jueves, 5 de junio de 2014

Escuelas universitarias y universidades - I

Los recintos que albergan grandes instituciones como escuelas universitarias y universidades pueden compararse a pequeñas ciudades por el tamaño de su población, el área geográfica, el tipo de servicios básicos necesarios y la complejidad de las actividades que se llevan a cabo. Además de los riesgos para la salud y la seguridad de carácter profesional generados en dichas instituciones (analizados en el capítulo Servicios públicos y gubernamentales), es necesario abordar una amplia gama de motivos de preocupación relacionados con el hecho de que un gran número de personas vivan, trabajen y desarrollen su actividad académica en un área delimitada. 
La gestión de residuos en los campus suele ser un difícil reto. La legislación medioambiental en muchas jurisdicciones exige un control estricto de las emisiones de agua y gas producidas por las actividades de enseñanza, investigación y prestación de servicios. En ciertas situaciones, las inquietudes expresadas por la comunidad externa pueden exigir una actuación en materia de relaciones públicas. En los programas de evacuación de residuos químicos y sólidos, deben tenerse en cuenta factores profesionales, medioambientales y relacionados con la salud de la colectividad. La mayoría de las grandes instituciones disponen de programas globales para la gestión de los distintos residuos generados: sustancias químicas tóxicas, isótopos radioactivos, plomo, amianto, residuos biomédicos, basura, desechos líquidos y materiales de construcción. Un problema planteado es la coordinación de estos programas en los campus, debido al gran número de departamentos diferentes, que suelen adolecer de una comunicación deficiente entre sí. Las escuelas universitarias y las universidades difieren de las empresas por las cantidades y los tipos de residuos peligrosos producidos. 
Por ejemplo, los laboratorios de los campus suelen generar cantidades limitadas de sustancias químicas peligrosas muy variadas. Los métodos de control de este tipo de residuos pueden consistir en la neutralización de ácidos y álcalis, la recuperación de disolventes a pequeña escala mediante la destilación y el empaquetado “de laboratorio”, caracterizado por la colocación de pequeños contenedores de sustancias químicas peligrosas y compatibles en tambores separados por serrín u otros materiales de embalaje para evitar roturas. Puesto que los campus pueden generar grandes cantidades de residuos de papel, cristal, metal y plástico, es posible aplicar programas de reciclado como demostración de responsabilidad colectiva y como parte de la función educativa.

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