En algunos trabajos, tanto de construcción como de mantenimiento,
puede resultar más práctico utilizar equipos de acceso
motorizados que andamios de cualquier tipo. El poder acceder a
la parte inferior del tejado de una fábrica en la que se efectúa una
renovación del revestimiento o a unas pocas ventanas de un
edificio puede ser más barato y seguro que envolver toda la
estructura con un andamio. El equipo de acceso motorizado es
ofrecido por los fabricantes en diversas formas; por ejemplo:
plataformas que se pueden elevar y bajar verticalmente por
acción hidráulica o abriendo y cerrando unos gatos de tijera y
brazos articulados accionados hidráulicamente, con una plataforma
de trabajo o una cesta al final del brazo, denominados
comúnmente recogecerezas. Tal equipo suele ser móvil y se puede
desplazar al lugar requerido y entrar en servicio en pocos
momentos. La utilización segura de este equipo requiere que el
trabajo sea compatible con las especificaciones de la máquina
descritas por su fabricante (p. ej., el equipo no debe ser sobrecargado
ni trabajar a distancias mayores de las señaladas).
El equipo de acceso motorizado precisa un suelo firme y horizontal
sobre el cual trabajar; puede ser necesario instalar contravientos
para asegurarse de que la máquina no vuelque. Los
operarios deben tener acceso a los mandos desde la plataforma
de trabajo. También deben estar entrenados en el uso del
equipo. Adecuadamente mantenido y manejado, este tipo de
equipo puede facilitar un acceso seguro cuando sea prácticamente
imposible instalar un andamio; por ejemplo, durante las
fases iniciales de montaje de una estructura metálica o para facilitar
el acercamiento de los montadores a los puntos de conexión
de vigas y pilares.
Todo lo que tienes que saber de la Seguridad Industrial en las Industrias
lunes, 30 de diciembre de 2013
domingo, 29 de diciembre de 2013
Superestructura
La erección de la parte principal de una estructura de edificación
o de ingeniería civil (la superestructura) tiene lugar después de la
culminación de los cimientos. Esta parte del proyecto generalmente
exige trabajar en altura por encima del terreno. Las caídas
de altura o en el mismo nivel constituyen la causa más importante
de accidentes mortales o de lesiones importantes.
Trabajos con escaleras
Incluso si el trabajo consiste simplemente en la construcción de
una casa, el número de obreros que intervienen, la cantidad
de materiales que se han de manipular y, en las fases finales, las
alturas a las que se tiene que realizar el trabajo, hacen que sea
necesario el uso de algo más que simples escaleras para acceder
con seguridad a los puestos de trabajo.
Existen limitaciones en el tipo de trabajo que se puede
realizar con seguridad desde escaleras. El trabajo a una altura
superior a 10 m sobre el terreno generalmente no puede realizarse
con seguridad desde una escalera; las escaleras largas son
en sí mismas de peligroso manejo. Los obreros subidos en escaleras
tienen un alcance limitado y no pueden llevar con seguridad
cualquier tipo de equipos y materiales; el esfuerzo físico
para permanecer sobre los peldaños de la escalera limita el
tiempo que pueden invertir en tales trabajos. Las escaleras son
útiles para ejecutar trabajos de corta duración y con pesos
ligeros a una distancia segura, como por ejemplo la inspección,
reparación y pintura de pequeñas zonas de la fachada del
edificio. Las escaleras también sirven para acceder a los andamios,
a las excavaciones y a las estructuras a las que no se ha
dotado de un acceso más permanente.
Será necesario el uso de plataformas de trabajo provisionales,
la más común de las cuales es el andamio. En bloques de apartamentos
de varias plantas, edificios de oficinas o la estructura de
un puente resulta necesario el empleo de andamios de diversa
complejidad, en función de las características del trabajo.
Andamios
Los andamios consisten en armazones de acero o madera fácilmente
ensamblables sobre los cuales se pueden colocar plataformas
de trabajo. Los andamios pueden ser fijos o móviles.
Los andamios fijos, es decir, los que se levantan a lo largo de un
edificio o estructura, pueden ser independientes o de parales. El tipo de andamio independiente lleva pies derechos o zancos a
lo largo de ambos lados de las plataformas y es capaz de permanecer
en posición vertical sin apoyarse en el edificio. El andamio
de parales tiene zancos a lo largo del borde exterior de sus plataformas
de trabajo, pero el lado interior se apoya en el propio
edificio, y una parte del armazón del andamio, los parales o
almojayas, tienen extremos aplanados que se colocan entre las
hiladas de la fábrica de ladrillo para lograr su apoyo. Incluso el
tipo de andamio independiente necesita ser rígidamente arriostrado
o asegurado a la estructura en intervalos regulares si existen
plataformas de trabajo por encima de 6 m o si el andamio está
provisto de lonas de protección de las inclemencias del tiempo,
lo cual incrementa los esfuerzos debidos al viento.
Las plataformas de trabajo sobre andamios consisten
en tableros de madera de buena calidad colocados a nivel y
con ambos extremos firmemente apoyados; si la madera es
propensa a combarse debido a la carga de personal o materiales,
será necesario disponer apoyos intermedios. Las plataformas
nunca serán de un ancho menor de 600 mm si se usan para
acceder y para trabajar en ellas, o menor de 800 mm si también
se usan para soportar materiales. Si existe riesgo de caídas
de más de 2 m deberá protegerse el borde exterior con una
barandilla rígida, sujeta firmemente a los pies derechos, a una
altura comprendida entre 0,91 y 1,15 m sobre la plataforma.
Para evitar la caída de materiales desde la plataforma se colocará
un zócalo de una altura mínima de 150 mm sobre la plataforma
en todo el borde exterior, también sujeto a los pies
derechos. Si se tuvieran que quitar las barandillas y los zócalos
para permitir el paso de materiales, deberán reemplazarse lo
antes posible.
Los zancos de los andamios deberán mantenerse en posición
vertical y firmemente apoyados en su base sobre placas, y si es
necesario sobre durmientes de madera. El paso, dentro de los
andamios fijos, de un nivel de trabajo a otro se hace generalmente
a través de escaleras. Estas deberán estar sujetas debidamente
por la parte superior e inferior y prolongarse al menos
1,05 m por encima de la plataforma.
Los principales riesgos del empleo de andamios —caídas de
personas o materiales— generalmente se producen por deficiencias
tanto en el montaje inicial (omisión de la colocación de una
barandilla), por un uso indebido (una carga excesiva) o por una
adaptación hecha de modo inadecuado en el curso de los
trabajos (p. ej., se añaden lonas para la protección atmosférica
sin amarrarlas convenientemente al edificio). Otros ejemplos:
tableros de madera de las plataformas de los andamios que se
desplazan o se rompen; escaleras que no se amarran en su parte
superior e inferior. La lista de acciones que pueden fallar si los
andamios no se montan por personal experimentado bajo una
supervisión adecuada, es casi interminable. Los mismos montadores
de los andamios están, particularmente, expuestos al
riesgo de caídas durante el montaje y desmontaje de los mismos,
porque a menudo se ven obligados a trabajar en altura, en
lugares expuestos sin plataformas de trabajo adecuadas (véase la
Figura 93.4).
Andamios torre. Los andamios torre pueden ser fijos o móviles,
con una plataforma de trabajo en la parte superior y una escalera
de acceso dentro del armazón de la torre. El andamio torre
móvil se desplaza sobre ruedas. Tales torres pierden su estabilidad
fácilmente y su altura deberá ser limitada; para un
andamio torre fijo, la altura no superará más de 3,5 veces la
dimensión más corta de la base; para los móviles, la proporción
se reduce a 3 veces. La estabilidad de los andamios torre deberá
incrementarse mediante el uso de contravientos. No se permitirá
que los operarios permanezcan en lo alto de los andamios torre
móviles mientras éstos se desplazan o si las ruedas no están
bloqueadas.
