Según el US Bureau of Labor Statistics, la industria automovilística
presenta uno de los índices generales de siniestralidad laboral
más elevados: 1 de cada 3 trabajadores se lesionan al año, siendo
las lesiones en 1 de cada 10 casos lo bastante graves para provocar profesional por lesiones traumáticas agudas en toda la vida laboral
es de 1 por cada 2.000.
Ciertos peligros son generalmente característicos
de los agrupamientos profesionales de la industria del automóvil,
en tanto que otros, especialmente los de origen químico,
son característicos de determinados procesos de producción.
El trabajo cualificado y las tareas de manutención mecánica
entrañan un alto riesgo de lesiones traumáticas graves y
mortales. Aunque los profesionales cualificados representan
menos del 20 % de la plantilla, sufren el 46 % del total de
lesiones mortales de origen profesional. Las tareas de manutención
mecánica producen el 18 % de los fallecimientos.
La mayor parte de los fallecimientos de trabajadores cualificados ocurren durante las actividades de mantenimiento y servicio, siendo la causa principal la energía incontrolada. Entre las medidas preventivas se incluyen la aplicación de programas de bloqueo de energía, la colocación de resguardos en las máquinas, la prevención de caídas y la seguridad de las carretillas industriales y las grúas, y todas se basan en análisis orientados a la seguridad en el trabajo
La mayor parte de los fallecimientos de trabajadores cualificados ocurren durante las actividades de mantenimiento y servicio, siendo la causa principal la energía incontrolada. Entre las medidas preventivas se incluyen la aplicación de programas de bloqueo de energía, la colocación de resguardos en las máquinas, la prevención de caídas y la seguridad de las carretillas industriales y las grúas, y todas se basan en análisis orientados a la seguridad en el trabajo
En contraste, los trabajos de producción fijos presentan
mayores índices de lesiones generales y trastornos por traumatismos
repetidos, pero un bajo riesgo de lesiones mortales. Las
lesiones musculosqueléticas, como los trastornos por traumatismos
repetidos y las tensiones y dislocaciones provocadas por
sobreesfuerzo o movimientos repetitivos, que están estrechamente
relacionados con los anteriores, representan el 63 % de
lesiones con resultado de discapacidad en las instalaciones
de montaje y aproximadamente la mitad de las lesiones en
procesos de otro tipo. Las principales medidas preventivas son la
aplicación de programas ergonómicos basados en análisis de los
factores de riesgo y la reducción estructurada de la fuerza,
la frecuencia y el estrés postural en trabajos de alto riesgo.
Los trabajos de servicio de producción y los trabajos especializados
son los que entrañan la mayor parte de los riesgos
químicos agudos y de alto nivel. Normalmente, estas exposiciones
se producen durante la limpieza periódica, la respuesta a
derrames y alteraciones de procesos, y la entrada en espacios
confinados durante las actividades de mantenimiento y servicio.
Entre estas situaciones peligrosas destacan las exposiciones a
disolventes. Se desconocen las consecuencias de larga duración
que estas altas exposiciones intermitentes tienen para la salud.
Los operarios que embrean suelos de madera, como los que se
utilizan en muchas instalaciones, o queman pernos con soplete
en el piso de las naves de estampación, sufren elevadas exposiciones
a sustancias volátiles cancerígenas de breas de alquitrán
de hulla. En estos grupos se ha observado una mortalidad excesiva
por cáncer de pulmón. Las medidas preventivas se centran
en la adopción de programas de entrada en espacios confinados
y de respuesta a residuos peligrosos y a emergencias, aunque la
prevención a largo plazo depende de la modificación del proceso
para eliminar la exposición.
Donde más evidentes resultan los efectos de la exposición
crónica a sustancias químicas y a algunos agentes físicos es entre
los trabajadores de producción fija, debido principalmente a que
estos grupos son más fáciles de estudiar. Casi todos los efectos
adversos considerados específicos de ciertos procesos se deben a
exposiciones comprendidas dentro de los límites de exposición
profesional actualmente vigentes, por lo que la protección
dependerá de la reducción de los límites admisibles. A corto
plazo, las exposiciones y riesgos pueden reducirse adoptando las
mejores prácticas posibles, como unos sistemas de extracción
bien diseñados y mantenidos.
La pérdida auditiva inducida por ruido es un efecto generalizado
en todos los segmentos de la industria.
Todos los sectores de la población activa están sujetos a estrés
de origen psicosocial, aunque éste es más evidente en los
trabajos administrativos, técnicos, de apoyo administrativo,
directivos y profesionales, por el hecho de sufrir generalmente
una exposición menos intensa a otros peligros. No obstante, el
estrés en el trabajo suele ser más intenso entre los trabajadores
de producción y mantenimiento, y los efectos del estrés también
suelen ser mayores. No se ha implantado ningún medio eficaz
de reducción del estrés causado por el trabajo nocturno y en
turnos rotativos, aunque los convenios de turnos preferenciales
permiten cierta autoselección, y se compensa con primas de
turno a los trabajadores a los que se les asignan los turnos
peores. La aceptación de los turnos rotativos por la plantilla es
un hecho histórico y cultural. El personal cualificado y de
mantenimiento trabaja bastantes más horas extraordinarias y
durante las fiestas, vacaciones y paradas, que el personal de
producción. Los programas de trabajo incluyen normalmente
dos turnos de producción y un turno de mantenimiento más
corto; esto ofrece una cierta flexibilidad para horas extraordinarias
en periodos de aumento de producción.
En la exposición siguiente se agrupan los peligros químicos y
algunos peligros físicos específicos por tipos de producción y se
tratan los peligros de lesiones y ergonómicos por clasificaciones
laborales.
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