jueves, 7 de agosto de 2014

FUERZAS ARMADAS

Las naciones mantienen ejércitos con el propósito de disuadir a los posibles agresores, desactivar posibles conflictos y, en caso necesario, estar preparadas para librar y ganar las guerras. Las fuerzas armadas realizan además otras misiones que se denominan “intervenciones en tiempos de paz” u “operaciones no bélicas”: misiones humanitarias, como ayudas urgentes en caso de desastre; operaciones de establecimiento y mantenimiento de la paz; intervenciones contraterroristas y contra el narcotráfico, y asistencia de seguridad. Los hombres y mujeres de las fuerzas armadas trabajan en submarinos y buques de superficie, sobre la tierra, en todo tipo de terrenos, con temperaturas extremas y a gran altura. Buena parte del trabajo de los militares se centra en el mantenimiento de las destrezas necesarias para manejar un equipo exclusivamente militar (como submarinos, aviones de combate y tanques) en acciones contra un enemigo armado. 
Las fuerzas armadas emplean igualmente a un gran número de personas uniformados que realizan labores de mantenimiento y reparación, administrativas, médicas y de otros tipos, en apoyo de los combatientes. Todos los miembros de las fuerzas armadas se esfuerzan por conservar el dominio de las destrezas militares básicas, como la puntería, además de un elevado nivel de aptitud física que les permita reaccionar adecuadamente si se ven en la necesidad de entrar en combate. Se ejercitan constantemente para desarrollar y mantener su fuerza y su capacidad aerobia. Si se realizan en exceso o de forma inadecuada, estos programas pueden provocar lesiones. 
Además de los riesgos profesionales, estos trabajadores uniformados están expuestos al riesgo adicional de contraer enfermedades infecciosas. En efecto, el medio ambiente existente en los campamentos de instrucción básica y el hacinamiento típico de algunas unidades, como los buques de guerra, favorecen la aparición de brotes de enfermedades respiratorias agudas y otras enfermedades infecciosas. El ruido es un problema universal. También, el desplazamiento a diversas partes del mundo conlleva el contacto con agua y alimentos contaminados, y la exposición a los vectores de transmisión de protozoos y de agentes víricos y bacterianos. Las fuerzas armadas emplean un gran número de trabajadores civiles dedicados a labores de investigación y desarrollo y a la prestación de servicios auxiliares de mantenimiento, administración, etc. Algunos de estos trabajadores civiles cobran de las fuerzas armadas; otros trabajan en empresas contratistas de las instituciones armadas. Existe una tendencia creciente a emplear trabajadores civiles en tareas de apoyo en estrecha proximidad al despliegue de las fuerzas de combate, lo que los expone a idénticos riesgos laborales y ambientales.

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