Los riesgos laborales que experimentan los bomberos pueden ser
físicos (principalmente estrés térmico, estrés ergonómico y condiciones
inseguras), químicos y psicológicos. El nivel de riesgo que
un bombero afronta en un determinado siniestro depende de los
materiales en combustión, de las características de combustión
del incendio, de la estructura incendiada, de la presencia de
sustancias químicas distintas de los combustibles, de las medidas
adoptadas para controlar el incendio, de la presencia de personas
que necesitan ser rescatadas y del puesto ocupado por el
bombero durante la lucha contra el fuego. Asimismo, los riesgos y
niveles de exposición experimentados por los primeros bomberos
que penetran en un edificio en llamas difieren de los de los
compañeros que acuden más tarde o que realizan trabajos de
desescombro una vez extinguidas las llamas. Tanto entre las
brigadas de extinción de incendios como entre los miembros de
un mismo equipo de trabajo, se suelen rotar en la realización
de las diversas tareas de extinción directa. Además, entre los
bomberos existen distintas categorías y grados de responsabilidad.
Los capitanes acompañan y dirigen a las brigadas, pero
también participan directamente en la lucha contra el fuego en el
lugar del siniestro. Los jefes de bomberos dirigen el servicio
contra incendios y sólo acuden a los siniestros más graves. No
obstante, los bomberos pueden verse expuestos a riesgos extraordinarios
en determinadas situaciones.
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