El personal de control de sustancias peligrosas está expuesto a
diversos tipos de riesgos agudos para la salud.
La primera
amenaza para la salud viene definida por la potencial toxicidad
del agente y por el posible contacto con la sangre y otros fluidos
corporales de las víctimas del accidente.
La segunda amenaza es
el riesgo de sufrir lesiones físicas importantes, como quemaduras
producidas por la explosión y/o el incendio resultantes de una
reacción química inesperada, o como consecuencia del derrumbe de un edificio o de la rotura de un contenedor.
El tercer tipo de
efecto agudo sobre la salud, es el riesgo de sufrir estrés por calor o
agotamiento al realizar un trabajo pesado, a menudo enfundados
en ropas protectoras contra sustancias químicas, que reducen la
capacidad corporal de enfriamiento mediante la evaporación.
Los trabajadores con antecedentes de problemas de salud como
una enfermedad cardiovascular o respiratoria, diabetes o
pérdidas de la consciencia, o que tomen medicamentos que
puedan menoscabar el intercambio de calor o la respuesta cardiorrespiratoria
al ejercicio, corren un riesgo añadido si realizan
trabajos pesados.
Se dispone de escasa información relativa a las consecuencias
para la salud del personal especializado en el control de urgencias
producidas por sustancias peligrosas. Según el registro
HSEES, 467 de las 4.034 intervenciones de control de situaciones
de emergencia producidas entre 1990 y 1992, un 15 %
del total, se saldaron con 446 lesiones.
Doscientas de las
personas lesionadas fueron clasificadas como personal de intervención
de urgencias, incluidos bomberos, policías y personal de
seguridad, personal médico de urgencias y miembros de los
equipos de control de urgencias de materias peligrosas. Casi la
cuarta parte del personal de intervención de urgencias (22 %) no
utilizó equipo de protección individual alguno.
Entre los principales efectos conocidos para la salud en las
personas lesionadas estaban irritación de las vías respiratorias
(37,3 %), irritación ocular (22,8 %) y náuseas (8,9 %). El 6,1 %
de los lesionados habían sufrido quemaduras químicas, mientras
que el 2 % habían sido víctimas del estrés por calor. Se produjeron
once muertes, incluido la de un trabajador de control de
urgencias. Las causas del fallecimiento de estas personas fueron
traumatismos, quemaduras químicas, asfixia, quemaduras
térmicas, estrés por calor y parada cardíaca. Según otros
informes, los trabajadores de control de urgencias corren riesgos
de sufrir lesiones graves.
Se carece de una descripción sistemática de los riesgos de
salud asociados con la exposición crónica a una extensa gama
de materiales peligrosos y no se ha realizado ningún estudio
epidemiológico de los miembros de los equipos de control de
materiales peligrosos. En cambio, algunos estudios epidemiológicos
sobre los bomberos que acuden a los lugares de incendio,
han puesto de manifiesto la posibilidad de que estos trabajadores
tengan un mayor riesgo de desarrollar distintos tipos de cáncer
(Véase el artículo titulado “Peligros de la extinción de incendios”
en este mismo capítulo).
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