durante la excavación o ampliación de las dársenas pueden estar altamente contaminados. El trabajo de reparación de un canal o una dársena es probable que se haya de ejecutar mientras que zonas adyacentes al mismo permanezcan en servicio. 
Los trabajos pueden tener que necesitar ataguías de protección. El fallo de una ataguía durante la ampliación de los Newport Docks en Gales en los primeros años de este siglo produjo cerca de cien víctimas mortales. Los clientes en el caso de canales y dársenas suelen ser las autoridades públicas. Sin embargo, a veces se construyen muelles para empresas junto a sus plantas de producción importantes o para clientes que mueven un tipo de mercancías particular (p. ej., automóviles). 
La reparación y renovación de canales se hace hoy en día frecuentemente para la industria del ocio. Al igual que las presas, también la construcción de canales y muelles puede tener que ejecutarse en lugares muy remotos, habiendo necesidad de proveer unas instalaciones para los obreros más alejadas que las de una obra normal.

sábado, 21 de diciembre de 2013

Presas

Las presas pueden estar formadas por ingentes volúmenes de tierra o de roca para crear una masa que resista la presión del agua contenida por ellas; algunas presas están también revestidas de piedra y otras de hormigón armado. En función de la longitud de la presa, su construcción suele requerir un movimiento de tierras de grandes proporciones. Las presas acostumbran a construirse en emplazamientos remotos impuestos por la necesidad de asegurar que el agua afluirá a un lugar en el que sea técnicamente posible restringir el caudal del río. Por ello, antes de comenzar la construcción de la presa habrá que abrir caminos provisionales para llevar la maquinaria, los materiales y el personal al emplazamiento. Los trabajadores en los proyectos de presas pueden hallarse tan lejos de sus hogares que es necesario facilitarles alojamiento a gran escala junto a las instalaciones de construcción usuales. Es necesario desviar el río del emplazamiento de los trabajos, para lo cual se tiene que construir una ataguía y un cauce provisional.
Una presa construida simplemente de tierra o roca desplazadas requiere una maquinaria importante de excavación, perforación y escariado, además de camiones. Si el muro de la presa se recubre de mampostería o de hormigón, será necesario emplear grúas elevadas y de largo alcance capaces de colocar los mampuestos, los encofrados y el hormigón en el sitio requerido. Será necesario un suministro continuo de hormigón de buena calidad, lo cual exigirá instalar una planta de fabricación de hormigón junto al lugar de los trabajos, cuyo hormigón se colocará por medio de una grúa o se bombeará hasta el lugar de colocación.

viernes, 20 de diciembre de 2013

Túneles

Los túneles son obras civiles de carácter muy especializado. Varían en dimensiones desde el túnel del Canal de la Mancha, con más de 100 km de galerías por 6 a 8 m de diámetro, a minitúneles cuya perforación es de dimensiones demasiado reducidas para que puedan entrar los obreros a trabajar y que se abren con máquinas lanzadas desde pozos de acceso y controladas desde la superficie. En zonas urbanas, los túneles pueden constituir la única manera de trazar o mejorar vías de transporte o para dar paso a servicios de agua y alcantarillado. El trazado previsto de un túnel requiere una prospección detallada para confirmar la clase de terreno en el que han de desarrollarse los trabajos y la posible aparición de aguas freáticas. La naturaleza del terreno, la presencia de agua subterránea y el uso final del túnel condicionan la elección del método de construcción del mismo. Si el terreno es consistente, como la arcilla margosa bajo el Canal de la Mancha, es posible realizar la excavación mecánicamente. 
Si no se encuentran altas presiones de agua freática durante el reconocimiento preliminar a la construcción, normalmente no es necesario presurizar las zonas de trabajo para mantenerlas libres de agua. Si es obligado trabajar con aire comprimido, ello incrementará los costes notablemente, pues se han de establecer esclusas de aire, los trabajadores necesitarán tiempos de parada para la descompresión, y el acceso a las zonas de trabajo de la maquinaria y los materiales puede ser más dificultoso. Un túnel de grandes dimensiones, para una carretera o ferrocarril, en terreno de roca no dura pero consistente, puede ser excavado empleando un escudo (TBM), máquina que perfora la totalidad del frente. Se trata, en realidad, de un tren de diferentes máquinas unidas que avanzan sobre carriles movidas por sus propios motores. En el extremo frontal lleva una cabeza circular cortante que gira y lanza los productos de la excavación hacia atrás a través del escudo. Detrás de la cabeza cortante van varias secciones del escudo que colocan las dovelas de los anillos de revestimiento del túnel en posición en toda la superficie del mismo, rellenan la lechada entre los anillos y, en un espacio muy reducido, aportan toda la maquinaria para la manipulación y colocación de las dovelas (cada una pesa varias toneladas), retiran los productos excavados, transportan hacia delante la lechada y las dovelas adicionales necesarias y alojan los motores eléctricos y las bombas hidráulicas que accionan la cabeza cortante y los mecanismos de colocación de dovelas. 
Un túnel en terreno de roca no dura pero sin la suficiente consistencia para emplear un escudo, puede excavarse usando máquinas como las rozadoras que ejecutan cortes en el frente. Los escombros que produce la rozadora y que caen al suelo del túnel son recogidos por excavadoras y retirados en camión. Esta técnica permite la excavación de túneles que no son de sección circular. El terreno a través del cual se perfora un túnel, en estos casos, no suele ofrecer la suficiente resistencia para mantenerse sin revestir; sin alguna clase de revestimiento pueden producirse desprendimientos de techo y paredes. El túnel puede ser revestido por medio de hormigón de consistencia líquida lanzado sobre un mallazo metálico sujetado en posición mediante pernos de anclaje (el nuevo método “austríaco”) o con elementos prefabricados de hormigón. 
Si el túnel se practica en roca dura, el frente tendrá que abrirse por medio de voladuras, usando explosivos alojados en barrenos taladrados en el frente rocoso. La habilidad, en este caso, consiste en emplear el mínimo de voladuras para lograr que la roca caiga en el lugar y con el tamaño requeridos, para de este modo facilitar la retirada de escombros. En trabajos de más envergadura se emplearán perforadoras múltiples montadas sobre carriles junto con excavadoras y cargadoras para el desescombro. Los túneles en roca dura no se revisten, simplemente se recortan para que ofrezcan una superficie regular. Si la superficie de la roca se desmenuza con facilidad, con peligro de caída de fragmentos, deberá aplicarse un revestimiento, usualmente algún tipo de hormigón proyectado o prefabricado. 
Cualquiera que sea el método de construcción adoptado para el túnel, la eficacia en el suministro de los materiales del túnel y en la retirada del escombro son vitales para el avance del trabajo con éxito. Los trabajos en túneles de gran envergadura pueden requerir la instalación de extensos sistemas de carriles de vía estrecha para prestar apoyo logístico.

jueves, 19 de diciembre de 2013

Puentes

En zonas remotas, los puentes pueden ser simples construcciones hechas de madera. Hoy es más corriente que los puentes se construyan de hormigón armado o acero. También pueden estar revestidos de ladrillo o piedra. Si el puente tiene que salvar una depresión considerable, sobre agua o sobre un cauce seco, su proyecto requiere la labor de proyectistas especializados. 
Con el empleo de los materiales actuales, la resistencia de un arco o vano de puente no se consigue con una gran masa, que simplemente lo haría demasiado pesado, sino por medio de un proyecto experto. El contratista principal para la construcción de un puente es generalmente un contratista importante de ingeniería civil con una maquinaria adecuada y una dirección capacitada. Sin embargo, subcontratistas especializados pueden encargarse de aspectos importantes del trabajo, como el montaje de la estructura metálica para formar el vano o la prefabricación o colocación de las secciones prefabricadas del vano en su ubicación definitiva. 
Si el puente cruza sobre el agua, es posible que uno o varios de los estribos que soportan sus extremos tengan que ser construidos dentro del agua, lo que implica pilotajes, ataguías, hormigón en masa o mampostería. Un puente nuevo puede formar parte de un nuevo sistema de carreteras, en cuyo caso es posible que haya que construir carreteras de acceso, posiblemente también elevadas. Un buen proyecto es particularmente importante en la construcción de puentes, de modo que la estructura sea lo bastante resistente para soportar las cargas que circularán por él y para asegurar que no requerirá una conservación o reparación demasiado frecuentes. 
El aspecto de un puente es a menudo un factor muy importante, y aquí nuevamente, un buen proyecto puede establecer un equilibrio en el conflicto entre las demandas de la estética y de la buena ingeniería. Es necesario durante la fase de proyecto prever medios de acceso seguros para el mantenimiento de los puentes.

