jueves, 11 de septiembre de 2014

Efectos sobre la salud y pautas patológicas - II

En la industria del cine hay un índice elevado de accidentes, hasta el punto de que en California se clasifica la actividad como “de alto riesgo”, en gran parte debido a los ejercicios acrobáticos de los actores especialistas. En el decenio de 1980 ocurrieron más de 40 accidentes mortales en el rodaje de películas producidas en Estados Unidos (McCann 1991). Entre 1980 y 1988 las estadísticas en California arrojan un índice de 1,5 muertes por cada 1.000 heridos, en comparación con la media global de 0,5 en ese Estado durante en el mismo período. 
Numerosos estudios demuestran que entre los bailarines se dan índices elevados de síndrome de sobrecarga física y lesiones agudas. Entre los bailarines de ballet se aprecia una acentuada incidencia del síndrome de sobrecarga física (63 %), de fracturas por estrés (26 %) y de afecciones graves (51 %) y leves (48 %) a lo largo de sus carreras profesionales (Hamilton y Hamilton 1991). Un estudio con cuestionarios entre 141 bailarines (80 mujeres), de 18 a 37 años de edad, de siete compañías de ballet y baile moderno profesional del Reino Unido, reveló que 118 (84 %) de los bailarines sufrieron al menos una lesión relacionada con el baile y que afectó a su profesión, y en 59 casos (42 %) tuvieron lugar en los últimos seis meses (Bowling 1989). Setenta y cuatro de ellos (53 %) manifestaron sufrir al menos una lesión crónica. Entre éstas, las más comunes se localizaron en la espalda, el cuello y los tobillos. 
Al igual que ocurre con los bailarines, entre los músicos también se dan numerosos casos de síndrome de sobrecarga física. En un estudio mediante cuestionarios llevado a cabo en 1986 por la Conferencia Internacional de Músicos Sinfónicos y de Opera, entre 4.025 miembros de 48 orquestas de EE.UU., se pudo comprobar que en un 76 % de las 2.212 respuestas recibidas aparecían problemas médicos que afectaban al ejercicio de la profesión, y en un 36 % se trataba de patologías graves (Fishbein 1988). La más frecuente fue el síndrome de sobrecarga física, presente en un 78 % de los músicos de instrumentos de cuerda. Otro estudio efectuado en 1986 en ocho orquestas de Australia, Estados Unidos e Inglaterra, constató un porcentaje del 64 % de casos de síndrome de sobrecarga física, de los cuales el 42 % presentaba un nivel de síntomas significativo (Frye 1986). La pérdida auditiva entre los músicos de rock es un tema del que se ha ocupado ampliamente la prensa. Ahora bien, también se produce entre los intérpretes de musica clásica. En un estudio se midieron los niveles de sonido en el Lyric Theatre y en el Concert Hall de Gotenburgo, Suecia, y se registraron cifras de 83 a 89 dBA. 
Las pruebas de audición que se hicieron a 139 músicos de ambos sexos, pertenecientes a los citados teatros, demostraron que 59 (43 %) presentaban umbrales de tono puro por debajo de lo correspondiente a su edad, siendo el grupo de los músicos de instrumentos de viento los que acusaban mayor pérdida de audición (Axelsson y Lindgren 1981). En un estudio efectuado entre1994 y 1996 sobre el nivel de ruido en los fosos de las orquestas de nueve espectáculos de Broadway, en la ciudad de Nueva York, se constataron medias de niveles de ruido entre 84 y 101 dBA, con funciones de una duración media de dos horas y treinta minutos (Babin 1996). El colectivo de carpinteros, artistas escénicos, electricistas, cámaras y el resto del personal técnico de apoyo están expuestos, entre otros, a los peligros de los productos químicos de los materiales empleados en establecimiento de decorados, atrezo y vestuarios. Muchos de estos productos también se utilizan en las artes plásticas. Por desgracia, no se dispone de estadísticas sobre este colectivo de trabajadores.

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