El personal auxiliar, incluidos enfermeros de urgencias médicas y
personal de transporte de las ambulancias, presta la asistencia
sanitaria inicial en el lugar del accidente, siniestro o enfermedad
aguda, y transporta a los pacientes a los puntos en que pueden
recibir el tratamiento adecuado. Los avances del equipo sanitario
y de las comunicaciones, han incrementado las posibilidades
de estos trabajadores de reanimar y estabilizar a las víctimas mientras los trasladan a un centro de urgencias. El aumento de la
capacidad de los enfermeros de urgencias médicas, va acompañado
de la elevación de los riesgos a que se ven expuestos en el
cumplimiento de sus funciones.
El personal sanitario de urgencias
trabaja en pequeños equipos, integrados generalmente por dos o
tres personas que con frecuencia realizan su trabajo en instalaciones
mal equipadas y de difícil acceso. En el medio ambiente de
trabajo se pueden producir riesgos imprevistos o incontrolados
de orden biológico, químico y físico. Las situaciones dinámicas
rápidamente cambiantes y la hostilidad de los pacientes y del
entorno pueden exacerbar los peligros inherentes al trabajo. En
el diseño de estrategias para reducir y prevenir las lesiones profesionales,
se deben tomar en consideración los riesgos para la
salud del personal auxiliar.
Los riesgos a que está expuesto el personal auxiliar se clasifican
en cuatro categorías principales: riesgos físicos, riesgos por
inhalación, exposición a agentes infecciosos y estrés. Los riesgos
físicos comprenden tanto las lesiones musculosqueléticas relacionadas
con las tareas profesionales, como los efectos causados por
el ambiente de trabajo.
El levantamiento de grandes pesos en
posiciones difíciles es el mayor riesgo físico que sufren estos
trabajadores y es responsable de más de un tercio de las lesiones.
Las distensiones de espalda constituyen las lesiones más
frecuentes y, según un estudio retrospectivo, el 36 % de las
lesiones comunicadas se debían a distensiones lumbares (Hogya
y Ellis 1990). El levantamiento de los pacientes y del equipo
parecen ser las principales causas de aparición de las lesiones
lumbares de espalda, dos tercios de las cuales, aproximadamente,
se producen en el lugar de intervención. Las lesiones
recurrentes de espalda son frecuentes y pueden provocar una
incapacidad de larga duración o permanente que fuerza la jubilación
anticipada de trabajadores experimentados.
También son
frecuentes las contusiones de cabeza, cuello, tronco y extremidades,
los esguinces de tobillos, muñecas y manos y las heridas
en los dedos. Otras causas de lesiones son los accidentes de
circulación y la violencia ejercida tanto por los pacientes como
por otras personas. La mayoría de los accidentes de circulación
son colisiones provocadas por la premura de tiempo, la sobrecarga
de trabajo, las malas condiciones meteorológicas y la
formación inadecuada.
Se han notificado lesiones térmicas provocadas por ambientes
excesivamente fríos o calientes. El clima y las condiciones
meteorológicas locales, unidos al uso de ropas o de equipo
inadecuado, producen estrés por calor y lesiones por frío. Por
otra parte, en el personal de servicio en las ambulancias se han
observado casos de pérdida acelerada de audición provocada
por la exposición al ruido ambiental producido por las sirenas,
que excede de los umbrales recomendados.
La inhalación de humos y la intoxicación por gases, como el
monóxido de carbono, entrañan graves riesgos de lesión respiratoria
para el personal auxiliar. Aunque no es muy frecuente,
estas exposiciones pueden tener consecuencias nefastas. A veces,
el personal que responde inicialmente a una llamada de
urgencia se encuentra mal equipado para las labores de rescate y
puede ser víctima del humo y los gases tóxicos antes de recibir
refuerzos y equipos complementarios.
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