Obras civiles y construcción pesada

Las obras civiles más conocidas por el público son los trabajos en carreteras. Algunos trabajos de esta índole consisten en la apertura de nuevas carreteras en terreno virgen, pero una gran parte de los mismos abarcan la ampliación y reparación de carreteras existentes. Los contratos de trabajo en carreteras son, generalmente, encargados por organismos municipales o estatales, pero a veces las carreteras permanecen bajo el control de los contratistas durante varios años después de su terminación, tiempo durante el cual están autorizados a cobrar peajes. Si las estructuras de ingeniería civil son financiadas por el gobierno, tanto el proyecto como la construcción real estarán sujetos a una estricta supervisión por funcionarios en nombre del gobierno. 
Los contratos de construcción de carreteras suelen adjudicarse a los contratistas sobre la base de que un contratista se responsabilice de un tramo de varios kilómetros de la carretera. Existirá un contratista principal para cada tramo, pero la construcción de carreteras involucra una variedad de técnicas, y ciertos aspectos del trabajo tales como los trabajos de ferralla, hormigón, encofrados y pavimentación serán subcontratados por el contratista principal a firmas especializadas. Algunas veces, la construcción de carreteras se ejecuta en la modalidad de contratos de dirección de obra, en cuyo caso una firma consultora de ingeniería se encargará de la dirección de la obra y todos los trabajos serán ejecutados por subcontratistas. Un contratista de dirección de este tipo puede también haber participado en la elaboración proyecto de carretera. 
La construcción de carreteras requiere la creación de una superficie cuyas pendientes sean adecuadas para la clase de tráfico que pasará por ella. En un terreno generalmente llano, la formación de la plataforma de la carretera puede incluir el movimiento de tierras: esto es, excavar desmontes y usar los productos de la excavación para hacer terraplenes, construir puentes para cruzar los ríos y perforar túneles en las laderas de las montañas cuando no es posible rodear la obstrucción. En aquellos lugares en que los costes de la mano de obra son más elevados, estos trabajos se realizan empleando maquinaria como excavadoras, traíllas, cargadoras y camiones. Si los costes de mano de obra son bajos, estos trabajos se pueden ejecutar manualmente por gran número de obreros equipados con herramientas de mano. Cualquiera que sea el método adoptado, la construcción de carreteras requiere una minuciosa planificación de los trabajos. A menudo, el mantenimiento de carreteras requiere la continuidad del servicio mientras se efectúan las reparaciones o mejoras en un sector de la misma. De este modo se origina un cruce peligroso entre el tráfico en movimiento y los trabajos de la construcción que hace aún más importante una buena planificación y organización de la obra. Existen, a menudo, normativas nacionales para la señalización y demarcación con conos de las zonas de trabajo y fijando la distancia de separación que deberá mediar entre construcción y tráfico, lo cual puede ser difícil de conseguir en una zona confinada. El control del tráfico que circula en la proximidad de las carreteras en obras, es habitualmente responsabilidad de la policía local, pero requiere una cuidadosa cooperación entre ésta y los contratistas. La conservación de carreteras origina retenciones de tráfico, y, en consecuencia, los contratistas son presionados para acabar las obras rápidamente; a veces existen premios por adelantar el plazo y penalizaciones por los retrasos. La presión económica no deberá socavar la seguridad de lo que de por sí es un trabajo muy peligroso. La pavimentación de las carreteras puede implicar el uso de hormigón, piedra u macadam asfáltico. Esto requiere un apoyo logístico importante que garantice que las cantidades necesarias de materiales para la pavimentación lleguen a su destino en condiciones adecuadas para asegurar que la pavimentación proceda sin interrupción. 
El macadam asfáltico requiere una máquina extendedora especial que mantiene el material en estado plástico durante su extendido. Cuando el trabajo consiste en rehacer una pavimentación, se precisarán equipos adicionales incluyendo picos y martillos rompedores, para demoler y retirar la pavimentación existente. Pesadas apisonadoras se encargan de dar el acabado final al pavimento. 
La apertura de túneles y los desmontes pueden requerir el uso de explosivos y, ulteriormente, hay que retirar los escombros producidos por las voladuras. Los costados de los desmontes pueden requerir apuntalamientos permanentes para prevenir los deslizamientos o las caídas de tierras sobre la carretera terminada. Las carreteras elevadas requieren a menudo estructuras similares a los puentes, especialmente si el tramo elevado cruza una zona urbana en la que el espacio es limitado. Las carreteras elevadas se construyen a menudo con elementos de hormigón armado que puede ser vertido in situ o prefabricados en una fábrica y, a continuación, llevados al lugar de colocación en obra. 
El trabajo requiere una maquinaria de elevación de gran potencia para izar los elementos prefabricados, los encofrados y las armaduras de hierro. Es necesario proyectar apoyos provisionales o cimbras para soportar las secciones de las carreteras elevadas o los puentes durante su hormigonado. Estas construcciones provisionales tienen que resistir las cargas producidas por el hormigón durante su vertido. El proyecto de estas cimbras es tan importante como el de la misma estructura.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Proyectos llave en mano

Algunos clientes de edificios industriales o comerciales, con plantas e instalaciones extensas y complejas, desean simplemente trasladarse a una instalación que se encuentre a punto y funcionando desde el primer día de su ocupación. Los laboratorios se construyen y se equipan, a veces, siguiendo esta modalidad. Tal tipo de acuerdos recibe el nombre de proyectos “llave en mano”, y de acuerdo con ellos el contratista debe asegurar que todos los aspectos de la instalación y servicios funcionan perfectamente antes de la entrega del proyecto. El trabajo puede haberse ejecutado amparado por un contrato de proyecto y obra, de modo que, en efecto, el contratista de trabajos llave en mano se ocupa de todo, desde el proyecto hasta la puesta en funcionamiento.

martes, 17 de diciembre de 2013

Construcción industrial

La edificación o construcción industrial incorpora la utilización de técnicas de producción masiva de la industria manufacturera para producir partes de edificios. El ejemplo por excelencia es el ladrillo, pero normalmente la expresión se aplica a construcciones que utilizan elementos de hormigón que se montan in situ. La construcción industrial se extendió rápidamente después de la segunda guerra mundial para satisfacer la demanda de viviendas baratas, y se encuentra comúnmente en promociones masivas de viviendas. Es posible producir, en las condiciones de trabajo de una fábrica, elementos prefabricados de una precisión uniforme de un modo que sería prácticamente imposible de lograr en las condiciones normales de una obra.
A veces los elementos de la construcción industrial se fabrican fuera del emplazamiento de la obra, en fábricas que pueden servir a una amplia zona; en algunos casos, cuando la promoción alcanza por sí sola un número elevado de unidades, se instala una factoría a pie de obra para servir a este grupo de modo exclusivo. 
Los elementos proyectados para la construcción industrial deben ser estructuralmente bastante resistentes para soportar los esfuerzos al ser transportados, izados colocados en su sitio; deben llevar incorporados puntos de anclaje o ranuras para permitir la fijación de bridas de elevación, y también deberán incluir pestañas o rebajes adecuados para permitir un acoplamiento fácil y sólido de las piezas. La construcción industrial requiere maquinaria de transporte y elevación de las unidades, y espacio y medios para almacenar las piezas con seguridad cuando se entregan en obra, de modo que las piezas no resulten dañadas ni produzcan lesiones a los obreros. Esta técnica de construcción suele producir edificios de escaso atractivo visual, pero, a gran escala, es barata; mediante el montaje de seis piezas se puede construir una habitación con las aberturas de puerta y ventana en su ubicación definitiva. 
Se emplean técnicas similares para fabricar elementos de hormigón para estructuras de ingeniería civil, tales como autovías elevadas y revestimientos de túneles.