El riesgo principal de estos andamios es el de vuelco, lanzando
al personal fuera de su plataforma; ello puede deberse a que la
torre es demasiado alta con relación a la base, a la ausencia
contravientos o ruedas de bloqueo, o a un uso indebido del
andamio, tal vez sobrecargándolo.
Andamios colgantes. La otra categoría principal de andamios está
formada por los que andamios colgantes. El andamio colgante
es, en esencia, una plataforma de trabajo colgada por medio de
cables o tubos de una estructura superior como un puente. El
andamio suspendido es también una plataforma o una cesta
suspendida por cables, pero en este caso se puede subir y bajar.
A menudo se coloca para los trabajos de mantenimiento y
pintura, a veces como parte del edificio terminado. En ambos
casos, el edificio o la estructura deberá ser capaz de soportar la
plataforma suspendida, y los dispositivos de suspensión deben
ser lo suficientemente robustos para soportar la carga prevista de
personal y materiales, incluyendo las barandillas para evitar
caídas. En el caso de plataformas colgantes, al menos, deberá
haber tres espiras de cuerda en el tambor del cabrestante
cuando la plataforma se halle en su posición más baja. Si no hay
dispositivos para evitar la caída de la plataforma suspendida en
caso de fallo de un cable, los operarios que están en la plataforma
deberán usar un cinturón de seguridad y una cuerda
amarrada a un punto de anclaje seguro en el edificio. El
personal que utilice estas plataformas deberá ser instruido y
tener experiencia en su uso.
El principal riesgo que concierne a los andamios colgantes es
el fallo de los dispositivos de soporte, bien de la estructura en sí
misma, bien de los cables o tubos de los que cuelga la plataforma.
Esto puede deberse a un montaje o instalación incorrecta
del andamio colgante o suspendido, a una sobrecarga o a cualquier
otro tipo de uso indebido. El fallo de los andamios
colgantes ha causado múltiples accidentes mortales y puede
poner en peligro a los viandantes.
sábado, 28 de diciembre de 2013
Apuntalamiento de los costados de la trinchera
Apuntalamiento de ambos lados. No resulta seguro confiar en el
desmonte o “achaflanado” de los lados de la excavación hasta un
ángulo seguro. Si se trata de un terreno formado por arena o
limos, el ángulo que ofrece seguridad puede llegar a ser de 5 a
10° sobre la horizontal, y, generalmente, no hay tanto espacio en
la obra para una excavación tan ancha. El método más común de
dotar de seguridad al trabajo de excavaciones es sostener ambos
lados de la zanja mediante una entibación. Con el sostenimiento de
ambos lados, las cargas que transmite el terreno por un lado son
contrarrestadas por cargas similares que actúan a través de
codales contra los costados opuestos. Es preciso usar madera
de buena calidad para fabricar elementos verticales para el
sistema de contención, conocidas como tableros de avance. Los
tableros de avance se hincan en el terreno en cuanto empieza la
excavación; los tableros se colocan borde contra borde, de modo
que constituyen una pared de madera. La misma operación se
efectúa a ambos lados de la excavación. A medida que ésta
se hace más profunda, los tableros de avance se siguen hincando
en el terreno antes de seguir bajando. Cuando la excavación llega
a 1 metro de profundidad, se introduce una fila de elementos
horizontales (denominados carreras o largueros) que se colocan
contra los tableros de avance y se mantienen en posición por
codales de madera o metálicos, acuñados contra los largueros
opuestos con un espaciamiento regular. A medida que la excavación
continúa, los tableros son hincados más profundamente en el
terreno, juntamente con los largueros y codales; si la excavación
es más profunda de 1,2 m será necesario crear una nueva fila de
largueros y codales. Lógicamente, una excavación de 6 m de
profundidad requerirá cuatro filas de codales.
Los métodos normales de apuntalamiento con madera no se
pueden aplicar si la profundidad es superior a 6 m , o si aparece
agua en el terreno. En estas situaciones se requieren otros tipos
de apuntalamiento de los laterales de las excavaciones, tales
como planchas de acero verticales, separadas firmemente por
largueros de madera horizontales y codales metálicos ajustables,
o bien una protección total con tablestacas de acero. Ambos
métodos ofrecen la ventaja de que las planchas de acero o las
tablestacas se pueden hincar mecánicamente antes del comienzo
de la excavación propiamente dicha. Además, tanto las planchas
como las tablestacas pueden ser retiradas al final del trabajo y
usadas de nuevo. Los sistemas de apuntalamiento para excavaciones
de una profundidad superior a 6 m o en terrenos con
aguas infiltradas deberán ser proyectados ex profeso; en estos
casos las soluciones normales no sirven.
Apuntalamiento de un solo costado. Una excavación que tenga
forma rectangular y unas dimensiones demasiado grandes para
que se puedan aplicar los métodos descritos anteriormente,
puede tener uno o más de sus lados sostenidos por una fila de
tableros de avance o planchas de acero. Estos, a su vez, son
soportados, en primer lugar, por una o más filas de largueros
horizontales que luego se mantienen en su sitio por puntales
inclinados firmemente anclados o sujetos a puntos de apoyo.
Otros sistemas. Es posible utilizar cajones prefabricados de
acero de ancho regulable que se pueden hacer descender dentro
de las excavaciones y dentro de los cuales se puede trabajar
con seguridad. También es posible el uso de sistemas de marcos
patentados, en los que un marco horizontal se hace
descender en la excavación entre los tableros de avance o las
planchas de acero; el marco se despliega a la fuerza y aplica
la presión para mantener los tableros de avance derechos por la
acción de gatos hidráulicos, presión que se puede transmitir
mediante una bomba manejada desde un sitio seguro fuera de la
excavación.
Formación y supervisión. Cualquiera que sea el método de sostenimiento
que se adopte, el trabajo deberá ser ejecutado por
obreros cualificados bajo la supervisión de una persona con
experiencia. La excavación y sus elementos de sustentación
deberán inspeccionarse cada día y después de cada ocasión en
que hayan sido dañados o desplazados (p. ej., después de una
fuerte lluvia). Lo único que cabe presumir respecto a la seguridad
y el trabajo en las excavaciones es que todo tipo de terreno
es susceptible de fallar y, por tanto, no se deberá ejecutar ningún
trabajo con operarios dentro de una excavación de más de 1 m
de profundidad sin apuntalar. Véase también el apartado
“Zanjas” en este Capítulo.
viernes, 27 de diciembre de 2013
Nuevos locales - II
Excavación
Normalmente, el primer trabajo que se realiza en la obra después
del reconocimiento del terreno y del replanteo, una vez que se ha
adjudicado el contrato, (suponiendo que no haya necesidad de
demoliciones o de despeje del emplazamiento), son los trabajos
preliminares para la cimentación. En el caso de pequeñas casas
de uso residencial, los cimientos probablemente no necesitarán
excavaciones más profundas de medio metro y se excavarán a
mano. Para bloques de apartamentos, edificios comerciales e
industriales y algunas estructuras de ingeniería civil, los cimientos
pueden necesitar bajar varios metros por debajo del nivel del
terreno. Esto requerirá la excavación de zanjas en las que se
tendrá que trabajar para rellenar los cimientos. Las zanjas de una
profundidad superior a 1 metro probablemente se excavarán por
medio de máquinas tales como las excavadoras. También se efectúan
excavaciones para permitir el tendido de cables y tuberías.
Los contratistas utilizan a menudo excavadoras especiales
capaces de practicar excavaciones profundas y estrechas. Si los
trabajadores tienen que penetrar en estos recintos excavados,
los riesgos son esencialmente los mismos que se encuentran en las
zanjas de cimentación. Sin embargo, en excavaciones o zanjas
para cables y tuberías suele haber mayores posibilidades de
adoptar métodos de trabajo que no fuercen a los operarios a
introducirse en la excavación.
