Los bomberos afrontan numerosos riesgos físicos que pueden
originar graves lesiones corporales. Techos, suelos y paredes
pueden derrumbarse de forma imprevista y atrapar a los
bomberos. Las deflagraciones son propagaciones rápidas de
las llamas en un espacio confinado que ocurre como resultado
de la ignición repentina de sustancias gaseosas procedentes de
materiales ardientes o candentes en combinación con un calentamiento excesivo del aire. Las situaciones que causan deflagraciones
pueden atrapar a los bomberos o bloquear las vías de
escape. El grado y el número de las lesiones pueden reducirse
mediante una formación intensiva, experiencia en el puesto de
trabajo, competencia y una buena aptitud física. No obstante, la
naturaleza misma del trabajo somete a los bomberos a riesgos
derivados de errores de cálculo, de las circunstancias o de las
operaciones de salvamento.
Algunos cuerpos de bomberos han creado bases de datos
informáticas de los materiales, estructuras y riesgos potenciales
que pueden encontrar en su distrito. Un rápido acceso a estas
bases de datos ayuda al personal al conocimiento de los riesgos y
a prever posibles situaciones de riesgo.
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