lunes, 21 de octubre de 2013

Construcción de embarcaciones pequeñas

En algunos aspectos, las embarcaciones de recreo pueden considerarse como buques relativamente pequeños, pues muchos de los procesos empleados para su construcción y reparación son muy parecidos a los empleados en la construcción y reparación de buques, aunque a escala menor. 
El acero, la madera y los materiales compuestos son los más empleados en la construcción de cascos para embarcaciones pequeñas. Se consideran materiales compuestos los metales reforzados con fibra, las colas reforzadas con fibra, las resinas reforzadas con fibras, adhesivos reforzados con fibras, placas de hormigón armado, los plásticos reforzados con fibra y los plásticos reforzados con fibra de vidrio (GRP). El desarrollo desde principios del decenio de 1950 de métodos de aplicación manual de capas de resina de poliéster de endurecimiento en frío reforzada con fibra de vidrio condujo a una rápida expansión de la construcción náutica que empleaba los GRP, que ha pasado desde el 4 % en el decenio de 1950 a más del 80 % en el de 1980, e incluso a tasas aún mayores en la actualidad. En los buques de eslora igual o superior a 40 m, la principal alternativa a los GRP no es la madera, sino el acero. 
A medida que disminuye el tamaño del casco, el coste relativo de la construcción en acero aumenta, hasta dejar de ser competitivo por debajo de 20 m. La necesidad de un margen para la corrosión tiende a aumentar excesivamente el peso en embarcaciones pequeñas con casco de este material. Sin embargo, para buques de más de 40 m, el bajo coste que supone la construcción pesada en acero soldado suele suponer una ventaja decisiva. Salvo que el diseño imaginativo, la mejora de los materiales y la construcción automatizada reduzcan los costes sustancialmente, es poco probable que los plásticos reforzados con fibra de vidrio o de otro tipo lleguen a competir con el acero en embarcaciones de más de 40 m de eslora, excepto cuando hayan de cumplirse condiciones especiales, como transporte a granel de productos corrosivos o criogénicos, necesidad de un casco no magnético o reducción drástica de peso para mejorar las prestaciones. En la actualidad, los GRP se utilizan mucho para construir cascos de embarcaciones de recreo, lanchas rápidas, yates de bajura y transoceánicos, embarcaciones de trabajo, lanchas de traslado de prácticos y pasajeros y barcos pesqueros. Su éxito en embarcaciones de pesca, tradicionalmente de madera, se puede atribuir a: 
• coste inicial competitivo, especialmente cuando se construyen muchos cascos con el mismo diseño, realzado por el aumento del precio de la madera y la escasez de carpinteros de ribera con la suficiente experiencia; 
• ausencia de averías y costes de mantenimiento reducidos gracias al uso de GRP a prueba de fugas y de podredumbre, a la resistencia a las incrustaciones de organismos marinos y a los bajos costes de reparación; 
• facilidad para obtener formas complejas, necesarias por motivos hidrodinámicos, estructurales o estéticos.

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