El trabajo en excavaciones de profundidad superior a 1 m
requiere una cuidadosa planificación y supervisión. El terreno es
altamente impredecible; la lluvia, las heladas o la vibración
producida por otras actividades constructivas en su proximidad
pueden causar el deslizamiento de un terreno aparentemente
firme. Lo que parece una arcilla firme y rígida, cuando está expuesta al aire se seca y se agrieta; con la lluvia, se ablanda y se
desliza. Un metro cúbico de tierra pesa más de 1 tonelada; un
trabajador que se vea alcanzado tan sólo por un pequeño
desprendimiento de tierras corre el riesgo de resultar con roturas
en las extremidades, sufrir aplastamiento de órganos y sofocación.
A causa de la importancia vital para la seguridad de elegir
un método adecuado de sostenimiento de los costeros de la excavación,
antes del comienzo de los trabajos deberá hacerse un
reconocimiento del terreno por personal con experiencia en
excavaciones seguras, para determinar el tipo y las condiciones
del terreno, en particular la presencia de agua.
jueves, 26 de diciembre de 2013
Nuevos locales - I
Concepción (proyecto)
Los riesgos físicos para las personas involucradas en el diseño de
nuevos locales surgen normalmente en las visitas del personal
profesional para realizar los reconocimientos previos. Las visitas
de personal sin compañía alguna a emplazamientos desconocidos
o abandonados pueden exponerle a riesgos a causa de accesos
peligrosos, huecos sin protección y excavaciones y, en un edificio,
a causa de cables eléctricos o maquinaria en estado peligroso.
Si la inspección requiere la entrada en habitaciones o excavaciones
que han permanecido cerradas durante cierto tiempo,
existe el riesgo de encontrarse con dióxido de carbono o con
niveles escasos de oxígeno. Todos los riesgos se ven incrementados
si se efectúan las visitas a un sitio sin iluminación después
de oscurecer o si el visitante solitario no tiene medios de comunicarse
con otras personas para reclamar ayuda. Por regla general,
el personal profesional no debería ser requerido a visitar emplazamientos
si tiene que hacerlo solo. No deberá hacer visitas
después del ocaso a menos que el sitio esté bien iluminado. No
deberá entrar en lugares cerrados a menos que antes se haya
comprobado fehacientemente que el sitio es seguro. Por último,
deberá permanecer en comunicación con su base o tener un
medio efectivo de conseguir ayuda.
La concepción o el proyecto propiamente dicho deberán
influir de modo importante en la seguridad de los contratistas
cuando éstos realicen los trabajos en la obra. De los proyectistas,
bien sean arquitectos o ingenieros civiles, cabe esperar más que
la simple confección de planos. Al crear su proyecto, deberán, en
virtud de su preparación y experiencia, tener una cierta idea del
modo en que será probable que se desarrolle el trabajo de los
contratistas para hacerlo realidad. Su competencia deberá ser tal
que sean capaces de indicar a los contratistas los riesgos que se
derivarán de sus métodos de trabajo. Los proyectistas deberán
eliminar en su diseño los riesgos que pueden surgir del mismo,
haciendo la estructura más “edificable” en lo tocante a salud y
seguridad y, siempre que ello sea posible, cambiando los materiales
por otros más seguros en sus especificaciones. Deberán
mejorar los accesos para el mantenimiento en la fase de
proyecto, y reducir la necesidad de que los operarios de mantenimiento
corran peligro, incorporando aspectos o materiales que
requieran una atención menos frecuente durante la vida del
edificio.
En general, los proyectistas sólo pueden eliminar los riesgos en
el proyecto hasta cierto punto; normalmente habrá riesgos residuales
significativos que los contratistas habrán de tener en
cuenta cuando conciban sus propios sistemas de trabajo seguros.
Los proyectistas deberán suministrar a los contratistas la información
sobre esos riesgos de modo que éstos puedan considerar
tanto los riesgos como las medidas de seguridad necesarias,
primero cuando oferten la obra y, después, cuando desarrollen
sus sistemas para hacer el trabajo con seguridad.
La importancia de incluir en las especificaciones materiales
con mejores propiedades para la salud y la seguridad suele ser
menospreciada cuando se aborda la seguridad desde el proyecto.
Los proyectistas y los redactores de especificaciones deben considerar
si se pueden obtener materiales con mejores propiedades
tóxicas o estructurales o que se puedan utilizar y mantener con
más seguridad. Esto requiere que los proyectistas mediten sobre
los materiales que se van a usar y decidan si, de acuerdo con la
práctica anterior, protegerán adecuadamente a los obreros de la
construcción. A menudo, el factor decisivo en la elección de los
materiales es el coste. Sin embargo, los clientes y los proyectistas
deberían darse cuenta de que, mientras materiales con mejores
propiedades tóxicas o estructurales pueden tener un coste inicial
superior, a menudo resultan más rentables durante la vida del
edificio, porque los operarios de la construcción y de mantenimiento
requieren unos accesos o un equipo de protección menos
costosos.
miércoles, 25 de diciembre de 2013
TIPOS DE PROYECTOS Y SUS RIESGOS ASOCIADOS
Todas las estructuras de edificios y de obras civiles recorren el
mismo ciclo de concepción o diseño, trabajos preliminares, edificación
(incluyendo la cubierta de un edificio), acabados y prestación
de servicios y puesta en marcha final antes de su entrada en
servicio. A lo largo de los años, los edificios y estructuras que un
día fueron nuevos necesitan mantenimiento, inclusive nueva
pintura y limpieza; es probable que sean rehabilitados, reformados
o reparados para corregir los daños ocasionados por el
tiempo o por un accidente; y, finalmente, tendrán que ser demolidos
para dar lugar a una instalación más moderna o porque su
uso se ha hecho ya innecesario. Esto sucede con las casas; sucede
igualmente con estructuras grandes y complejas como centrales
eléctricas y puentes. Cada fase en la vida de la estructura de un
edificio o una obra civil presenta riesgos generales (como el riesgo
de caídas) o peculiares de ese tipo de proyectos (como el riesgo
de derrumbamiento de las excavaciones durante la preparación
de los cimientos en un edificio o en una obra civil).
Para cada tipo de proyecto (y, desde luego; para cada fase del
proyecto) es posible predecir cuáles van a ser los principales
riesgos para la seguridad de los operarios de la construcción. El
riesgo de caídas es común a todos los proyectos de construcción,
incluso los que se realizan a nivel del terreno. Esto viene avalado
por la estadística de accidentes que muestra que la mitad de los
accidentes mortales entre los operarios de la construcción
implican caídas.
martes, 24 de diciembre de 2013
Aeropuertos
La rápida expansión del transporte aéreo desde mediados del
siglo XX ha desembocado en una de las formas de construcción
más complejas y de mayor importancia: la construcción y ampliación
de aeropuertos.
Los clientes de la construcción de aeropuertos suelen ser los
gobiernos nacionales o locales u organismos públicos. Algunos
aeropuertos se construyen para ciudades importantes. Los aeropuertos
raramente se destinan a clientes privados tales como
empresas de negocios.
La planificación de la obra a veces se ve dificultada por las
limitaciones medioambientales relativas a ruidos y contaminación
que se imponen al proyecto. Los aeropuertos requieren un
espacio considerable, y si se hallan situados en zonas densamente
pobladas, la creación de las pistas y el espacio necesario
para los edificios terminales y para los aparcamientos de vehículos
pueden requerir la rehabilitación de terrenos abandonados
o difíciles por otros motivos. La construcción de un aeropuerto
presupone la nivelación de una extensa superficie, lo cual puede
requerir el movimiento de tierras e incluso ganar terrenos al
mar, y, a continuación, la construcción de numerosos edificios de
grandes dimensiones, incluyendo hangares, talleres de mantenimiento,
torres de control e instalaciones de abastecimiento de
combustibles, además de los edificios terminales y el
aparcamiento.