lunes, 16 de diciembre de 2013

Edificios comerciales

Entre los edificios comerciales se incluyen las oficinas, fábricas, escuelas, hospitales, tiendas: una lista casi interminable de tipos diferentes de edificios. En la mayoría de los casos estos edificios se construyen para un cliente particular. Sin embargo, las oficinas y tiendas se construyen a menudo con fines especulativos, al igual que las viviendas, con la esperanza de atraer compradores o inquilinos. Algunos clientes requieren una oficina o tienda que esté completamente equipada de acuerdo con sus necesidades, pero muy a menudo, el contrato sólo incluye la estructura y los servicios principales, siendo el cliente el que se encarga de la terminación del local mediante acuerdos con contratistas especializados en el equipamiento de oficinas y tiendas. 
Los hospitales y las escuelas se construyen para clientes que tienen una idea claramente definida de sus necesidades, y los mismos clientes ofrecen a menudo datos de diseño que se incorporan al proyecto. La instalación y el equipamiento de los hospitales pueden tener un valor superior al de la estructura y llevan aparejado un importante trabajo para que el proyecto satisfaga estrictas normas médicas. El gobierno local o nacional también puede desempeñar un papel en proyectos de escuelas, estableciendo exigencias muy detalladas sobre las necesidades de espacio y equipamiento como parte de su más amplio papel en materia de enseñanza. Los gobiernos nacionales, de costumbre, tienen una normativa muy precisa con respecto a los edificios e instalaciones de hospitales. El equipamiento de los hospitales y edificios de una complejidad análoga es una clase de trabajo de construcción que suele ser ejecutada por subcontratistas especializados. Estos contratistas no sólo han de tener conocimientos de salud y seguridad en la construcción en general, sino también los conocimientos necesarios para garantizar que sus trabajos no puedan afectar negativamente a las actividades propias del hospital.

domingo, 15 de diciembre de 2013

Viviendas

Los proyectos de construcción de viviendas pueden consistir en una sola casa o en grandes grupos de viviendas unifamiliares o apartamentos. El cliente puede ser el dueño/a de cada casa, quien normalmente será el responsable del mantenimiento de la misma. El contratista, habitualmente, seguirá responsabilizándose de la reparación de los defectos de construcción durante un período de algunos meses después de la terminación del edificio. Sin embargo, si el proyecto es de un número elevado de casas, el cliente puede ser un organismo público, local o gubernamental, que tiene la responsabilidad de proporcionar alojamientos. Existen también grandes organismos privados, tales como asociaciones inmobiliarias, por encargo de las cuales es posible la construcción de grupos de casas. Los organismos públicos o privados responsables de facilitar vivienda, generalmente alquilan las casas terminadas a los que las ocuparán, conservando también para sí un mayor o menor grado de responsabilidad en el mantenimiento. Los proyectos de edificación relativos a bloques de apartamentos, generalmente tienen un sólo cliente para la totalidad del bloque, el cual, a continuación, alquila los apartamentos individuales de acuerdo con un contrato de arrendamiento. En este caso, el cliente tiene la responsabilidad de encargarse del mantenimiento, pero traspasa su coste a los inquilinos. En algunos países, la propiedad de cada apartamento individual del bloque puede corresponder a los ocupantes de cada uno de los apartamentos. Existen ciertos acuerdos, a veces por medio de un contratista administrador del conjunto, según los cuales se lleva a cabo el mantenimiento, recaudándose los costes necesarios entre los ocupantes. 
A menudo se construyen casas con fines especulativos por parte de un promotor. Los clientes u ocupantes específicos de tales casas pueden ser desconocidos al iniciarse el proceso, pero aparecen en escena después de que la construcción ha comenzado y adquieren o alquilan la propiedad como cualquier otra mercancía. Las casas suelen estar equipadas con instalaciones de electricidad, fontanería y alcantarillado y de calefacción; también pueden contar con una acometida de gas. A veces, con la intención de reducir costes, las casas se entregan sólo parcialmente acabadas, dejando en manos del comprador la instalación de los accesorios y la pintura y decoración del edificio.

sábado, 14 de diciembre de 2013

Planificación y normas de edificación

En el caso de los edificios, ya sean destinados a vivienda, ya sean comerciales o industriales, los proyectos están sujetos a normas de planificación que ordenan las zonas en las que se pueden desarrollar cierto tipo de usos (p. ej., no se puede construir una fábrica en medio de viviendas). Las leyes de planificación pueden ser muy específicas en cuanto al aspecto exterior, los materiales y el volumen de los edificios. Normalmente sólo es posible la construcción de fábricas en las zonas calificadas de industriales. 
A menudo también existen ordenanzas de edificación o normas similares que definen con exactitud y detalle muchos aspectos del proyecto y de las especificaciones de los edificios: por ejemplo, el espesor de los muros y maderas, la profundidad de los cimientos, las características del aislamiento, las dimensiones de las ventanas y habitaciones, la distribución del cableado eléctrico y la puesta a tierra, la distribución de la fontanería y las tuberías y muchos más. Los clientes , proyectistas, redactores de especificaciones y contratistas han de seguir estas normas. Las mismas coartan la libertad de elección, pero al mismo tiempo garantizan que los edificios se construyan con una calidad aceptable. En este sentido, las leyes de planificación y las normas de edificación condicionan el proyecto de los edificios y su coste.

