La clave para trabajar de forma segura con los productos
químicos de fotografía es conocer los posibles riesgos para la
salud que entraña la exposición a ellos y mantener los niveles
de riesgo en valores aceptables. El reconocimiento y control de
dichos riesgos empieza por leer y comprender las etiquetas de los
productos y las fichas técnicas de seguridad.
En el cuarto oscuro es importante evitar el contacto de la piel
con los productos del revelado. Los guantes de neopreno
resultan muy útiles como medida de prevención, sobre todo en
las zonas donde se mezclan los distintos productos y donde se
encuentran las soluciones más concentradas.
Los guantes deben
tener un espesor suficiente para reducir la posibilidad de rasgaduras
o agujeros y deben revisarse y lavarse con frecuencia, por
fuera y por dentro, a ser posible con jabón de manos no alcalino.
Además de los guantes deben utilizarse pinzas para evitar el
contacto con la piel. Las cremas protectoras no son recomendables
para trabajar con productos químicos, ya que algunos de
ellos pueden traspasarlas y se corre el riesgo de contaminar las
diferentes soluciones fotográficas. Sí conviene utilizar delantales
y batas de laboratorio dentro del cuarto oscuro, así como lavar
frecuentemente la ropa de trabajo. Se recomienda asimismo
llevar gafas protectoras, especialmente en las zonas donde se
manipulan líquidos fotográficos concentrados.
En caso de contacto de la piel con estos productos, debe
lavarse la zona afectada lo antes posible con agua abundante.
Ya que algunos de los materiales empleados, como los reveladores,
son alcalinos, puede reducirse el riesgo de que se
produzca una dermatitis utilizando un jabón no alcalino (con un
pH de 5,0 a 5,5) para lavarse las manos. La ropa ensuciada por
un producto químico debe cambiarse de inmediato, y cualquier
salpicadura o derrame ha de limpiarse nada más producirse.
En las zonas destinadas al revelado y las mezclas es importante
disponer de medios para lavarse las manos y enjuagarse los ojos,
y cuando se utiliza ácido acético glacial o concentrado también
debe contarse con duchas para emergencias.
Otro aspecto fundamental en lo que respecta a la seguridad
en el cuarto oscuro es la existencia de una ventilación adecuada.
La cantidad necesaria depende de las condiciones del local y de
los productos químicos utilizados.
Para trabajos básicos de fotografía en blanco y negro lo adecuado es disponer de una
ventilación general (por ejemplo, de 4,25 m3/min de ventilación
de entrada, y de 4,8 m3/min de ventilación aspirante, lo que
equivale a diez renovaciones del aire por hora en una habitación
de 3 × 3 × 3 m), y contar con una tasa mínima de renovación de
aire exterior de 0,15 m3/min/m2 de superficie. El aire de salida
debe dirigirse al exterior del edificio para evitar la redistribución
de agentes contaminantes. Los procesos más delicados, como el
virado (que en lugar de plata emplea sulfuro de plata, selenio y
otros metales), el intensificado (oscurecimiento de partes de la
imagen con productos como el dicromato potásico o clorocromato
potásico) y las mezclas (con polvos y soluciones concentradas)
requieren ventilación aspirante local suplementaria o
protección respiratoria.
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