Si el aeropuerto se construye en un terreno poco resistente, los
edificios necesitarán cimentarse sobre pilotes. Las pistas
requieren buenos cimientos; las capas de grava que apoyan a los
pavimentos de hormigón u macadam asfáltico deben ser fuertemente
compactadas. La maquinaria que se utiliza para la construcción
de aeropuertos es similar en tamaño y tipo a la utilizada
en los proyectos importantes de autovías, con la salvedad de que
se encuentra concentrada en una zona limitada en vez de extenderse
a lo largo de muchos kilómetros en una carretera.
El mantenimiento de aeropuertos es un trabajo singularmente
difícil si la renovación del pavimento de las pistas de vuelo ha de
efectuarse sin interrumpir las operaciones del aeropuerto. Generalmente
al contratista se le asignan un número de horas
nocturnas convenido de modo que pueda trabajar en una pista
que esté temporalmente sin utilizar. Toda la planta, materiales y
trabajadores del contratista han de ser escoltados fuera de las
pistas, y estar preparados para regresar al punto de trabajo
inmediatamente a la hora de comienzo acordada. El contratista
debe acabar su trabajo y abandonar las pistas de nuevo a la hora
convenida, en que se reanudan los vuelos. Mientras realiza su
trabajo en la pista, el contratista no deberá impedir o poner en
peligro el movimiento de aviones en otras pistas adyacentes.
lunes, 23 de diciembre de 2013
Obras ferroviarias
La construcción de ferrocarriles sucedió históricamente a los
canales y precedió a las carreteras importantes. Los clientes de
los contratos de construcción ferroviaria pueden ser compañías
ferroviarias u organismos públicos, si los ferrocarriles son financiados
por el gobierno. Como en el caso de las carreteras,
el proyecto de un ferrocarril que resulte económico y seguro de
construir y operar depende de un buen reconocimiento previo
del terreno. En general, las locomotoras no funcionan bien en
pendientes escarpadas, y, por tanto, los proyectistas del trazado de
las vías han de evitar los cambios de nivel, rodeando o atravesando
los obstáculos mejor que pasando por encima de los
mismos. Los proyectistas de ferrocarriles están sujetos a dos
limitaciones particulares en primer lugar, las curvas del trazado
de la vía deben tener un radio muy largo (de otro modo los trenes
no pueden tomarlas); en segundo lugar, todas las estructuras relacionadas
con el ferrocarril —sus puentes, túneles y estaciones—
deben estar capacitados para acomodar el gálibo de las mayores
locomotoras y material ferroviario que utilice la vía. El gálibo es
la silueta del material ferroviario más una separación para facilitar
el paso seguro a través de puentes, túneles, etc.
Los contratistas que realizan trabajos de construcción y reparación
de ferrocarriles requieren la maquinaria de construcción
habitual y un apoyo logístico eficaz para asegurar que las vías, el
balasto y el resto de los materiales siempre estén disponibles,
incluso en los sitios alejados. Los contratistas pueden usar la vía
que acaban de tender para los trenes de suministro de sus obras.
Los contratistas que efectúan el mantenimiento de ferrocarriles
en funcionamiento tienen que adoptar precauciones para que
sus trabajos no interfieran con los movimientos de trenes y para
no poner en peligro a los obreros o al público.
domingo, 22 de diciembre de 2013
Canales y dársenas
La construcción y reparación de canales y muelles incluye
algunos aspectos de otros tipos de trabajos que ya se han descrito,
como carreteras, túneles y puentes. Es particularmente importante
en la construcción de canales que el reconocimiento del
terreno sea muy minucioso antes del comienzo de la obra, en
especial en relación con los niveles y para cerciorarse de que el
material de la excavación puede usarse en otras partes de la obra.
Es grande la deuda de los primeros ingenieros de ferrocarriles
con la experiencia de los constructores de canales de un siglo
antes. El canal requiere una alimentación de agua que ha de
recoger de una fuente natural, como un río o un lago, o se ha de
crear una artificial en forma de embalse. La excavación de
canales comienza en terreno seco, pero antes o después ha de
conectar con un río, un canal, el mar u otra dársena.
La construcción de canales y dársenas requiere el uso de excavadoras
y cargadoras que abran el terreno. Los productos de la
excavación pueden ser retirados en camiones, o bien se puede
transportar por vía acuática. Las dársenas, a veces, se desarrollan
en terrenos con un largo historial de uso industrial. Desechos
industriales se pueden haber introducido en el terreno a lo
largo de muchos años, y los productos retirados durante la excavación
o ampliación de las dársenas pueden estar altamente
contaminados. El trabajo de reparación de un canal o una
dársena es probable que se haya de ejecutar mientras que zonas
adyacentes al mismo permanezcan en servicio.
Los trabajos
pueden tener que necesitar ataguías de protección. El fallo de
una ataguía durante la ampliación de los Newport Docks en
Gales en los primeros años de este siglo produjo cerca de cien
víctimas mortales.
Los clientes en el caso de canales y dársenas suelen ser las
autoridades públicas. Sin embargo, a veces se construyen
muelles para empresas junto a sus plantas de producción importantes
o para clientes que mueven un tipo de mercancías particular
(p. ej., automóviles).
La reparación y renovación de canales
se hace hoy en día frecuentemente para la industria del ocio. Al
igual que las presas, también la construcción de canales y
muelles puede tener que ejecutarse en lugares muy remotos,
habiendo necesidad de proveer unas instalaciones para los
obreros más alejadas que las de una obra normal.
sábado, 21 de diciembre de 2013
Presas
Las presas pueden estar formadas por ingentes volúmenes de
tierra o de roca para crear una masa que resista la presión del
agua contenida por ellas; algunas presas están también revestidas
de piedra y otras de hormigón armado. En función de la longitud
de la presa, su construcción suele requerir un movimiento de
tierras de grandes proporciones. Las presas acostumbran a construirse
en emplazamientos remotos impuestos por la necesidad de
asegurar que el agua afluirá a un lugar en el que sea técnicamente
posible restringir el caudal del río. Por ello, antes de
comenzar la construcción de la presa habrá que abrir caminos
provisionales para llevar la maquinaria, los materiales y el
personal al emplazamiento. Los trabajadores en los proyectos de
presas pueden hallarse tan lejos de sus hogares que es necesario
facilitarles alojamiento a gran escala junto a las instalaciones de
construcción usuales. Es necesario desviar el río del emplazamiento
de los trabajos, para lo cual se tiene que construir una
ataguía y un cauce provisional.
Una presa construida simplemente de tierra o roca desplazadas
requiere una maquinaria importante de excavación, perforación
y escariado, además de camiones. Si el muro de la presa
se recubre de mampostería o de hormigón, será necesario
emplear grúas elevadas y de largo alcance capaces de colocar los
mampuestos, los encofrados y el hormigón en el sitio requerido.
Será necesario un suministro continuo de hormigón de buena
calidad, lo cual exigirá instalar una planta de fabricación de
hormigón junto al lugar de los trabajos, cuyo hormigón se colocará
por medio de una grúa o se bombeará hasta el lugar de
colocación.
viernes, 20 de diciembre de 2013
Túneles
Los túneles son obras civiles de carácter muy especializado.