viernes, 13 de diciembre de 2013

Precio

El precio es siempre un elemento del contrato. Puede ser simplemente una suma estipulada por el coste de realizar el trabajo, tal como la construcción de una casa. Incluso si se trata de un simple tanto alzado, el cliente puede tener que satisfacer parte del precio por adelantado antes de iniciar la obra, para facilitar al contratista la compra de materiales. Sin embargo, el precio puede establecerse en base al coste más un porcentaje, de acuerdo con el cual el/la contratista se resarce de sus costes más una cantidad acordada o un porcentaje en concepto de beneficio. Este acuerdo suele perjudicar al cliente, ya que el contratista no tiene aliciente para reducir los costes. 
El precio también puede conllevar bonificaciones o penalizaciones, de modo que el contratista reciba un mayor importe, si por ejemplo el trabajo se acaba antes del plazo acordado. Sea cual sea la forma de liquidación de los trabajos, es habitual que los pagos se efectúen en fases a medida que los trabajos avanzan, bien al completarse ciertas partes de la obra en las fechas acordadas, bien sobre la base de algún método convenido para medir la obra realizada. Al final de la construcción propiamente dicha, es habitual que el cliente efectúe una retención acordada del precio total hasta que las deficiencias hayan sido rectificadas o la estructura se haya puesto en servicio. En el transcurso de la obra, el contratista puede encontrarse con problemas que no habían sido previstos cuando se firmó el contrato con el cliente. Estos pueden motivar cambios del proyecto, del método de construcción o de los materiales. Generalmente tales cambios originan costes adicionales al contratista, que trata de reclamarlos al cliente, basándose en que tales trabajos son “desviaciones” del contrato original. 
A veces la recuperación del coste de los cambios puede representar la diferencia para el contratista entre ganar o perder dinero en la obra. El precio de los contratos puede afectar a la salud y seguridad si en la oferta del contratista se incluye una previsión inadecuada para cubrir los costes de accesos seguros, maquinaria de elevación, etc. Esto se hace más difícil en los casos en que, llevados por la intención de asegurarse de que los contratistas no den un precio abusivo, los clientes siguen estrictamente una política de licitación competitiva. 
Los gobiernos y las autoridades locales aplican políticas de licitación competitiva a sus contratos, y de hecho puede ser obligatoria por ley la adjudicación de los contratos exclusivamente por este método. En esta situación siempre existe el riesgo de que se vea afectada la salud y la seguridad de los operarios de la construcción. Al reducir costes, los clientes pueden resistirse a la tentación de reducir el nivel de calidad de los materiales o los métodos de construcción, pero al mismo tiempo ignorar totalmente que, al aceptar la oferta más baja, han aceptado métodos de trabajo que ofrecen una mayor probabilidad de poner en peligro a los obreros de la construcción. Incluso en una situación de ofertas a la baja, los contratistas en sus ofertas deberán especificar claramente al cliente que ésta cubre adecuadamente el coste de la salud y seguridad que sus propuestas conllevan. 
Los promotores pueden influir en la salud y seguridad de la construcción de un modo similar a los clientes; en primer lugar, recurriendo a contratistas que sean competentes en salud y seguridad y arquitectos que consideren la salud y seguridad en sus proyectos y, en segundo lugar, desechando automáticamente las ofertas más bajas. Los promotores generalmente desean que sus promociones tengan éxito, y una medida del éxito de un proyecto debería ser que durante el proceso constructivo no se produzcan problemas importantes de salud y seguridad.

jueves, 12 de diciembre de 2013

Tipos de contratos

En contrato tradicional, el cliente acuerda con un proyectista la elaboración de un proyecto y unas especificaciones completas. A partir de aquí, el cliente invita a los contratistas a que presenten ofertas o pujen para ejecutar el trabajo de acuerdo con el proyecto. El papel del contratista se reduce mayormente a la construcción propiamente dicha. La participación del contratista en el diseño o la elaboración de especificaciones consiste principalmente en buscar los cambios que hagan la construcción más fácil o más eficiente: mejorar la “edificabilidad”. Otro acuerdo corriente en la construcción es el contrato de proyecto y obra. 
El cliente requiere un edificio (tal vez un bloque de oficinas o un centro comercial), pero las únicas ideas definidas que tiene en cuanto a los aspectos de detalle del proyecto son las dimensiones del emplazamiento, el número de personas que habrán de acomodarse o la escala de actividades que en él se desarrollará. En tal caso, el cliente solicita ofertas de proyectistas o contratistas para que cursen propuestas de proyecto y obra. Los contratistas que se dedican a proyectar y construir cuentan con su propia organización de proyectos o mantienen lazos estrechos con un proyectista ajeno a su organización que está dispuesto a trabajar para ellos en el encargo. 
La modalidad de proyecto y obra puede incorporar dos fases: una fase inicial en la que un proyectista prepara un proyecto preliminar que sirve para la petición de ofertas; y, a continuación, una segunda fase en la que el contratista de proyecto y obra que resulte adjudicatario, realizará el proyecto de ejecución de la obra. Los contratos de mantenimiento y emergencias cubren una gran variedad de acuerdos entre clientes y contratistas y representan una proporción significativa del trabajo de la industria de la construcción. Generalmente tienen vigencia por un período fijo, requieren que el contratista haga ciertos tipos de trabajos con carácter inmediato (p. ej., trabajos en los que el cliente llama al contratista para que los ejecute al momento). 
Los contratos de emergencia son utilizados ampliamente por las autoridades públicas que tienen la responsabilidad de suministrar un servicio público que no se puede interrumpir; los organismos públicos, las compañías de servicios públicos y los servicios de transporte hacen amplio uso de los mismos. Las empresas industriales, en especial aquellas con procesos continuos tales como las petroquímicas, también hacen extenso uso de estos contratos para resolver los problemas en sus instalaciones. Habiendo acordado un contrato de tal índole, el contratista se compromete a tener disponibles personal y equipo adecuados para la ejecución de los trabajos, a menudo avisado con muy poca antelación (p. ej., en el caso de contratos de emergencia). 
La ventaja para el/la cliente es que no necesita tener obreros en su nómina ni conservar maquinaria o equipos para emplear sólo de manera esporádica en trabajos de mantenimiento y casos de emergencia. La valoración de este tipo de contratos puede basarse en un tanto fijo por año o en el tiempo empleado en la ejecución del trabajo o en una combinación de ambos. Quizás el ejemplo más comúnmente conocido por el público sea el de mantenimiento de carreteras y reparaciones de urgencia de tendidos eléctricos o tuberías de gas cortadas o dañadas accidentalmente. Cualquiera que sea la forma de contrato, las posibilidades de que clientes y proyectistas influyan en la seguridad y la salud de los contratistas por efecto de decisiones tomadas en una fase temprana del trabajo son las mismas. La modalidad del proyecto y obra quizás permite una más estrecha cooperación entre proyectista y constructor en materia de salud y seguridad.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Proyectistas

Tratándose de edificios, el proyectista es habitualmente un arquitecto, aunque en viviendas domésticas de pequeña escala, los propios contratistas pueden poseer la competencia necesaria para el diseño. Si se trata de un edificio grande o complejo, intervienen arquitectos que se encargan del proyecto general, así como ingenieros de estructuras que se ocupan del proyecto de estructura, e ingenieros especialistas que se encargan de proyectar las instalaciones. El arquitecto garantizará las necesidades de espacio para la instalación de la maquinaria y los servicios en los emplazamientos adecuados del edificio. Los ingenieros especialistas se preocuparán de garantizar que la planta y las instalaciones proyectadas funcionen en los niveles de calidad requeridos, cuando se instalen en los lugares previstos por el arquitecto.
En obras civiles, es más probable que la dirección del proyecto recaiga en un ingeniero de caminos o de estructuras, aunque en ciertos trabajos en los que el impacto visual pueda ser un factor influyente, un arquitecto puede asumir un papel destacado dentro del equipo del proyecto. En la construcción de túneles, ferrocarriles y carreteras, lo probable es que la dirección del proyecto sea asumida por ingenieros de caminos o de estructuras. 
El papel del promotor consiste en tratar de mejorar el uso del terreno o de los edificios y sacar un beneficio de tales mejoras. Algunos promotores se limitan a vender el terreno o los edificios mejorados y no tienen un interés posterior; otros conservan la propiedad del terreno o incluso de los edificios y cosechan un interés continuado en forma de alquileres más elevados tras las mejoras. La habilidad del promotor reside en identificar terrenos vacíos o infrautilizados o edificios obsoletos cuyo valor se incremente aplicando las artes de la construcción. 
El promotor puede utilizar sus recursos financieros, pero quizás más frecuentemente emplea su habilidad para buscar y atraer otras fuentes de financiación. Los promotores no son un fenómeno moderno; la expansión de las ciudades durante los últimos 200 años se debe en gran parte a ellos. Los promotores pueden ser, a su vez, los clientes de la obra, o simplemente actuar como representantes de otros grupos que facilitan la financiación.

martes, 10 de diciembre de 2013

Trabajos allende las fronteras nacionales

Un aspecto de los contratos del sector público, cuya importancia va en aumento, es la de recibir invitaciones para licitar obras fuera de las fronteras nacionales. En la Comunidad Europea, por ejemplo, los contratos de gran envergadura que sobrepasen un importe fijado en las Directivas, deben ser anunciados dentro de la Comunidad, de modo que puedan licitar contratistas de todos los países miembros. El efecto buscado es animar a los contratistas a trabajar fuera de las fronteras de sus países. En estos casos, están obligados a trabajar de acuerdo con la legislación nacional de seguridad y salud del país en cuestión. Uno de los objetivos de la Comunidad Europea es la armonización de las normas de seguridad y salud. Los contratistas importantes que trabajan en varias partes del mundo bajo regímenes diferentes deberán, por tanto, familiarizarse con los reglamentos de salud y seguridad de aquellos países en que operan.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Sectores público y privado

