domingo, 15 de diciembre de 2013

Viviendas

Los proyectos de construcción de viviendas pueden consistir en una sola casa o en grandes grupos de viviendas unifamiliares o apartamentos. El cliente puede ser el dueño/a de cada casa, quien normalmente será el responsable del mantenimiento de la misma. El contratista, habitualmente, seguirá responsabilizándose de la reparación de los defectos de construcción durante un período de algunos meses después de la terminación del edificio. Sin embargo, si el proyecto es de un número elevado de casas, el cliente puede ser un organismo público, local o gubernamental, que tiene la responsabilidad de proporcionar alojamientos. Existen también grandes organismos privados, tales como asociaciones inmobiliarias, por encargo de las cuales es posible la construcción de grupos de casas. Los organismos públicos o privados responsables de facilitar vivienda, generalmente alquilan las casas terminadas a los que las ocuparán, conservando también para sí un mayor o menor grado de responsabilidad en el mantenimiento. Los proyectos de edificación relativos a bloques de apartamentos, generalmente tienen un sólo cliente para la totalidad del bloque, el cual, a continuación, alquila los apartamentos individuales de acuerdo con un contrato de arrendamiento. En este caso, el cliente tiene la responsabilidad de encargarse del mantenimiento, pero traspasa su coste a los inquilinos. En algunos países, la propiedad de cada apartamento individual del bloque puede corresponder a los ocupantes de cada uno de los apartamentos. Existen ciertos acuerdos, a veces por medio de un contratista administrador del conjunto, según los cuales se lleva a cabo el mantenimiento, recaudándose los costes necesarios entre los ocupantes. 
A menudo se construyen casas con fines especulativos por parte de un promotor. Los clientes u ocupantes específicos de tales casas pueden ser desconocidos al iniciarse el proceso, pero aparecen en escena después de que la construcción ha comenzado y adquieren o alquilan la propiedad como cualquier otra mercancía. Las casas suelen estar equipadas con instalaciones de electricidad, fontanería y alcantarillado y de calefacción; también pueden contar con una acometida de gas. A veces, con la intención de reducir costes, las casas se entregan sólo parcialmente acabadas, dejando en manos del comprador la instalación de los accesorios y la pintura y decoración del edificio.

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