Varían en dimensiones desde el túnel del Canal de la Mancha,
con más de 100 km de galerías por 6 a 8 m de diámetro, a minitúneles
cuya perforación es de dimensiones demasiado reducidas
para que puedan entrar los obreros a trabajar y que se abren
con máquinas lanzadas desde pozos de acceso y controladas
desde la superficie. En zonas urbanas, los túneles pueden constituir
la única manera de trazar o mejorar vías de transporte o
para dar paso a servicios de agua y alcantarillado. El trazado
previsto de un túnel requiere una prospección detallada para
confirmar la clase de terreno en el que han de desarrollarse los
trabajos y la posible aparición de aguas freáticas. La naturaleza
del terreno, la presencia de agua subterránea y el uso final del
túnel condicionan la elección del método de construcción
del mismo.
Si el terreno es consistente, como la arcilla margosa bajo el
Canal de la Mancha, es posible realizar la excavación mecánicamente.
Si no se encuentran altas presiones de agua freática
durante el reconocimiento preliminar a la construcción, normalmente
no es necesario presurizar las zonas de trabajo para
mantenerlas libres de agua. Si es obligado trabajar con aire
comprimido, ello incrementará los costes notablemente, pues se
han de establecer esclusas de aire, los trabajadores necesitarán
tiempos de parada para la descompresión, y el acceso a las zonas
de trabajo de la maquinaria y los materiales puede ser más dificultoso.
Un túnel de grandes dimensiones, para una carretera o
ferrocarril, en terreno de roca no dura pero consistente, puede
ser excavado empleando un escudo (TBM), máquina que perfora
la totalidad del frente. Se trata, en realidad, de un tren de diferentes
máquinas unidas que avanzan sobre carriles movidas por
sus propios motores. En el extremo frontal lleva una cabeza
circular cortante que gira y lanza los productos de la excavación
hacia atrás a través del escudo. Detrás de la cabeza cortante van
varias secciones del escudo que colocan las dovelas de los anillos
de revestimiento del túnel en posición en toda la superficie del
mismo, rellenan la lechada entre los anillos y, en un espacio muy
reducido, aportan toda la maquinaria para la manipulación y
colocación de las dovelas (cada una pesa varias toneladas),
retiran los productos excavados, transportan hacia delante la
lechada y las dovelas adicionales necesarias y alojan los motores
eléctricos y las bombas hidráulicas que accionan la cabeza
cortante y los mecanismos de colocación de dovelas.
Un túnel en terreno de roca no dura pero sin la suficiente
consistencia para emplear un escudo, puede excavarse usando
máquinas como las rozadoras que ejecutan cortes en el frente. Los
escombros que produce la rozadora y que caen al suelo del túnel
son recogidos por excavadoras y retirados en camión. Esta
técnica permite la excavación de túneles que no son de sección
circular. El terreno a través del cual se perfora un túnel, en estos
casos, no suele ofrecer la suficiente resistencia para mantenerse
sin revestir; sin alguna clase de revestimiento pueden producirse
desprendimientos de techo y paredes. El túnel puede ser revestido
por medio de hormigón de consistencia líquida lanzado
sobre un mallazo metálico sujetado en posición mediante pernos
de anclaje (el nuevo método “austríaco”) o con elementos prefabricados
de hormigón.
Si el túnel se practica en roca dura, el frente tendrá que
abrirse por medio de voladuras, usando explosivos alojados en
barrenos taladrados en el frente rocoso. La habilidad, en este
caso, consiste en emplear el mínimo de voladuras para lograr
que la roca caiga en el lugar y con el tamaño requeridos, para de
este modo facilitar la retirada de escombros. En trabajos de más
envergadura se emplearán perforadoras múltiples montadas
sobre carriles junto con excavadoras y cargadoras para el desescombro.
Los túneles en roca dura no se revisten, simplemente se
recortan para que ofrezcan una superficie regular. Si la superficie
de la roca se desmenuza con facilidad, con peligro de caída
de fragmentos, deberá aplicarse un revestimiento, usualmente
algún tipo de hormigón proyectado o prefabricado.
Cualquiera que sea el método de construcción adoptado para
el túnel, la eficacia en el suministro de los materiales del túnel y
en la retirada del escombro son vitales para el avance del trabajo
con éxito. Los trabajos en túneles de gran envergadura pueden
requerir la instalación de extensos sistemas de carriles de vía
estrecha para prestar apoyo logístico.
jueves, 19 de diciembre de 2013
Puentes
En zonas remotas, los puentes pueden ser simples construcciones
hechas de madera. Hoy es más corriente que los puentes se construyan
de hormigón armado o acero. También pueden estar
revestidos de ladrillo o piedra. Si el puente tiene que salvar una
depresión considerable, sobre agua o sobre un cauce seco, su
proyecto requiere la labor de proyectistas especializados.
Con el
empleo de los materiales actuales, la resistencia de un arco o vano
de puente no se consigue con una gran masa, que simplemente lo
haría demasiado pesado, sino por medio de un proyecto experto.
El contratista principal para la construcción de un puente es
generalmente un contratista importante de ingeniería civil con
una maquinaria adecuada y una dirección capacitada. Sin
embargo, subcontratistas especializados pueden encargarse de
aspectos importantes del trabajo, como el montaje de la estructura
metálica para formar el vano o la prefabricación o colocación
de las secciones prefabricadas del vano en su ubicación
definitiva.
Si el puente cruza sobre el agua, es posible que uno o
varios de los estribos que soportan sus extremos tengan que ser
construidos dentro del agua, lo que implica pilotajes, ataguías,
hormigón en masa o mampostería. Un puente nuevo puede
formar parte de un nuevo sistema de carreteras, en cuyo caso es
posible que haya que construir carreteras de acceso, posiblemente
también elevadas. Un buen proyecto es particularmente importante
en la construcción de puentes, de modo que la estructura
sea lo bastante resistente para soportar las cargas que circularán
por él y para asegurar que no requerirá una conservación o reparación
demasiado frecuentes.
El aspecto de un puente es a
menudo un factor muy importante, y aquí nuevamente, un buen
proyecto puede establecer un equilibrio en el conflicto entre las
demandas de la estética y de la buena ingeniería. Es necesario
durante la fase de proyecto prever medios de acceso seguros para
el mantenimiento de los puentes.
Obras civiles y construcción pesada
Las obras civiles más conocidas por el público son los trabajos en
carreteras. Algunos trabajos de esta índole consisten en la apertura
de nuevas carreteras en terreno virgen, pero una gran parte
de los mismos abarcan la ampliación y reparación de carreteras
existentes. Los contratos de trabajo en carreteras son, generalmente,
encargados por organismos municipales o estatales, pero a
veces las carreteras permanecen bajo el control de los contratistas
durante varios años después de su terminación, tiempo durante el
cual están autorizados a cobrar peajes. Si las estructuras de ingeniería
civil son financiadas por el gobierno, tanto el proyecto
como la construcción real estarán sujetos a una estricta supervisión
por funcionarios en nombre del gobierno.
Los contratos de
construcción de carreteras suelen adjudicarse a los contratistas
sobre la base de que un contratista se responsabilice de un tramo
de varios kilómetros de la carretera. Existirá un contratista principal
para cada tramo, pero la construcción de carreteras involucra
una variedad de técnicas, y ciertos aspectos del trabajo tales
como los trabajos de ferralla, hormigón, encofrados y pavimentación
serán subcontratados por el contratista principal a firmas
especializadas. Algunas veces, la construcción de carreteras se
ejecuta en la modalidad de contratos de dirección de obra, en
cuyo caso una firma consultora de ingeniería se encargará de la
dirección de la obra y todos los trabajos serán ejecutados por
subcontratistas. Un contratista de dirección de este tipo puede
también haber participado en la elaboración proyecto de
carretera.