Los contratistas pueden formar parte del sector público (p. ej., el departamento de obras de un ayuntamiento o de un consejo comarcal). Estos departamentos de obras públicas solían llevar a cabo un volumen considerable de trabajos de conservación, especialmente en viviendas, escuelas y carreteras. Recientemente se ha producido un movimiento a favor de alentar una mayor competencia en estos trabajos, en parte a raíz de las presiones ejercidas con miras a mejorar la administración de los fondos. Ello ha conducido, en primer lugar, a la reducción del tamaño de los departamentos de obras públicas, incluso a su total desaparición en algunos lugares, y a la obligación de adjudicar las obras mediante licitaciones competitivas. Los trabajos anteriormente ejecutados por los departamentos de obras públicas se realizan ahora por contratistas del sector privado en estrictas condiciones de “adjudicación a la oferta más barata”. Ante la necesidad de reducir costes, los contratistas pueden sufrir la tentación de reducir partidas que ellos consideran gastos generales, como los de seguridad y formación. 
La diferencia entre los sectores público y privado también puede hacerse extensiva a los clientes. El gobierno central y local (junto con los servicios públicos y de transporte, si es que están bajo el control de los anteriores) pueden ser clientes de las empresas de construcción. Como tales, generalmente debería considerarse que pertenecen al sector público. El transporte y los servicios públicos regidos por empresas deberían considerarse normalmente como pertenecientes al sector privado. El hecho de que un cliente pertenezca o no al sector público a veces influye en la decisión de incluir ciertas partidas de seguridad o formación en el coste de los trabajos de construcción. Recientemente, clientes tanto del sector público como del privado se han encontrado con parecidas exigencias en esta modalidad de ofertas competitivas.

domingo, 8 de diciembre de 2013

Pequeños contratistas y autónomos

Aunque existen variaciones de un país a otro, la construcción es típicamente una industria de pequeñas empresas. Entre un 70 y un 80 % de los contratistas tienen menos de 20 trabajadores propios. Ello es debido a que muchos contratistas empiezan como industriales individuales en trabajos pequeños, probablemente residenciales. A medida que su negocio se amplía, estos industriales empiezan a dar trabajo a un número reducido de trabajadores. La carga de trabajo en construcción es raramente predecible o constante, pues unos trabajos terminan y otros empiezan sin coincidir en el tiempo. Existe la necesidad en la industria de poder desplazar a grupos de trabajadores con ciertas especialidades de obra en obra según lo requiera el trabajo. 
Los pequeños contratistas cumplen este cometido. Junto a los pequeños contratistas se mueve una multitud de trabajadores autónomos. Al igual que la agricultura, la construcción tiene un porcentaje muy alto de trabajadores por cuenta propia. Estos también suelen ser industriales, como carpinteros, pintores, electricistas, fontaneros y albañiles. Pueden encontrar un puesto en pequeñas obras residenciales o formar parte de la mano de obra en proyectos de más envergadura. Durante el período de gran auge de la construcción de finales del decenio de 1980, hubo un aumento de trabajadores que alegaban ser autónomos. Ello fue debido en parte a los incentivos fiscales para los individuos afectados y a la utilización por los contratistas de estos autónomos, que resultaban más baratos que los empleados propios. Además, los contratistas tenían menores costes de seguridad social, no tenían obligación de dar formación a los autónomos y se podían desprender de ellos con más facilidad al acabarse el trabajo. 
La presencia en la construcción de tantos pequeños contratistas y trabajadores autónomos suele dificultar una gestión efectiva de la salud y la seguridad en la obra en su conjunto, y con una mano de obra tan móvil, ciertamente resulta más difícil impartir una formación de seguridad adecuada. Un análisis de accidentes mortales en el Reino Unido durante un período de 3 años mostró que aproximadamente la mitad de los accidentes mortales sucedió entre los trabajadores que llevaban en la obra una semana o menos. Los primeros días en cualquier obra son singularmente peligrosos para los trabajadores de la construcción pues, aunque sean industriales experimentados, cada obra es una experiencia única.

sábado, 7 de diciembre de 2013

PRINCIPALES SECTORES Y SUS RIESGOS

PRINCIPALES SECTORES Jeffrey Hinksman 

El término industria de la construcción se usa en todo el mundo para englobar un colectivo de empresas con prácticas muy diferentes, que se reúnen por un tiempo limitado en el lugar en que se ha de ejecutar una obra de edificación o de ingeniería civil. La escala de trabajos abarca desde un trabajador único que ejecuta un trabajo que dura sólo unos minutos (p. ej., reparar una teja, con un equipo consistente en martillo y clavos y, tal vez, una escalera) hasta vastos proyectos de edificación o de ingeniería civil que duran varios años y que implican a cientos de contratistas diferentes, cada uno de ellos con su propia cualificación, su maquinaria y su equipo. Sin embargo, a pesar de la enorme variedad de escalas y de la complejidad de los trabajos, los sectores principales de la industria de la construcción tienen mucho en común. 
Siempre hay un cliente (denominado a veces la propiedad) y un contratista; —excepto en los trabajos de muy poca importancia, siempre habrá un proyectista, un arquitecto o un ingeniero— y, si el proyecto requiere una gama de especialidades, se requerirán inevitablemente contratistas adicionales que actuarán como subcontratistas del contratista principal (véase también el Apartado “Factores organizativos que afectan a la salud y seguridad” en este Capítulo). Mientras que edificios agrícolas o residenciales pequeños pueden construirse sobre la base de un acuerdo informal entre el cliente y el constructor, la gran mayoría de trabajos de construcción y obras civiles se ejecutan amparados por las cláusulas de un contrato formal entre el cliente y el contratista. 
Este contrato expone los detalles de la estructura o de otros trabajos que el contratista ha de ejecutar, el plazo de construcción y el precio. Los contratos pueden contener muchos otros detalles aparte de la descripción del trabajo, el plazo y el precio, pero estos tres son los esenciales. Los proyectos de construcción se dividen en dos grandes categorías: edificación y obras civiles. El término edificación se aplica a los proyectos de casas, oficinas, tiendas, fábricas, escuelas, hospitales, centrales eléctricas y estaciones de ferrocarril, iglesias, etc., es decir, todos los tipos de estructuras que en el lenguaje común se denominan “edificios”. 
El término obras civiles se aplica al resto de estructuras construidas en nuestro entorno, incluyendo carreteras, túneles, puentes, vías férreas, presas, canales y muelles. Hay estructuras que parecen pertenecer a ambas categorías; un aeropuerto implica la construcción de grandes edificios, así como la obra civil necesaria para la creación del aeropuerto propiamente dicho; un muelle conlleva la construcción de edificios de almacén además de la excavación de la dársena y de la elevación de sus muros. Cualquiera que sea el tipo de estructura, tanto la edificación como las obras civiles implican ciertos procesos, como la construcción o montaje de la estructura, su puesta en funcionamiento, conservación, reparaciones, reformas y, por último, su demolición. Este ciclo de operaciones se repite una y otra vez, independientemente del tipo de estructura.

