miércoles, 10 de septiembre de 2014

Efectos sobre la salud y pautas patológicas - I

Los actores, músicos, bailarines, cantantes y otros artistas escénicos también están expuestos a lesiones y enfermedades profesionales, como accidentes, quemaduras, lesiones por esfuerzos repetitivos, alergias e irritación de la piel y vías respiratorias, ansiedad teatral (miedo escénico) y estrés. Muchas de estas lesiones son propias de un determinado grupo de artistas y se verán en artículos aparte. Cualquier problema físico, por leve que sea, afecta al artista de manera que éste no puede desarrollar sus capacidades al cien por cien, lo que origina pérdidas de tiempo e incluso de empleo. En los últimos años, la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de las lesiones sufridas por los actores han dado paso a un nuevo campo de la medicina, el dedicado a las artes, que en un principio fue una especialidad de la medicina deportiva (véase “Historia de la medicina de las artes escénicas” en este capítulo). 
Un estudio de tasas de mortalidad proporcional entre actores de cine y de teatro reveló un aumento notable de los cánceres de esófago y vejiga entre mujeres, con una tasa 3,8 veces superior en actrices de teatro frente a las de cine (Depue y Kagey 1985). Los actores varones presentaron incrementos significativos de tasas de mortalidad proporcional (aunque no en la tasa global de mortalidad por cáncer) en cáncer de páncreas y colon; la incidencia de cáncer de testículos resultó ser en ambos métodos el doble de lo esperado. Las tasas de mortalidad por suicidios y accidentes (excepto de tráfico) fueron bastante elevadas tanto entre hombres como en mujeres, mientras que los datos sobre cirrosis hepática dieron valores elevados entre los varones. 
Un estudio reciente sobre lesiones en 313 actores de 23 espectáculos de Broadway, en Nueva York, reveló que el 55,5 % había sufrido al menos una lesión, con una media de 1,08 lesiones por individuo (Evans y cols. 1996). Entre los bailarines de Broadway, las lesiones más frecuentes se localizaron en: extremidades inferiores, (52 %), espalda (22 %) y cuello (12 %), propiciadas en gran medida por la inclinación de los escenarios. Las lesiones más frecuentes entre los actores se localizaron en: extremidades inferiores (38 %), zona lumbar (15 %) y cuerdas vocales (17 %). Los humos y nieblas artificiales en el escenario fueron algunas de las causas principales de estas últimas. En 1991, el United States National Institute for Occupational Safety and Health investigó los efectos sobre la salud de la niebla artificial empleada en los escenarios de cuatro espectáculos de Broadway (Burr y cols. 1994). 
En todos ellos la niebla artificial estaba hecha principalmente con glicol, aunque en un caso también se utilizó aceite mineral. En un estudio mediante cuestionarios entre 134 actores de estos espectáculos, con un grupo de control de 90 actores de cinco espectáculos que no empleaban niebla artificial, se encontraron más síntomas entre los actores expuestos a los efectos de la niebla artificial. Entre ellos, afecciones de las vías respiratorias inferiores (irritación de mucosas y fosas nasales) y de las altas (tos, sibilancias, broncoespasmos y disnea). El estudio de seguimiento no pudo demostrar una correlación expresa entre la exposición a la niebla artificial y el asma, quizá debido al corto número de respuestas.

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