La construcción de carreteras requiere la creación de una
superficie cuyas pendientes sean adecuadas para la clase de
tráfico que pasará por ella. En un terreno generalmente llano,
la formación de la plataforma de la carretera puede incluir el
movimiento de tierras: esto es, excavar desmontes y usar los
productos de la excavación para hacer terraplenes, construir
puentes para cruzar los ríos y perforar túneles en las laderas de
las montañas cuando no es posible rodear la obstrucción. En
aquellos lugares en que los costes de la mano de obra son más
elevados, estos trabajos se realizan empleando maquinaria como
excavadoras, traíllas, cargadoras y camiones. Si los costes de
mano de obra son bajos, estos trabajos se pueden ejecutar
manualmente por gran número de obreros equipados con herramientas
de mano. Cualquiera que sea el método adoptado,
la construcción de carreteras requiere una minuciosa planificación
de los trabajos.
A menudo, el mantenimiento de carreteras requiere la continuidad
del servicio mientras se efectúan las reparaciones o
mejoras en un sector de la misma. De este modo se origina un
cruce peligroso entre el tráfico en movimiento y los trabajos de
la construcción que hace aún más importante una buena planificación
y organización de la obra. Existen, a menudo, normativas
nacionales para la señalización y demarcación con conos
de las zonas de trabajo y fijando la distancia de separación que
deberá mediar entre construcción y tráfico, lo cual puede ser
difícil de conseguir en una zona confinada. El control del tráfico
que circula en la proximidad de las carreteras en obras, es habitualmente
responsabilidad de la policía local, pero requiere una
cuidadosa cooperación entre ésta y los contratistas. La conservación
de carreteras origina retenciones de tráfico, y, en consecuencia,
los contratistas son presionados para acabar las obras
rápidamente; a veces existen premios por adelantar el plazo y
penalizaciones por los retrasos. La presión económica no deberá
socavar la seguridad de lo que de por sí es un trabajo muy
peligroso.
La pavimentación de las carreteras puede implicar el uso de
hormigón, piedra u macadam asfáltico. Esto requiere un apoyo
logístico importante que garantice que las cantidades necesarias
de materiales para la pavimentación lleguen a su destino en
condiciones adecuadas para asegurar que la pavimentación
proceda sin interrupción.
El macadam asfáltico requiere una
máquina extendedora especial que mantiene el material en
estado plástico durante su extendido. Cuando el trabajo consiste
en rehacer una pavimentación, se precisarán equipos adicionales
incluyendo picos y martillos rompedores, para demoler y retirar
la pavimentación existente. Pesadas apisonadoras se encargan de
dar el acabado final al pavimento.
La apertura de túneles y los desmontes pueden requerir el uso
de explosivos y, ulteriormente, hay que retirar los escombros
producidos por las voladuras. Los costados de los desmontes
pueden requerir apuntalamientos permanentes para prevenir los
deslizamientos o las caídas de tierras sobre la carretera
terminada.
Las carreteras elevadas requieren a menudo estructuras similares
a los puentes, especialmente si el tramo elevado cruza una
zona urbana en la que el espacio es limitado. Las carreteras
elevadas se construyen a menudo con elementos de hormigón
armado que puede ser vertido in situ o prefabricados en una
fábrica y, a continuación, llevados al lugar de colocación en
obra.
El trabajo requiere una maquinaria de elevación de gran
potencia para izar los elementos prefabricados, los encofrados y
las armaduras de hierro.
Es necesario proyectar apoyos provisionales o cimbras para
soportar las secciones de las carreteras elevadas o los puentes
durante su hormigonado. Estas construcciones provisionales
tienen que resistir las cargas producidas por el hormigón durante su vertido. El proyecto de estas cimbras es tan importante
como el de la misma estructura.
miércoles, 18 de diciembre de 2013
Proyectos llave en mano
Algunos clientes de edificios industriales o comerciales, con
plantas e instalaciones extensas y complejas, desean simplemente
trasladarse a una instalación que se encuentre a punto y funcionando
desde el primer día de su ocupación. Los laboratorios se
construyen y se equipan, a veces, siguiendo esta modalidad. Tal
tipo de acuerdos recibe el nombre de proyectos “llave en mano”,
y de acuerdo con ellos el contratista debe asegurar que todos los
aspectos de la instalación y servicios funcionan perfectamente
antes de la entrega del proyecto. El trabajo puede haberse ejecutado
amparado por un contrato de proyecto y obra, de modo
que, en efecto, el contratista de trabajos llave en mano se ocupa
de todo, desde el proyecto hasta la puesta en funcionamiento.
martes, 17 de diciembre de 2013
Construcción industrial
La edificación o construcción industrial incorpora la utilización
de técnicas de producción masiva de la industria manufacturera
para producir partes de edificios. El ejemplo por excelencia es el
ladrillo, pero normalmente la expresión se aplica a construcciones
que utilizan elementos de hormigón que se montan in situ.
La construcción industrial se extendió rápidamente después de la
segunda guerra mundial para satisfacer la demanda de viviendas
baratas, y se encuentra comúnmente en promociones masivas
de viviendas. Es posible producir, en las condiciones de trabajo de
una fábrica, elementos prefabricados de una precisión uniforme
de un modo que sería prácticamente imposible de lograr en las
condiciones normales de una obra.
A veces los elementos de la construcción industrial se fabrican
fuera del emplazamiento de la obra, en fábricas que pueden
servir a una amplia zona; en algunos casos, cuando la promoción
alcanza por sí sola un número elevado de unidades, se
instala una factoría a pie de obra para servir a este grupo de
modo exclusivo.
Los elementos proyectados para la construcción industrial
deben ser estructuralmente bastante resistentes para soportar los
esfuerzos al ser transportados, izados colocados en su sitio;
deben llevar incorporados puntos de anclaje o ranuras para
permitir la fijación de bridas de elevación, y también deberán
incluir pestañas o rebajes adecuados para permitir un acoplamiento
fácil y sólido de las piezas. La construcción industrial
requiere maquinaria de transporte y elevación de las unidades, y
espacio y medios para almacenar las piezas con seguridad
cuando se entregan en obra, de modo que las piezas no resulten
dañadas ni produzcan lesiones a los obreros. Esta técnica de
construcción suele producir edificios de escaso atractivo visual,
pero, a gran escala, es barata; mediante el montaje de seis piezas
se puede construir una habitación con las aberturas de puerta y
ventana en su ubicación definitiva.
Se emplean técnicas similares para fabricar elementos de
hormigón para estructuras de ingeniería civil, tales como autovías
elevadas y revestimientos de túneles.
lunes, 16 de diciembre de 2013
Edificios comerciales
Entre los edificios comerciales se incluyen las oficinas, fábricas,
escuelas, hospitales, tiendas: una lista casi interminable de tipos
diferentes de edificios. En la mayoría de los casos estos edificios se
construyen para un cliente particular. Sin embargo, las oficinas y
tiendas se construyen a menudo con fines especulativos, al igual
que las viviendas, con la esperanza de atraer compradores o
inquilinos. Algunos clientes requieren una oficina o tienda que
esté completamente equipada de acuerdo con sus necesidades,
pero muy a menudo, el contrato sólo incluye la estructura y los
servicios principales, siendo el cliente el que se encarga de la
terminación del local mediante acuerdos con contratistas especializados
en el equipamiento de oficinas y tiendas.
Los hospitales y las escuelas se construyen para clientes que
tienen una idea claramente definida de sus necesidades, y los
mismos clientes ofrecen a menudo datos de diseño que se incorporan
al proyecto. La instalación y el equipamiento de los hospitales
pueden tener un valor superior al de la estructura y llevan
aparejado un importante trabajo para que el proyecto satisfaga
estrictas normas médicas. El gobierno local o nacional también
puede desempeñar un papel en proyectos de escuelas, estableciendo
exigencias muy detalladas sobre las necesidades de
espacio y equipamiento como parte de su más amplio papel en
materia de enseñanza. Los gobiernos nacionales, de costumbre,
tienen una normativa muy precisa con respecto a los edificios e
instalaciones de hospitales. El equipamiento de los hospitales y
edificios de una complejidad análoga es una clase de trabajo de
construcción que suele ser ejecutada por subcontratistas especializados.
