viernes, 29 de agosto de 2014

Consecuencias para la salud

El personal de control de sustancias peligrosas está expuesto a diversos tipos de riesgos agudos para la salud. 
La primera amenaza para la salud viene definida por la potencial toxicidad del agente y por el posible contacto con la sangre y otros fluidos corporales de las víctimas del accidente. 
La segunda amenaza es el riesgo de sufrir lesiones físicas importantes, como quemaduras producidas por la explosión y/o el incendio resultantes de una reacción química inesperada, o como consecuencia del derrumbe de un edificio o de la rotura de un contenedor. 
El tercer tipo de efecto agudo sobre la salud, es el riesgo de sufrir estrés por calor o agotamiento al realizar un trabajo pesado, a menudo enfundados en ropas protectoras contra sustancias químicas, que reducen la capacidad corporal de enfriamiento mediante la evaporación. 
Los trabajadores con antecedentes de problemas de salud como una enfermedad cardiovascular o respiratoria, diabetes o pérdidas de la consciencia, o que tomen medicamentos que puedan menoscabar el intercambio de calor o la respuesta cardiorrespiratoria al ejercicio, corren un riesgo añadido si realizan trabajos pesados. Se dispone de escasa información relativa a las consecuencias para la salud del personal especializado en el control de urgencias producidas por sustancias peligrosas. Según el registro HSEES, 467 de las 4.034 intervenciones de control de situaciones de emergencia producidas entre 1990 y 1992, un 15 % del total, se saldaron con 446 lesiones. 
Doscientas de las personas lesionadas fueron clasificadas como personal de intervención de urgencias, incluidos bomberos, policías y personal de seguridad, personal médico de urgencias y miembros de los equipos de control de urgencias de materias peligrosas. Casi la cuarta parte del personal de intervención de urgencias (22 %) no utilizó equipo de protección individual alguno. Entre los principales efectos conocidos para la salud en las personas lesionadas estaban irritación de las vías respiratorias (37,3 %), irritación ocular (22,8 %) y náuseas (8,9 %). El 6,1 % de los lesionados habían sufrido quemaduras químicas, mientras que el 2 % habían sido víctimas del estrés por calor. Se produjeron once muertes, incluido la de un trabajador de control de urgencias. Las causas del fallecimiento de estas personas fueron traumatismos, quemaduras químicas, asfixia, quemaduras térmicas, estrés por calor y parada cardíaca. Según otros informes, los trabajadores de control de urgencias corren riesgos de sufrir lesiones graves. Se carece de una descripción sistemática de los riesgos de salud asociados con la exposición crónica a una extensa gama de materiales peligrosos y no se ha realizado ningún estudio epidemiológico de los miembros de los equipos de control de materiales peligrosos. En cambio, algunos estudios epidemiológicos sobre los bomberos que acuden a los lugares de incendio, han puesto de manifiesto la posibilidad de que estos trabajadores tengan un mayor riesgo de desarrollar distintos tipos de cáncer (Véase el artículo titulado “Peligros de la extinción de incendios” en este mismo capítulo).

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