No existen pruebas concluyentes de un mayor riesgo global de
muerte por enfermedades cardíacas. Si bien en un importante
estudio se ha comprobado un exceso del 11 % y un estudio más
reducido limitado a la cardiopatía isquémica indicaba un notable
exceso del 52 %, en la mayoría de los estudios no se ha hallado
un riesgo considerablemente mayor para la población. Aunque
las estimaciones más altas sean correctas, las estimaciones del
riesgo relativo son todavía muy inferiores a las que serían precisas
para formular una presunción de riesgo en casos concretos.
Existen algunos indicios, derivados principalmente de estudios
clínicos, sobre la existencia de un riesgo de descompensación
cardíaca aguda y de ataque cardíaco como resultado de un gran
esfuerzo físico repentino y a causa de la exposición al monóxido
de carbono. Si bien esta circunstancia no parece entrañar un
mayor riesgo de sufrir con posterioridad un ataque cardíaco
mortal, si un bombero ha sufrido efectivamente un ataque cardíaco durante un incendio o al día siguiente, parece lógico
considerarlo como debido al trabajo. Por consiguiente, aunque
es preciso valorar cada caso en función de las circunstancias
individuales, la evidencia no demuestra la existencia de un
riesgo global elevado para este colectivo.
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