Estos contratistas no sólo han de tener conocimientos de
salud y seguridad en la construcción en general, sino también los
conocimientos necesarios para garantizar que sus trabajos no
puedan afectar negativamente a las actividades propias del
hospital.
domingo, 15 de diciembre de 2013
Viviendas
Los proyectos de construcción de viviendas pueden consistir en
una sola casa o en grandes grupos de viviendas unifamiliares o
apartamentos. El cliente puede ser el dueño/a de cada casa,
quien normalmente será el responsable del mantenimiento de la
misma. El contratista, habitualmente, seguirá responsabilizándose
de la reparación de los defectos de construcción durante un
período de algunos meses después de la terminación del edificio.
Sin embargo, si el proyecto es de un número elevado de casas, el
cliente puede ser un organismo público, local o gubernamental,
que tiene la responsabilidad de proporcionar alojamientos.
Existen también grandes organismos privados, tales como asociaciones
inmobiliarias, por encargo de las cuales es posible la construcción
de grupos de casas. Los organismos públicos o privados
responsables de facilitar vivienda, generalmente alquilan las casas
terminadas a los que las ocuparán, conservando también para sí
un mayor o menor grado de responsabilidad en el mantenimiento.
Los proyectos de edificación relativos a bloques de apartamentos,
generalmente tienen un sólo cliente para la totalidad
del bloque, el cual, a continuación, alquila los apartamentos individuales
de acuerdo con un contrato de arrendamiento. En este
caso, el cliente tiene la responsabilidad de encargarse del mantenimiento,
pero traspasa su coste a los inquilinos. En algunos
países, la propiedad de cada apartamento individual del bloque
puede corresponder a los ocupantes de cada uno de los apartamentos.
Existen ciertos acuerdos, a veces por medio de un contratista
administrador del conjunto, según los cuales se lleva a cabo
el mantenimiento, recaudándose los costes necesarios entre los
ocupantes.
A menudo se construyen casas con fines especulativos por
parte de un promotor. Los clientes u ocupantes específicos de
tales casas pueden ser desconocidos al iniciarse el proceso, pero
aparecen en escena después de que la construcción ha comenzado
y adquieren o alquilan la propiedad como cualquier otra
mercancía. Las casas suelen estar equipadas con instalaciones
de electricidad, fontanería y alcantarillado y de calefacción;
también pueden contar con una acometida de gas. A veces, con
la intención de reducir costes, las casas se entregan sólo parcialmente
acabadas, dejando en manos del comprador la instalación
de los accesorios y la pintura y decoración del edificio.
sábado, 14 de diciembre de 2013
Planificación y normas de edificación
En el caso de los edificios, ya sean destinados a vivienda, ya sean
comerciales o industriales, los proyectos están sujetos a normas de
planificación que ordenan las zonas en las que se pueden desarrollar
cierto tipo de usos (p. ej., no se puede construir una fábrica en
medio de viviendas). Las leyes de planificación pueden ser muy
específicas en cuanto al aspecto exterior, los materiales y el
volumen de los edificios. Normalmente sólo es posible la construcción
de fábricas en las zonas calificadas de industriales.
A menudo también existen ordenanzas de edificación o
normas similares que definen con exactitud y detalle muchos
aspectos del proyecto y de las especificaciones de los edificios:
por ejemplo, el espesor de los muros y maderas, la profundidad
de los cimientos, las características del aislamiento, las dimensiones
de las ventanas y habitaciones, la distribución del
cableado eléctrico y la puesta a tierra, la distribución de la fontanería
y las tuberías y muchos más. Los clientes , proyectistas,
redactores de especificaciones y contratistas han de seguir estas
normas. Las mismas coartan la libertad de elección, pero al
mismo tiempo garantizan que los edificios se construyan con
una calidad aceptable. En este sentido, las leyes de planificación
y las normas de edificación condicionan el proyecto de los edificios
y su coste.
viernes, 13 de diciembre de 2013
Precio
El precio es siempre un elemento del contrato. Puede ser simplemente
una suma estipulada por el coste de realizar el trabajo, tal
como la construcción de una casa. Incluso si se trata de un simple
tanto alzado, el cliente puede tener que satisfacer parte del precio
por adelantado antes de iniciar la obra, para facilitar al contratista
la compra de materiales. Sin embargo, el precio puede establecerse
en base al coste más un porcentaje, de acuerdo con el
cual el/la contratista se resarce de sus costes más una cantidad
acordada o un porcentaje en concepto de beneficio. Este acuerdo
suele perjudicar al cliente, ya que el contratista no tiene aliciente
para reducir los costes.
El precio también puede conllevar bonificaciones
o penalizaciones, de modo que el contratista reciba un
mayor importe, si por ejemplo el trabajo se acaba antes del plazo
acordado. Sea cual sea la forma de liquidación de los trabajos, es
habitual que los pagos se efectúen en fases a medida que los
trabajos avanzan, bien al completarse ciertas partes de la obra en
las fechas acordadas, bien sobre la base de algún método convenido
para medir la obra realizada. Al final de la construcción
propiamente dicha, es habitual que el cliente efectúe una retención
acordada del precio total hasta que las deficiencias hayan
sido rectificadas o la estructura se haya puesto en servicio.
En el transcurso de la obra, el contratista puede encontrarse
con problemas que no habían sido previstos cuando se firmó el
contrato con el cliente. Estos pueden motivar cambios del
proyecto, del método de construcción o de los materiales. Generalmente
tales cambios originan costes adicionales al contratista,
que trata de reclamarlos al cliente, basándose en que tales
trabajos son “desviaciones” del contrato original.
A veces la
recuperación del coste de los cambios puede representar la diferencia
para el contratista entre ganar o perder dinero en la obra.
El precio de los contratos puede afectar a la salud y seguridad
si en la oferta del contratista se incluye una previsión inadecuada
para cubrir los costes de accesos seguros, maquinaria de elevación,
etc. Esto se hace más difícil en los casos en que, llevados
por la intención de asegurarse de que los contratistas no den un
precio abusivo, los clientes siguen estrictamente una política de
licitación competitiva.
Los gobiernos y las autoridades locales
aplican políticas de licitación competitiva a sus contratos, y de
hecho puede ser obligatoria por ley la adjudicación de los
contratos exclusivamente por este método. En esta situación
siempre existe el riesgo de que se vea afectada la salud y la seguridad
de los operarios de la construcción. Al reducir costes, los clientes pueden resistirse a la tentación de reducir el nivel de
calidad de los materiales o los métodos de construcción, pero al
mismo tiempo ignorar totalmente que, al aceptar la oferta más
baja, han aceptado métodos de trabajo que ofrecen una mayor
probabilidad de poner en peligro a los obreros de la construcción.
Incluso en una situación de ofertas a la baja, los contratistas
en sus ofertas deberán especificar claramente al cliente que
ésta cubre adecuadamente el coste de la salud y seguridad que
sus propuestas conllevan.
Los promotores pueden influir en la salud y seguridad de la
construcción de un modo similar a los clientes; en primer lugar,
recurriendo a contratistas que sean competentes en salud y seguridad
y arquitectos que consideren la salud y seguridad en sus
proyectos y, en segundo lugar, desechando automáticamente las
ofertas más bajas. Los promotores generalmente desean que sus
promociones tengan éxito, y una medida del éxito de un
proyecto debería ser que durante el proceso constructivo no se
produzcan problemas importantes de salud y seguridad.
jueves, 12 de diciembre de 2013
Tipos de contratos
En contrato tradicional, el cliente acuerda con un proyectista la
elaboración de un proyecto y unas especificaciones completas.
