viernes, 27 de junio de 2014

Enfermedades pulmonares

La exposición a elementos poco comunes, como los humos procedentes de plásticos ardiendo, resulta sumamente tóxica para el pulmón y puede llegar a producir invalidez permanente. La tarea normal del bombero puede provocar trastornos de corta duración similares al asma, que desaparecen al cabo de unos días. No parece que esto aumente, a lo largo de su vida, el riesgo de fallecer de enfermedad pulmonar crónica, a menos que se haya producido una exposición extraordinariamente intensa (riesgo de morir a consecuencia de la inhalación de humos) o que se inhale humo de características poco comunes (especialmente el derivado de la combustión de cloruro de polivinilo (CPV)). La enfermedad pulmonar obstructiva crónica ha sido ampliamente investigada entre los bomberos, y los hallazgos no avalan la tesis de una asociación con su trabajo, por lo que no procede formular una suposición. Una excepción a esta conclusión pueden ser los raros casos en que aparece una enfermedad pulmonar crónica tras una exposición aguda inusual o intensa y existen antecedentes de complicaciones médicas. 
La presunción general de riesgo no es fácil ni racionalmente sostenible cuando la relación es débil o las enfermedades son comunes en el conjunto de la población. Un criterio más eficaz puede ser analizar individualmente cada reclamación basándose en el examen de los factores individuales de riesgo y del perfil global del riesgo. La presunción general de riesgo es más fácil de aplicar a trastornos poco frecuentes con elevados riesgos relativos, en especial si éstos son exclusivos o característicos de determinadas profesiones. En la Tabla 95.1 se resumen las recomendaciones específicas, con los criterios utilizables para rechazar —o cuestionar— su existencia en cada caso concreto.

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