viernes, 6 de diciembre de 2013

Auditorías generales

Para evaluar la efectividad de las instrucciones se pueden formular preguntas adecuadas que se incluirán en las auditorías generales. De este modo, el trabajador percibe de una manera inconfundible la coherencia de los procesos de trabajo y las consideraciones de salud y seguridad en el trabajo. La experiencia ha demostrado que, al principio, los trabajadores pueden sorprenderse cuando un equipo auditor, en la obra, en su división específica, les hace preguntas rutinarias sobre prevención de accidentes, sin darle importancia. El aumento posterior de la atención prestada a la salud y seguridad por los trabajadores confirma lo valioso de la integración de la prevención en el programa de gestión de calidad.

jueves, 5 de diciembre de 2013

Coordinación y puesta en práctica

Después de esta clasificación formal debe venir la coordinación lingüística para garantizar que sea fácilmente legible (esto significa su presentación en el/los idioma/s apropiado/s y en términos fácilmente comprensibles por individuos con niveles educativos característicos de la mano de obra específica). Finalmente, los documentos finales deben ser respaldados de manera formal por la alta dirección de la empresa. En este momento, será útil dar publicidad a la importancia de los procedimientos que han cambiado o de nueva implantación y de las instrucciones de trabajo, por medio de boletines de la empresa, círculos de seguridad, memorándums y otros medios disponibles, y promover su aplicación.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Integración en la gestión de calidad

A más tardar cuando se completa la evaluación, las personas responsables del proyecto de construcción deben reunirse con los responsables de gestión de calidad y decidir los pasos a dar para integrar, de un modo efectivo, la seguridad en el trabajo dentro del sistema de gestión. Un trabajo de preparación exhaustivo deberá facilitar la fijación de prioridades comunes durante el trabajo que prometan dar resultados preventivos óptimos. 
Las exigencias de prevención que se derivan de la evaluación se dividen, en primer lugar, entre las que se pueden catalogar de acuerdo con los procesos específicos de la empresa y las que deben considerarse separadamente por ser más generales, más globales o tienen un carácter tan especial que deben considerarse por separado. Para esta clasificación pueden servir de ayuda las siguientes preguntas: ¿Dónde sería más probable que el lector interesado del manual (el “cliente” o el trabajador) buscara la política preventiva pertinente? ¿En la sección de un capítulo destinado a un proceso específico de la empresa, o en una sección especial de salud y seguridad en el trabajo? Parece más sensato, de acuerdo con ello, que la instrucción de un procedimiento especial para el transporte de materiales peligrosos, en casi todas las empresas de construcción, se incluyera en la sección dedicada a manipulación, almacenaje, embalaje, conservación y transporte.

martes, 3 de diciembre de 2013

GESTION DE CALIDAD Y PREVENCION INTEGRADAS - IV

Un ejemplo de Alemania 

En la práctica, en Alemania, para integrar el sistema de gestión de calidad se han puesto en práctica cuatro procedimientos formales y sus combinaciones: 
  1. Se preparan, por separado, un manual de gestión de calidad y un manual de gestión de seguridad en el trabajo. Cada uno contiene sus propios procedimientos e instrucciones de trabajo. En casos extremos, este método da lugar a soluciones ineficaces, organizadas aisladamente, que duplican el trabajo y en la práctica no proporcionan los resultados apetecidos. 
  2. En el manual de gestión de calidad se inserta un capítulo adicional bajo el título “Seguridad y salud en el trabajo”. En este capítulo se incluyen todas las declaraciones relativas a salud y seguridad en el trabajo. Algunas empresas constructoras eligen este camino. La inserción de un problema de salud y seguridad en un capítulo separado puede resaltar la importancia de la prevención, pero conlleva el riesgo de ser ignorado como “la rueda de repuesto”, y sirve más de prueba de un intento que de orden para adoptar las medidas adecuadas. 
  3. Todos los aspectos de seguridad y salud en el trabajo se incorporan directamente en el sistema de gestión de calidad. Esta es la realización más sistemática de la idea básica de la integración. La estructura integrada y flexible de los modelos de presentación de las normas alemanas DIN EN ISO 9001-9003 permite tal inclusión. 
  4. La Asociación Sectorial de la Construcción Subterránea (Berufsgenossenschaft) favorece una integración modular. Este concepto se explica más adelante.

lunes, 2 de diciembre de 2013

GESTION DE CALIDAD Y PREVENCION INTEGRADAS - III

Evaluación de los resultados 

La evaluación de los resultados del sistema de gestión de seguridad en el trabajo que se ha instituido es el segundo paso en la integración de las medidas preventivas y de la gestión de calidad. Las fechas, clases, frecuencia y costes de los accidentes deben recopilarse, analizar y compartirse con las personas de la empresa a quienes compitan estas responsabilidades. Tal análisis facilita a la empresa la fijación de prioridades al formular o modificar el proceso y las instrucciones de trabajo. También indica hasta qué punto la experiencia de salud y seguridad en el trabajo afecta a todas las divisiones y a todos los procesos de la empresa de construcción. Por esta razón, la definición de la interfase entre los procesos empresariales y los aspectos preventivos adquiere gran importancia. 
En la fase de elaboración de la oferta pueden calcularse con precisión los recursos de tiempo y económicos necesarios para unas medidas de prevención exhaustivas, como por ejemplo las de limpieza de escombros. Cuando se realiza la compra de los materiales de construcción, debe prestarse atención a la posibilidad de sustitución de materiales potencialmente peligrosos. 
Desde el comienzo de un proyecto deben asignarse las responsabilidades sobre la salud y seguridad laboral para aspectos específicos y para cada fase del proyecto de construcción. La necesidad y la disponibilidad de formación especial en salud y seguridad en el trabajo, así como los riesgos relativos de lesión y enfermedad deben ser factores determinantes de la adopción de unos procesos de construcción determinados. Estas condiciones deben ponerse de manifiesto con prontitud, de modo que se pueda hacer una selección de trabajadores idóneos y que se puedan organizar los cursos de formación de un modo oportuno. 
Las responsabilidades y la autoridad del personal asignado a la seguridad y la manera en que éstas encajen en el trabajo diario deben documentarse por escrito y adjuntarse a la las descripciones de tareas en la obra. El personal encargado de la seguridad en el trabajo de una empresa de construcción debe figurar en su organigrama, que junto con una matriz clara de responsabilidades y los esquemas del proceso debe estar incluido en el manual de gestión de calidad.

domingo, 1 de diciembre de 2013

GESTION DE CALIDAD Y PREVENCION INTEGRADAS - II

Mejora de la competitividad 

Crece la exigencia de que cuando los contratistas presenten sus ofertas para un trabajo, éstas vengan acompañadas de la documentación que acredite la existencia de un sistema de gestión de la seguridad en el trabajo, y su efectividad se ha convertido en uno de los criterios para la adjudicación de un contrato. La presión de la competencia internacional podría ser mayor en el futuro. Parece prudente, por tanto, integrar de entrada medidas preventivas dentro del sistema de gestión de calidad, mejor que esperar y hacerlo más adelante, obligados por la creciente presión competitiva, cuando la presión del tiempo y los costes de personal y financiación serán mayores. Además, una ventaja no insignificante de un sistema de gestión de calidad y de prevención integrados es que la existencia de tal programa bien documentado probablemente reducirá los costes de cobertura, no sólo para las indemnizaciones a los trabajadores, sino de la responsabilidad civil del constructor. 

