lunes, 10 de marzo de 2014

Pinturas e imprimaciones

Las pinturas se emplean para decorar el exterior y el interior de los edificios, para proteger materiales como el hierro y la madera contra su corrosión y deterioro, para facilitar la limpieza de los objetos y para señales de tráfico verticales y horizontales. Hoy en día se evitan las pinturas a base de plomo, pero estas se pueden encontrar durante la restauración o demolición de estructuras más antiguas, en especial las de construcción metálica, como puentes y viaductos. La inhalación o ingestión de los vapores o polvos pueden causar saturnismo con lesión de los riñones o daño permanente del sistema nervioso; estas inhalaciones son particularmente peligrosas para los niños que pueden estar expuestos a polvos de plomo traídos a casa con la ropa o en el calzado de trabajo. Siempre que se usen o encuentren pinturas a base de plomo se adoptarán medidas de precaución. 
En la mayoría de países está prohibido el uso de pinturas a base de cadmio o mercurio. El cadmio puede causar problemas renales y ciertos tipos de cáncer. El mercurio puede causar daños en el sistema nervioso. 
Las pinturas e imprimaciones al óleo contienen disolventes que pueden ser potencialmente nocivos. Para minimizar las exposiciones a los disolventes se recomienda el uso de pinturas de base acuosa.

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