Durante la fase de funcionamiento y pruebas se evalúa la funcionalidad
de todos los sistemas y componentes instalados. Es en esta
etapa cuando se hacen funcionar, se prueban y se revisan todos
los sistemas. Cualquier sistema que por alguna razón no supere
las pruebas, será retirado, reparado y revisado de nuevo hasta
que sea plenamente operativo. Todos los sistemas de conducciones
de a bordo se presurizan para localizar con facilidad la
posible presencia de fugas. Asimismo, los depósitos han de pasar
las correspondientes pruebas estructurales mediante llenado con
líquido (agua dulce o de mar) y el posterior examen de su estabilidad
estructural. También se comprueban, entre otros muchos,
los sistemas eléctrico y de ventilación. La mayoría de las pruebas
de funcionamiento y comprobación de los sistemas tienen lugar
con el buque amarrado en el muelle del astillero. No obstante,
cada vez se tiende más a efectuar estas pruebas en etapas de construcción
anteriores (pruebas preliminares en los talleres de
producción).
Realizar estas pruebas en etapas de la construcción anteriores
facilita la resolución de averías gracias a la mayor accesibilidad a
todos los sistemas, aunque las pruebas con sistemas completos
siempre han de efectuarse a bordo del buque. Una vez realizadas
todas las pruebas con el buque amarrado, éste se hace a la
mar y se somete a nuevas pruebas de navegación antes de que
se considere plenamente operativo a efectos de navegabilidad y
se entregue a su propietario.
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