En algunos aspectos, las embarcaciones de recreo pueden considerarse
como buques relativamente pequeños, pues muchos de
los procesos empleados para su construcción y reparación son
muy parecidos a los empleados en la construcción y reparación
de buques, aunque a escala menor.
El acero, la madera y los
materiales compuestos son los más empleados en la construcción
de cascos para embarcaciones pequeñas. Se consideran materiales
compuestos los metales reforzados con fibra, las colas reforzadas
con fibra, las resinas reforzadas con fibras, adhesivos reforzados
con fibras, placas de hormigón armado, los plásticos reforzados
con fibra y los plásticos reforzados con fibra de vidrio (GRP).
El desarrollo desde principios del decenio de 1950 de métodos de
aplicación manual de capas de resina de poliéster de endurecimiento
en frío reforzada con fibra de vidrio condujo a una rápida
expansión de la construcción náutica que empleaba los GRP, que
ha pasado desde el 4 % en el decenio de 1950 a más del 80 % en
el de 1980, e incluso a tasas aún mayores en la actualidad.
En los buques de eslora igual o superior a 40 m, la principal
alternativa a los GRP no es la madera, sino el acero.
A medida
que disminuye el tamaño del casco, el coste relativo de la construcción
en acero aumenta, hasta dejar de ser competitivo por
debajo de 20 m. La necesidad de un margen para la corrosión
tiende a aumentar excesivamente el peso en embarcaciones
pequeñas con casco de este material. Sin embargo, para buques
de más de 40 m, el bajo coste que supone la construcción pesada
en acero soldado suele suponer una ventaja decisiva. Salvo que
el diseño imaginativo, la mejora de los materiales y la construcción
automatizada reduzcan los costes sustancialmente, es poco
probable que los plásticos reforzados con fibra de vidrio o de
otro tipo lleguen a competir con el acero en embarcaciones de
más de 40 m de eslora, excepto cuando hayan de cumplirse
condiciones especiales, como transporte a granel de productos
corrosivos o criogénicos, necesidad de un casco no magnético o
reducción drástica de peso para mejorar las prestaciones.
En la actualidad, los GRP se utilizan mucho para construir
cascos de embarcaciones de recreo, lanchas rápidas, yates de
bajura y transoceánicos, embarcaciones de trabajo, lanchas de
traslado de prácticos y pasajeros y barcos pesqueros. Su éxito en
embarcaciones de pesca, tradicionalmente de madera, se puede
atribuir a:
• coste inicial competitivo, especialmente cuando se construyen
muchos cascos con el mismo diseño, realzado por el aumento
del precio de la madera y la escasez de carpinteros de ribera
con la suficiente experiencia;
• ausencia de averías y costes de mantenimiento reducidos
gracias al uso de GRP a prueba de fugas y de podredumbre, a la resistencia a las incrustaciones de organismos marinos y a los
bajos costes de reparación;
• facilidad para obtener formas complejas, necesarias por
motivos hidrodinámicos, estructurales o estéticos.
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