sábado, 12 de octubre de 2013

Pintura y acabado - III

La pulverización térmica o pulverización metálica o por llama es la aplicación sobre acero de revestimientos de zinc o aluminio como protección anticorrosión de larga duración. Se trata de un proceso de revestimiento utilizado en numerosas aplicaciones, tanto civiles como militares. Se diferencia de las prácticas de revestimiento tradicionales por lo especializado del equipo y por el ritmo de producción relativamente lento. Hay dos tipos básicos de máquinas para aplicación térmica de revestimientos: alambre de combustión y arco térmico. El alambre de combustión es un sistema de llama a base de gases combustibles con un controlador de alimentación de alambre. Los gases combustibles funden el material, que a continuación se pulveriza sobre las piezas. La máquina eléctrica de pulverización térmica por el contrario, utiliza un arco eléctrico para fundir el material pulverizado por la llama. El equipo incorpora filtración, compresión de aire, arco eléctrico con controlador y pistola pulverizadora para llama de arco. Hay que preparar bien la superficie para que se adhieran los materiales pulverizados por la llama. La forma de preparación más común es el tratamiento con chorro de arena fina (óxido de aluminio, por ejemplo). El coste inicial de la pulverización térmica es elevado en comparación con el de la pintura, pero resulta económicamente más atractiva cuando se considera todo el ciclo de servicio. Aunque alguno astilleros disponen de sus propias máquinas de pulverización térmica, otros subcontratan este trabajo. La pulverización térmica puede realizarse en el taller o a bordo del buque.
Prácticas y métodos de pintura. Se llevan a cabo tareas de pintura en casi todas las zonas del astillero, desde la imprimación inicial que se aplica al acero hasta los detalles de la pintura definitiva del buque. Los métodos que se emplean al pintar varían enormemente de un proceso a otro. La pintura se mezcla tanto a mano como mecánicamente, por lo general en una zona rodeada de zanjas de contención y pallets para contención auxiliar; algunas de estas zonas son recintos cubiertos. En el astillero se realizan tareas de pintura tanto a cubierto como al aire libre. Se utilizan con frecuencia paneles de ladrillo, plástico o acero para contener la pintura pulverizada, neutralizar la acción del viento y capturar las partículas de pintura en suspensión, cuya cantidad se verá reducidas con la implantación de nuevas tecnologías. Al limitar el exceso de pulverización, el astillero ahorra pintura y dinero.

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