Dirección de la empresa 

La dirección de la empresa debe comprometerse con la integración de la salud y la seguridad en el trabajo dentro del sistema de dirección. Deberán definirse los objetivos especificando el contenido y el marco temporal de este esfuerzo, e incluirlos en la declaración básica de la política de la empresa. Se dispondrán los recursos necesarios y se asignará el personal adecuado para el cumplimiento de los objetivos establecidos. Generalmente, en las empresas de construcción de medianas y grandes se requiere personal especializado en seguridad. En empresas de menor tamaño, el patrón deberá asumir la responsabilidad de los aspectos preventivos del sistema de gestión de calidad. El círculo se cierra mediante una revisión periódica de la gestión de la empresa. Deben analizarse y evaluarse las experiencias colectivas de la utilización del sistema integrado de gestión de calidad/prevención, y la dirección de la empresa deberá formular planes para su revisión y crítica posterior.

sábado, 30 de noviembre de 2013

GESTION DE CALIDAD Y PREVENCION INTEGRADAS - I

Mejora de la salud y seguridad en el trabajo 

Las empresas de construcción adoptan cada vez más los sistemas de gestión de calidad estipulados por la Organización Internacional de Normalización (ISO), como las series ISO 9000 y las normas subsiguientes basadas en ellas. 
Aunque en este conjunto de normas no se especifican recomendaciones referentes a la salud y seguridad en el trabajo, existen razones convincentes para la inclusión de medidas preventivas, al poner en práctica un sistema de gestión como el requerido por la ISO 9000. Las normas de salud y seguridad en el trabajo se redactan, se ponen en práctica y se adaptan continuamente al progreso tecnológico, así como a las nuevas técnicas de seguridad y a los avances de la medicina del trabajo. Sin embargo, con demasiada frecuencia, se soslayan, bien deliberadamente, bien por ignorancia. Cuando esto sucede, los modelos de gestión de seguridad, tales como las series ISO 9000, ayudan a integrar en la gestión la estructura y el contenido de las medidas de prevención. 
Las ventajas de este enfoque integral son obvias. La gestión integrada significa que la normativa de salud y seguridad ya no se considerará de un modo aislado, sino que adquieren importancia en los capítulos correspondientes del manual de gestión de la calidad, así como en las instrucciones del proceso y del trabajo, creando de este modo un sistema totalmente integrado. Este enfoque integral puede aumentar las posibilidades de que las medidas de prevención de accidentes reciban una mayor atención en la práctica diaria y, por tanto, reducir el número de accidentes y lesiones en el centro de trabajo. La difusión de un manual que integre los procedimientos de salud y seguridad en el trabajo en los procesos que describe es crucial a estos efectos. Los nuevos métodos de gestión están encaminados a acercar al personal al centro de los procesos. 
Los trabajadores que colaboran en ellos se implican de un modo más activo. La información, la comunicación y la cooperación se promueven traspasando las barreras jerárquicas. La reducción de las bajas por enfermedad o por accidentes en el centro de trabajo favorece la puesta en práctica de los principios de gestión de la calidad en la construcción. Con el desarrollo de nuevos métodos y equipos de construcción, las exigencias de seguridad aumentan de modo continuo. La creciente preocupación por la protección del medio ambiente hace que el problema sea aún más complejo. Es difícil hacer frente a las exigencias de la prevención moderna sin unas normas adecuadas y una articulación centralizada del proceso y de las instrucciones de trabajo. De ahí que en el sistema de gestión de calidad figure por escrito una clara definición de las responsabilidades y una coordinación efectiva del plan de prevención.

viernes, 29 de noviembre de 2013

Resumen

El sector de la construcción se enfrenta a unas condiciones muy distintas de las de una industria fija. Estas condiciones deben tenerse en cuenta al considerar las estrategias de control y pueden ayudar a explicar la razón de que las cosas se hagan de un modo diferente en este sector. Las soluciones desarrolladas con los datos suministrados tanto por los trabajadores como por la dirección que conocen las condiciones y la manera de tratarlas con efectividad, ofrecen la mejor oportunidad para mejorar la salud y seguridad.

jueves, 28 de noviembre de 2013

Carácter dinámico de la construcción

Los centros de trabajo de la construcción son, en muchos aspectos, totalmente distintos de los de las industrias fijas. No sólo son diferentes, sino que cambian constantemente. Al contrario que una fábrica que funciona en un sitio determinado día tras día, con la misma maquinaria, los mismos trabajadores, los mismos procesos y, generalmente, las mismas condiciones, los proyectos de construcción se desarrollan y cambian de un día para otro. Se levantan paredes, llegan nuevos trabajadores de distintos oficios, las empresas cambian cuando se terminan los trabajos asignados, y casi todos los proyectos se ven afectados, en algún grado, por los cambios climáticos. 
Cuando se termina un proyecto, los trabajadores y las empresas se marchan a otras obras para empezar de nuevo. Esto nos indica el carácter dinámico del sector. Algunos patronos trabajan en varias ciudades, provincias, regiones o incluso países diferentes. Del mismo modo, muchos trabajadores especializados se trasladan con el trabajo. Estos factores influyen en muchos aspectos de la salud y seguridad, incluyendo las indemnizaciones a los trabajadores, las normas de salud y seguridad, la cuantificación del rendimiento y la formación.

Relaciones intersindicales

La estructura sindical es reflejo de las especializaciones de los contratistas dentro del sector. En un proyecto típico de construcción, en un momento dado, cinco o más oficios pueden coincidir en la obra. Ello implica muchos problemas análogos a los creados por la existencia de varios patronos. No sólo hay que atender a intereses encontrados, sino que los canales de autoridad y comunicación se complican y, a veces, se rarifican en comparación con un centro de trabajo con una sola empresa y un solo sindicato. 
Ello influye en muchos aspectos de la salud y la seguridad. Por ejemplo, ¿Qué trabajador o sindicato representará a todos los trabajadores del proyecto si la norma exige el nombramiento de un representante de salud y seguridad? ¿Quién ha de recibir formación, quién la impartirá y sobre qué materia? En el caso de rehabilitación y reincorporación de los trabajadores lesionados, las opciones son mucho más limitadas para los trabajadores cualificados de la construcción que para sus homólogos de las industrias fijas. Por ejemplo, un obrero lesionado en una fábrica puede incorporarse a cualquier otro trabajo, sin necesidad de traspasar importantes barreras jurisdiccionales entre dos sindicatos, porque lo habitual es que en la fábrica haya un solo sindicato. En la construcción, cada sindicato tiene una jurisdicción claramente definida sobre el tipo de trabajo que sus miembros pueden efectuar. Esto limita en gran manera las opciones de los trabajadores lesionados que no están capacitados para los cometidos que realizaban antes de sus lesiones, pero que, a pesar de ello, podrían realizar otros trabajos en el mismo centro de trabajo. 
De vez en cuando se suscitan disputas jurisdiccionales acerca de qué sindicato debe realizar ciertos tipos de tareas que tienen connotaciones de salud y seguridad. Entre éstas cabe incluir el montaje de andamios, el manejo de grúas con pluma sobre camión, la retirada de amianto y el estibado. Es preciso que las normas en estos sectores tengan en cuenta las incumbencias jurisdiccionales, en especial en lo relativo a autorizaciones y formación.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Relaciones empresa-trabajador

