En la construcción de motores para aviación intervienen prácticamente
todas las actividades relacionadas con la metalurgia y la
mecanización, entre ellas: forja en caliente (discos de compresor,
superficies aerodinámicas); fundición (componentes estructurales,
bastidores de motor); esmerilado; mandrinado; torneado; taladrado;
fresado; cizallado; serrado; fileteado; soldadura normal;
soldadura de latón; etc. Entre los procesos asociados cabe
destacar: acabado de metales (anodización, cromado, etc.); galvanizado;
tratamiento calórico y pulverización térmica (llama,
plasma). La resistencia y gran dureza de las aleaciones
empleadas, junto con sus complejas formas y sus holguras de
precisión, requieren un mecanizado más difícil y riguroso que el
propio de otros sectores industriales.
Algunos de los procesos metalúrgicos más exclusivos de este
sector son los fresados químico y electroquímico, la mecanización por descargas eléctricas, el taladrado mediante láser y la soldadura
por haz de electrones. Los fresados químico y electroquímico
suponen la retirada de metal de grandes superficies de forma que
se mantenga o se cree un contorno. Las piezas, dependiendo de
su aleación específica, se sumergen en baños controlados de altas
concentraciones ácidas, cáusticas o electrolíticas. El metal se
retira por la acción química o electroquímica. El fresado químico
se emplea a menudo tras el forjado de las superficies aerodinámicas
para conseguir el grosor especificado, manteniendo un
contorno concreto.
El mecanizado por descargas eléctricas y el taladrado mediante láser se
emplean habitualmente para practicar orificios de pequeño
diámetro o dar contornos intrincados a los metales duros. En los
componentes de las cámaras de combustión y de las turbinas es
donde más se utilizan esos orificios, a efectos de refrigeración.
La retirada del metal se lleva a cabo mediante la acción termomecánica
de alta frecuencia producida por descargas de chispa
eléctrica. El proceso se realiza en un baño de aceite mineral
dieléctrico. El electrodo actúa a modo de imagen inversa del
corte deseado.
La soldadura por haz de electrones se utiliza para la unión de piezas
donde se requiere una soldadura de penetración profunda, en
geometrías de difícil acceso. La soldadura se genera dirigiendo
un haz de electrones acelerado al interior de una cámara de
vacío. La energía cinética generada por los electrones al golpear
sobre la pieza de trabajo, se transforma en calor para efectuar la
soldadura.
En la fabricación de materiales plásticos compuestos o bien se aplican
técnicas de acumulación “en mojado”, o se utilizan tejidos
previamente impregnados. Con la acumulación en mojado, la
mezcla viscosa de resinas sin curar se extiende sobre el molde de
la herramienta bien mediante pulverización o mediante el
empleo de brochas. El material de refuerzo por fibras se aplica
manualmente a la resina, añadiendo más resina para dar uniformidad
y adaptarse al contorno de la herramienta. Una vez finalizada
la aplicación se somete a la presión y temperatura de un
autoclave. Los materiales impregnados previamente son láminas
semirrígidas, listas para utilizar y parcialmente curadas de materiales
compuestos a base de resina y fibra. El material se corta a
la medida, se moldea a mano según el contorno y la forma de la
herramienta y se cura posteriormente en un autoclave. Las
piezas curadas se mecanizan de manera convencional y se
instalan en el motor.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario