Los profesionales dedicados al control de emergencias o accidentes
provocados por sustancias peligrosas pueden calificarse, de
forma genérica, como personal de control de sustancias peligrosas. Un incidente o situación de emergencia producido por
una sustancia peligrosa es un vertido incontrolado o ilegal, real o
potencial, de una sustancia peligrosa o de sus subproductos peligrosos.
Las urgencias de este tipo pueden producirse durante
el transporte o en una instalación fija. Los incidentes durante el
transporte pueden ocurrir como resultado de accidentes terrestres,
navales o aéreos,. Las instalaciones fijas pueden ser edificios
industriales, de oficinas, escuelas, explotaciones agrarias o cualquier
otra estructura fija que albergue materiales peligrosos.
Los trabajadores cuya misión principal es controlar las urgencias
producidas por sustancias peligrosas, se consideran en
general parte de los equipos de control de materiales peligrosos.
Entre los profesionales integrantes de estos equipos figuran
trabajadores del sector público como los bomberos, policía y
personal de transporte, específicamente entrenados para
afrontar las situaciones de emergencia debidas a sustancias peligrosas.
Las instalaciones fijas, como las fábricas, las refinerías de
petróleo y los laboratorios de investigación cuentan, por regla
general, con equipos propios de control de materiales peligrosos
adiestrados para afrontar los accidentes originados a causa de
los materiales peligrosos existentes en el interior de sus recintos.
En la normativa sobre medio ambiente se exige, a veces,
que dichas instalaciones comuniquen a los organismos públicos
cualquier incidente que ocasione un riesgo a la comunidad
circundante o en el que se rebase el umbral tolerado de una
determinada sustancia peligrosa. Los profesionales de la salud
pública, adiestrados en la evaluación de exposiciones y en el
control de materiales peligrosos, como los higienistas industriales,
suelen integrarse en los equipos de control de materiales
peligrosos de los sectores público o privado.
La policía y los bomberos suelen ser los primeros profesionales
en responder a las situaciones de emergencia producidas
por sustancias peligrosas, dado que pueden encontrarse con
fugas de este tipo de sustancias en las estructuras incendiadas o
en un accidente de circulación. Estos trabajadores suelen ser los
primeros que acuden al lugar del siniestro, y su responsabilidad
principal es impedir la exposición del público al vertido, manteniéndolo
alejado del lugar del siniestro. Esta misión se lleva
normalmente a cabo aplicando métodos de control físico, como
las barreras y de control de masas y del tráfico.
Los primeros
profesionales en acudir al lugar del siniestro no suelen adoptar
medidas de contención o control del vertido. Estos trabajadores
suelen correr mayores riesgos de exposición a las sustancias
peligrosas que el resto del equipo de control de urgencias, ya
que normalmente afrontan las fugas sin ayuda del equipo de
protección adecuado, además de verse expuestos a emanaciones
imprevistas.
Los primeros en acudir al lugar del siniestro, suelen
recabar la presencia de los equipos de control de materiales
peligrosos para que asuman la responsabilidad de la contención
del riesgo. En otro artículo del presente capítulo se han
expuesto los problemas sanitarios específicos de policías y
bomberos.
La tarea fundamental de los equipos de control de materias
peligrosas, es contener y controlar los vertidos. Esta labor puede
entrañar serios riesgos si en el siniestro intervienen explosivos o
sustancias muy tóxicas, como el gas cloro. Corresponde al jefe
del equipo decidir sobre las acciones a emprender para solucionar
la emergencia.
A veces, la elaboración de un plan de
control de los accidentes especialmente complicados, como el
descarrilamiento de varios vagones de un tren o una explosión
seguida de incendio en una planta química, es un proceso lento.
En los casos en que la aplicación de medidas de control entrañe,
para los equipos de control de materias peligrosas, un riesgo
importante de sufrir graves lesiones, puede decidirse no adoptar
medidas específicas de contención y dejar que la sustancia se
vierta en el medio ambiente. La última fase del trabajo de control de emergencias producidas
por sustancias peligrosas suele ser la retirada de los residuos
peligrosos de dichas sustancias, que suele encargarse a
personal de limpieza. En la vigente normativa de seguridad y
salud en algunos países, se exige que estos trabajadores reciban
una formación especial en las técnicas de control de materiales
peligrosos y se sometan a vigilancia médica periódica. A veces, el
riesgo de exposición que asumen estos trabajadores es mayor,
ya que las operaciones de limpieza los obligan a un estrecho
contacto con los materiales peligrosos. Otros profesionales,
como los equipos de asistencia sanitaria de urgencia —incluidos
los enfermeros de urgencias médicas, el personal auxiliar,
el personal médico de las salas de urgencias y otros trabajadores
de los hospitales—, se encuentran igualmente expuestos al riesgo
de contacto con sustancias peligrosas.
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