La pulverización térmica o pulverización metálica o por llama es
la aplicación sobre acero de revestimientos de zinc o aluminio
como protección anticorrosión de larga duración. Se trata de un
proceso de revestimiento utilizado en numerosas aplicaciones,
tanto civiles como militares. Se diferencia de las prácticas de
revestimiento tradicionales por lo especializado del equipo y por
el ritmo de producción relativamente lento. Hay dos tipos
básicos de máquinas para aplicación térmica de revestimientos:
alambre de combustión y arco térmico. El alambre de combustión
es un sistema de llama a base de gases combustibles con un
controlador de alimentación de alambre. Los gases combustibles
funden el material, que a continuación se pulveriza sobre las
piezas. La máquina eléctrica de pulverización térmica por el contrario,
utiliza un arco eléctrico para fundir el material pulverizado por
la llama. El equipo incorpora filtración, compresión de aire,
arco eléctrico con controlador y pistola pulverizadora para llama
de arco. Hay que preparar bien la superficie para que se
adhieran los materiales pulverizados por la llama. La forma de
preparación más común es el tratamiento con chorro de arena
fina (óxido de aluminio, por ejemplo).
El coste inicial de la pulverización térmica es elevado en
comparación con el de la pintura, pero resulta económicamente
más atractiva cuando se considera todo el ciclo de servicio.
Aunque alguno astilleros disponen de sus propias máquinas de
pulverización térmica, otros subcontratan este trabajo. La pulverización
térmica puede realizarse en el taller o a bordo del
buque.
Prácticas y métodos de pintura. Se llevan a cabo tareas de pintura
en casi todas las zonas del astillero, desde la imprimación inicial
que se aplica al acero hasta los detalles de la pintura definitiva
del buque. Los métodos que se emplean al pintar varían enormemente
de un proceso a otro. La pintura se mezcla tanto a
mano como mecánicamente, por lo general en una zona
rodeada de zanjas de contención y pallets para contención auxiliar;
algunas de estas zonas son recintos cubiertos. En el astillero
se realizan tareas de pintura tanto a cubierto como al aire libre. Se utilizan con frecuencia paneles de ladrillo, plástico o acero
para contener la pintura pulverizada, neutralizar la acción del
viento y capturar las partículas de pintura en suspensión, cuya
cantidad se verá reducidas con la implantación de nuevas tecnologías.
Al limitar el exceso de pulverización, el astillero ahorra
pintura y dinero.
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