martes, 10 de junio de 2014

Riesgos laborales

El peligro que acecha en mayor medida a todos estos trabajadores es el estrés. Están especialmente sujetos a las denominadas situaciones críticas, que se perciben como un peligro grave o incierto, pero en todo caso probablemente serio, que el sujeto no puede eludir. A diferencia del público en general, el trabajador que ejerce alguna de estas profesiones no puede pasar de largo ni abandonar el lugar, y buena parte de su autoestima proviene del modo en que afrontan estas situaciones. Los trabajadores que sobreviven a situaciones críticas suelen atravesar períodos de negación, seguidos de períodos de depresión y de comportamiento confuso. Sus pensamientos se llenan de imágenes de lo que han vivido y de sentimientos de culpa o de incapacidad. 
Les cuesta concentrarse en lo que hacen y pueden sufrir pesadillas. Las situaciones más críticas se asocian a los casos en que la víctima ha muerto por causa de un error o porque el trabajador no ha podido rescatarla, a pesar de sus esfuerzos. En muchas de estas profesiones se incluyen también operaciones de salvamento y estabilización de personas que pueden padecer enfermedades infecciosas. Las infecciones más problemáticas son el SIDA y la infección por VIH en general, las hepatitis B y C y la tuberculosis. Tanto el virus del VIH como los de las hepatitis B y C se transmiten a través de los líquidos corporales, por lo que pueden entrañar un peligro para el personal de control de urgencias si existen heridas sangrantes o el trabajador recibe un mordisco. En la actualidad se suele instruir al personal urgencias para que trate a todas las personas (sean víctimas o delincuentes) como potencialmente infectadas e infecciosas. Las precauciones contra el contagio del VIH se exponen en otro capítulo. La tuberculosis se transmite a través de la tos y los esputos. 
El riesgo es especialmente grave en la reanimación de pacientes con tuberculosis activa, patología cada vez más frecuente en las barriadas más deprimidas de muchas ciudades. El riesgo de sufrir lesiones es común a todas estas profesiones. En efecto, todo incendio entraña una inseguridad, y el peligro inherente al fuego se combina con el riesgo de desplome de las estructuras, hundimiento de los suelos, caídas de objetos y caídas de altura. Evidentemente, la violencia es un riesgo más común para la policía y las unidades de combate de las fuerzas armadas, puesto que su objetivo consiste precisamente en controlar la violencia. No obstante, al margen de la violencia, existen riesgos potenciales de sufrir accidentes traumáticos de circulación, en el manejo incorrecto de armas y, en especial entre los militares, se pueden producir lesiones laborales en la realización de operaciones auxiliares. 
El personal de control de sustancias peligrosas se ve en la obligación de manipular diversas sustancias químicas desconocidas que entrañan un riesgo de explosión o incendio además de sus propiedades tóxicas. Los riesgos potenciales para la salud varían sustancialmente de una profesión a otra. Aparte de los efectos del estrés y del peligro de transmisión de enfermedades infecciosas anteriormente indicados, los riesgos sanitarios varían de una profesión a otra.

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