martes, 24 de diciembre de 2013

Aeropuertos

La rápida expansión del transporte aéreo desde mediados del siglo XX ha desembocado en una de las formas de construcción más complejas y de mayor importancia: la construcción y ampliación de aeropuertos. 
Los clientes de la construcción de aeropuertos suelen ser los gobiernos nacionales o locales u organismos públicos. Algunos aeropuertos se construyen para ciudades importantes. Los aeropuertos raramente se destinan a clientes privados tales como empresas de negocios. 
La planificación de la obra a veces se ve dificultada por las limitaciones medioambientales relativas a ruidos y contaminación que se imponen al proyecto. Los aeropuertos requieren un espacio considerable, y si se hallan situados en zonas densamente pobladas, la creación de las pistas y el espacio necesario para los edificios terminales y para los aparcamientos de vehículos pueden requerir la rehabilitación de terrenos abandonados o difíciles por otros motivos. La construcción de un aeropuerto presupone la nivelación de una extensa superficie, lo cual puede requerir el movimiento de tierras e incluso ganar terrenos al mar, y, a continuación, la construcción de numerosos edificios de grandes dimensiones, incluyendo hangares, talleres de mantenimiento, torres de control e instalaciones de abastecimiento de combustibles, además de los edificios terminales y el aparcamiento. Si el aeropuerto se construye en un terreno poco resistente, los edificios necesitarán cimentarse sobre pilotes. Las pistas requieren buenos cimientos; las capas de grava que apoyan a los pavimentos de hormigón u macadam asfáltico deben ser fuertemente compactadas. La maquinaria que se utiliza para la construcción de aeropuertos es similar en tamaño y tipo a la utilizada en los proyectos importantes de autovías, con la salvedad de que se encuentra concentrada en una zona limitada en vez de extenderse a lo largo de muchos kilómetros en una carretera. El mantenimiento de aeropuertos es un trabajo singularmente difícil si la renovación del pavimento de las pistas de vuelo ha de efectuarse sin interrumpir las operaciones del aeropuerto. Generalmente al contratista se le asignan un número de horas nocturnas convenido de modo que pueda trabajar en una pista que esté temporalmente sin utilizar. Toda la planta, materiales y trabajadores del contratista han de ser escoltados fuera de las pistas, y estar preparados para regresar al punto de trabajo inmediatamente a la hora de comienzo acordada. El contratista debe acabar su trabajo y abandonar las pistas de nuevo a la hora convenida, en que se reanudan los vuelos. Mientras realiza su trabajo en la pista, el contratista no deberá impedir o poner en peligro el movimiento de aviones en otras pistas adyacentes.

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