Las distintas empresas en un proyecto determinado pueden tener con sus empleados unas relaciones algo distintas de la que es común en los centros de trabajo industriales fijos. Por ejemplo, los trabajadores sindicados en una fábrica tienden a pertenecer a un sólo sindicato. 
Si la empresa necesita más operarios, les entrevista y contrata, los nuevos empleados se hacen miembros de este sindicato. Si hay antiguos trabajadores sindicados en paro, vuelven a ser readmitidos de acuerdo con su antigüedad. En la parte sindicada del sector de la construcción se aplica un sistema totalmente diferente. Las empresas constituyen asociaciones colectivas que luego negocian convenios con los sindicatos de edificación y obras civiles. La mayoría de los empleados no asalariados del sector contratados directamente trabajan a través del sindicato. Si, por ejemplo, un contratista necesita cinco carpinteros más en un proyecto, el contratista se dirige al sindicato local de carpinteros y solicita que cinco carpinteros se presenten a trabajar en el proyecto en un día determinado. 
El sindicato notifica a los cinco miembros que encabezan la lista de empleo, que deben presentarse a trabajar en el proyecto con una empresa determinada. Según lo previsto en el convenio colectivo entre la patronal y el sindicato, el contratista puede dar los nombres de los que quiere contratar o puede seleccionar a algunos de la lista. Si no hay miembros afiliados disponibles para cumplimentar la solicitud, el patrono puede contratar trabajadores temporeros que se afiliarán al sindicato, o éste puede buscar trabajadores expertos de otros locales sindicales para poder responder a la petición. En caso de que no haya sindicatos, las empresas utilizan distintos procedimientos para reforzar su plantilla. Entre ellos, los más comúnmente utilizados consisten en ofertas de empleo previas, oficinas de trabajo locales, transmisión oral y por medio de anuncios en la prensa local. 
No es raro que los trabajadores sean contratados por varias empresas diferentes en el curso de un año. La duración del empleo varía con la naturaleza del proyecto y el volumen del trabajo a desarrollar. Esto representa una carga administrativa importante para los contratistas de la construcción, en comparación con sus homólogos en la industria fija (conservación de archivos para liquidaciones del impuesto de la renta, indemnizaciones laborales, seguro de desempleo, cuotas sindicales, pensiones, permisos y otros aspectos legales o contractuales). Esta situación presenta unos retos singulares frente al típico centro de trabajo de una industria fija. 
La formación y las cualificaciones no sólo han de ser normalizadas, sino también transferibles de una obra a otra, de un sector a otro. Estas importantes cuestiones afectan a la industria de la construcción de un modo más profundo que a las industrias fijas. Las empresas de la construcción esperan que los trabajadores se incorporen al proyecto con ciertas capacitaciones y habilidades. En la mayoría de los oficios, esto se logra mediante un exhaustivo programa de aprendizaje. Si un contratista solicita cinco carpinteros, espera que el día que los necesita se encontrará en la obra con cinco especialistas cualificados. Si las normas de salud y seguridad requieren una formación especial, la empresa necesita poder acceder a una bolsa de trabajadores con esta preparación, ya que no es fácil impartirla en el momento en que el trabajo ha de comenzar. 
Un ejemplo de ello es el Programa de Trabajador Certificado que se requiere en los mayores proyectos de construcción en Ontario, Canadá, que implica la existencia de comités conjuntos de salud y seguridad. Puesto que esta formación generalmente no forma parte del programa de aprendizaje, tuvieron que desarrollarse programas de formación alternativos para crear un fondo de trabajadores preparados. A medida que se dé mayor importancia a la formación especializada o, al menos, a la confirmación del nivel de cualificación, los programas de formación realizados conjuntamente con los sindicatos de la construcción probablemente crecerán en alcance, número y variedad.

martes, 26 de noviembre de 2013

FACTORES DE ORGANIZACION QUE AFECTAN A LA SALUD Y LA SEGURIDAD - III

Relaciones contratista-contratista 

Mucha gente que no está familiarizada con la naturaleza de los acuerdos contractuales corrientes en la construcción supone que un contratista ejecuta la totalidad o, al menos, la mayor parte de la construcción de la mayoría de edificios. Por ejemplo, si se trata de la construcción de un nuevo edificio de oficinas, un complejo polideportivo u otro proyecto de gran impacto, el contratista general suele poner carteles y, a menudo, emblemas de la compañía, para indicar su presencia y crear la impresión de que es “su” proyecto. Años atrás, esta impresión podía haber sido exacta hasta cierto punto, ya que algunos contratistas generales realmente realizaban partes sustanciales del proyecto con personal propio. Sin embargo, desde mediados del decenio de 1970, muchos contratistas generales, por no decir la mayoría, han asumido más el papel de dirección del proyecto en los grandes proyectos y han contratado la casi totalidad del trabajo a una red de subcontratistas, cada uno de los cuales es especialista en una faceta particular del proyecto. (Véase la Tabla 93.5.) 
De resultas de ello, el contratista general puede tener realmente en la obra menos personal que algunos de los subcontratistas. Incluso se da el caso de que el contratista principal no tenga ningún personal implicado directamente en las actividades constructivas, sino que se limita a dirigir el trabajo de los subcontratistas. En la mayor parte de los proyectos importantes del sector industrial, comercial e institucional (ICI), existen diferentes niveles de subcontratistas. Típicamente, los subcontratistas del nivel primario tienen contratos con el contratista general. Sin embargo, estos subcontratistas, a su vez, subcontratan parte de sus trabajos a otros subcontratistas de menor dimensión o mayor especialización. La influencia que este tejido de contratistas puede ejercer en la salud y la seguridad es obvia si se compara con un lugar concreto como una fábrica. En un centro de trabajo típico de una industria concentrada, sólo hay una entidad dirigente, la empresa. Esta tiene la responsabilidad única sobre el centro, las líneas de mando y comunicación son sencillas y directas, y se aplica una misma filosofía corporativa. En un proyecto de construcción puede haber diez o más entidades empresariales (el contratista general y los subcontratistas habituales), y las comunicaciones y la autoridad se transmiten por cauces más complejos, indirectos y a menudo confusos. La atención prestada a la salud y seguridad por la persona o empresa a cargo del proyecto, puede influir en el comportamiento de los demás respecto a estos temas. Lo contrario también es cierto. Además, la salud y seguridad de la obra en su conjunto, puede resultar afectada adversamente por la actuación de un subcontratista (p. ej., si un/a subcontratista es descuidado/a, y deja todo en desorden tras de sí al paso de su personal por la obra, su actuación causará problemas al resto de subcontratistas en la misma). Generalmente, en estos centros de trabajo con multitud de empresas, es más difícil la introducción y gestión de esfuerzos normativos referentes a salud y seguridad. 
Puede resultar difícil determinar la empresa responsable de ciertos riesgos o de tomar ciertas soluciones, y cualquier control administrativo que puede parecer eminentemente factible en un centro de trabajo con un sólo patrono, necesitará una modificación considerable para funcionar bien en este tipo de proyectos. Por ejemplo, la información relativa a materiales peligrosos utilizados en un proyecto debe impartirse a los que trabajan con ellos o en su proximidad, y los trabajadores deben recibir la instrucción adecuada. En un centro de trabajo fijo, con un sólo patrón, todo el material y la información que le acompaña se obtiene, controla y comunica mucho más fácilmente, mientras que en un proyecto de construcción, cualquiera de los subcontratistas puede introducir materiales peligrosos sin que el contratista general tenga la menor noticia. Adicionalmente, los trabajadores empleados por un subcontratista y que utilizan cierto material pueden haber sido instruidos al respecto, mientras que los equipos que trabajan para otro subcontratista en la misma zona pero haciendo un trabajo totalmente diferente pueden tener una ignorancia total del material y, sin embargo, estar expuestos al mismo riesgo que los que lo emplean directamente. 
Otro factor que surge en lo que concierne a las relaciones contratista-contratista atañe al proceso de licitación. Un subcontratista que presenta una oferta demasiado baja puede ejercer recortes que afectarán a la salud y seguridad. En estos casos, el contratista general debe asegurarse de que los subcontratistas prestan su conformidad a las normas, especificaciones y leyes en lo tocante a salud y seguridad. No es raro, en proyectos en los que todos los implicados han presentado ofertas muy bajas, observar la aparición de continuos problemas de salud y seguridad aparejados con un traspaso excesivo de las responsabilidades, hasta que las autoridades legales tienen que intervenir para imponer una solución. Un problema adicional está relacionado con la programación de la obra y el impacto que la misma puede tener en la salud y seguridad. Al haber varios subcontratistas en la obra a la vez, el conflicto de intereses puede crear problemas. 
Cada contratista quiere terminar su trabajo lo antes posible. Si dos o más contratistas quieren ocupar el mismo sitio, o si uno tiene que trabajar por encima del otro, pueden surgir problemas. Este problema es más característico de la construcción que de una industria fija, en la que los principales conflictos de intereses suelen darse entre producción y mantenimiento.