jueves, 19 de junio de 2014

Riesgos químicos - I

Más del 50 % de las muertes relacionadas con el fuego se deben a la exposición al humo, y no a las quemaduras. Uno de los factores que más contribuyen a la morbilidad y la mortalidad en los incendios es la hipoxia ocasionada por la falta de oxígeno en el ambiente, que provoca pérdida de forma física, confusión e incapacidad para escapar. Los componentes del humo, por separado y en combinación, son igualmente tóxicos. En la Figura 95.3 se muestra a un bombero provisto de un equipo autónomo de protección respiratoria, que rescata a un compañero sin equipo de protección, atrapado en la densa humareda producida por un incendio declarado en un almacén de neumáticos. (Al quedarse sin suministro de oxígeno, el bombero rescatado se quitó como pudo el equipo de respiración y tuvo la enorme fortuna de ser rescatado antes de que fuese demasiado tarde.) Todo tipo de humo, incluso el que se desprende de un incendio de madera, es peligroso y puede resultar letal si se inhala en una concentración elevada. El humo es una mezcla variable de distintos elementos, cuya toxicidad depende, esencialmente del combustible, del calor desprendido por el fuego y de la cantidad de oxígeno disponible para la combustión. Los bomberos que acuden a extinguir un incendio suelen exponerse a diversas sustancias: monóxido de carbono, dióxido de nitrógeno, cianuro de hidrógeno, dióxido de azufre, cloruro de hidrógeno, aldehídos y compuestos orgánicos, como el benceno. A distintas combinaciones de estos gases corresponden diversos niveles de riesgo. Unicamente el monóxido de carbono y el cianuro de hidrógeno se generan comúnmente en concentraciones letales en el incendio de edificios.
Figura 95.3 • Un bombero rescata a un compañero
atrapado por los humos tóxicos
producidos en el incendio de un
almacén de neumáticos.

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