Debido a las dimensiones de los aparatos, no existe prácticamente
tarea alguna relacionada con la construcción o con el mantenimiento
de este tipo de aeronaves que no entrañe un riesgo potencial
de exposición a las caídas para el personal. Las dimensiones
de las aeronaves es tal que prácticamente no hay zonas que no se
encuentren a varios metros de altura del suelo. Aunque ello da
lugar a numerosas situaciones en las que el personal se expone al
riesgo de sufrir una caída, aquélla pueden clasificarse en categorías
según se trate de trabajos en altura realizados sobre plataformas o de
trabajos en altura realizados sobre las superficies del avión. La división
tiene su origen en los factores que intervienen al abordar las
propias exposiciones al riesgo de sufrir una caída.
La primera categoría se refiere al personal que utiliza plataformas
o andamiajes para acceder al avión. Incluye cualquier
trabajo efectuado desde una superficie elevada ajena al propio
avión y que se utilice, de manera específica, para acceder al
mismo. También se incluyen en esta categoría todas aquellas
tareas desarrolladas desde sistemas de estacionamiento de aeronaves
para su mantenimiento, plataformas alares, soportes de
motor, carretillas elevadoras y similares. Los riesgos potenciales
de exposición a caídas desde superficies elevadas que se contemplan
en esta categoría pueden abordarse por medio de sistemas
tradicionales de protección contra las caídas, o mediante los
numerosos sistemas de actuación que existen actualmente.
La segunda categoría afecta al personal que utiliza las superficies
del avión como plataformas de acceso al mismo. Se incluyen
aquí todos los trabajos realizados sobre cualquier superficie del
avión, como las alas, los estabilizadores horizontales, el fuselaje, los motores o sus soportes. Los riesgos de exposición potenciales
en esta categoría varían mucho en función la tarea de mantenimiento
que se esté realizando; en ocasiones requieren planteamientos
poco habituales en materia de protección.
La razón para distinguir entre ambas categorías queda clara
al tratar de aplicar medidas de protección, es decir, actuaciones
destinadas a eliminar o controlar cada riesgo de exposición. Los
métodos para controlar las situaciones de riesgo de caídas
pueden consistir en controles técnicos, equipos de protección
personal (EPP) o controles de procedimiento
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