La legislación medioambiental dirigida a fuentes estacionarias de
la industria del automóvil contempla principalmente los
compuestos orgánicos volátiles de la pintura a pistola y otros
recubrimientos superficiales. Las presiones tendentes a reducir el
contenido de disolvente de las pinturas ha cambiado, de hecho, la
naturaleza de los recubrimientos utilizados.
Estas normas afectan
tanto a los proveedores y a las plantas de piezas como al montaje
de vehículos. En las fundiciones están sujetas a regulación las
emisiones aéreas de partículas y dióxido de azufre, en tanto que
la arena usada se trata como residuo peligroso.
Las emisiones de escape y la seguridad de los vehículos son
cuestiones críticas de salud pública y seguridad reguladas fuera
del ámbito profesional.
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