A partir de aquí, el cliente invita a los contratistas a que
presenten ofertas o pujen para ejecutar el trabajo de acuerdo con
el proyecto. El papel del contratista se reduce mayormente a la
construcción propiamente dicha. La participación del contratista
en el diseño o la elaboración de especificaciones consiste principalmente
en buscar los cambios que hagan la construcción más
fácil o más eficiente: mejorar la “edificabilidad”.
Otro acuerdo corriente en la construcción es el contrato de
proyecto y obra.
El cliente requiere un edificio (tal vez un bloque de
oficinas o un centro comercial), pero las únicas ideas definidas
que tiene en cuanto a los aspectos de detalle del proyecto son las
dimensiones del emplazamiento, el número de personas que
habrán de acomodarse o la escala de actividades que en él se
desarrollará. En tal caso, el cliente solicita ofertas de proyectistas
o contratistas para que cursen propuestas de proyecto y obra.
Los contratistas que se dedican a proyectar y construir cuentan
con su propia organización de proyectos o mantienen lazos
estrechos con un proyectista ajeno a su organización que está
dispuesto a trabajar para ellos en el encargo.
La modalidad de
proyecto y obra puede incorporar dos fases: una fase inicial en la
que un proyectista prepara un proyecto preliminar que sirve
para la petición de ofertas; y, a continuación, una segunda fase
en la que el contratista de proyecto y obra que resulte adjudicatario,
realizará el proyecto de ejecución de la obra.
Los contratos de mantenimiento y emergencias cubren una gran
variedad de acuerdos entre clientes y contratistas y representan
una proporción significativa del trabajo de la industria de la
construcción. Generalmente tienen vigencia por un período fijo,
requieren que el contratista haga ciertos tipos de trabajos con
carácter inmediato (p. ej., trabajos en los que el cliente llama al
contratista para que los ejecute al momento).
Los contratos de
emergencia son utilizados ampliamente por las autoridades
públicas que tienen la responsabilidad de suministrar un servicio
público que no se puede interrumpir; los organismos públicos,
las compañías de servicios públicos y los servicios de transporte
hacen amplio uso de los mismos. Las empresas industriales,
en especial aquellas con procesos continuos tales como las
petroquímicas, también hacen extenso uso de estos contratos
para resolver los problemas en sus instalaciones. Habiendo acordado
un contrato de tal índole, el contratista se compromete a
tener disponibles personal y equipo adecuados para la ejecución
de los trabajos, a menudo avisado con muy poca antelación
(p. ej., en el caso de contratos de emergencia).
La ventaja para
el/la cliente es que no necesita tener obreros en su nómina ni
conservar maquinaria o equipos para emplear sólo de manera
esporádica en trabajos de mantenimiento y casos de emergencia.
La valoración de este tipo de contratos puede basarse en un
tanto fijo por año o en el tiempo empleado en la ejecución del
trabajo o en una combinación de ambos.
Quizás el ejemplo más comúnmente conocido por el público
sea el de mantenimiento de carreteras y reparaciones de
urgencia de tendidos eléctricos o tuberías de gas cortadas o
dañadas accidentalmente.
Cualquiera que sea la forma de contrato, las posibilidades de
que clientes y proyectistas influyan en la seguridad y la salud
de los contratistas por efecto de decisiones tomadas en una fase
temprana del trabajo son las mismas. La modalidad del proyecto
y obra quizás permite una más estrecha cooperación entre
proyectista y constructor en materia de salud y seguridad.
miércoles, 11 de diciembre de 2013
Proyectistas
Tratándose de edificios, el proyectista es habitualmente un arquitecto,
aunque en viviendas domésticas de pequeña escala, los
propios contratistas pueden poseer la competencia necesaria para
el diseño. Si se trata de un edificio grande o complejo, intervienen
arquitectos que se encargan del proyecto general, así
como ingenieros de estructuras que se ocupan del proyecto de
estructura, e ingenieros especialistas que se encargan de proyectar
las instalaciones. El arquitecto garantizará las necesidades de
espacio para la instalación de la maquinaria y los servicios en los
emplazamientos adecuados del edificio. Los ingenieros especialistas
se preocuparán de garantizar que la planta y las instalaciones
proyectadas funcionen en los niveles de calidad requeridos,
cuando se instalen en los lugares previstos por el arquitecto.
En obras civiles, es más probable que la dirección del proyecto
recaiga en un ingeniero de caminos o de estructuras, aunque en
ciertos trabajos en los que el impacto visual pueda ser un factor
influyente, un arquitecto puede asumir un papel destacado
dentro del equipo del proyecto. En la construcción de túneles,
ferrocarriles y carreteras, lo probable es que la dirección del
proyecto sea asumida por ingenieros de caminos o de
estructuras.
El papel del promotor consiste en tratar de mejorar el uso del
terreno o de los edificios y sacar un beneficio de tales mejoras.
Algunos promotores se limitan a vender el terreno o los edificios
mejorados y no tienen un interés posterior; otros conservan la
propiedad del terreno o incluso de los edificios y cosechan un
interés continuado en forma de alquileres más elevados tras las
mejoras.
La habilidad del promotor reside en identificar terrenos
vacíos o infrautilizados o edificios obsoletos cuyo valor se incremente
aplicando las artes de la construcción.
El promotor puede
utilizar sus recursos financieros, pero quizás más frecuentemente
emplea su habilidad para buscar y atraer otras fuentes de financiación.
Los promotores no son un fenómeno moderno; la
expansión de las ciudades durante los últimos 200 años se debe
en gran parte a ellos. Los promotores pueden ser, a su vez, los
clientes de la obra, o simplemente actuar como representantes
de otros grupos que facilitan la financiación.
martes, 10 de diciembre de 2013
Trabajos allende las fronteras nacionales
Un aspecto de los contratos del sector público, cuya importancia
va en aumento, es la de recibir invitaciones para licitar obras
fuera de las fronteras nacionales. En la Comunidad Europea, por
ejemplo, los contratos de gran envergadura que sobrepasen un
importe fijado en las Directivas, deben ser anunciados dentro de
la Comunidad, de modo que puedan licitar contratistas de todos
los países miembros. El efecto buscado es animar a los contratistas
a trabajar fuera de las fronteras de sus países. En estos casos,
están obligados a trabajar de acuerdo con la legislación nacional
de seguridad y salud del país en cuestión. Uno de los objetivos de
la Comunidad Europea es la armonización de las normas de
seguridad y salud. Los contratistas importantes que trabajan en
varias partes del mundo bajo regímenes diferentes deberán, por
tanto, familiarizarse con los reglamentos de salud y seguridad de
aquellos países en que operan.
lunes, 9 de diciembre de 2013
Sectores público y privado
Los contratistas pueden formar parte del sector público (p. ej., el
departamento de obras de un ayuntamiento o de un consejo
comarcal). Estos departamentos de obras públicas solían llevar a
cabo un volumen considerable de trabajos de conservación, especialmente
en viviendas, escuelas y carreteras. Recientemente se
ha producido un movimiento a favor de alentar una mayor
competencia en estos trabajos, en parte a raíz de las presiones
ejercidas con miras a mejorar la administración de los fondos.
Ello ha conducido, en primer lugar, a la reducción del tamaño de
los departamentos de obras públicas, incluso a su total desaparición
en algunos lugares, y a la obligación de adjudicar las obras
mediante licitaciones competitivas. Los trabajos anteriormente
ejecutados por los departamentos de obras públicas se realizan
ahora por contratistas del sector privado en estrictas condiciones
de “adjudicación a la oferta más barata”. Ante la necesidad de
reducir costes, los contratistas pueden sufrir la tentación de
reducir partidas que ellos consideran gastos generales, como los
de seguridad y formación.
La diferencia entre los sectores público y privado también
puede hacerse extensiva a los clientes. El gobierno central y
local (junto con los servicios públicos y de transporte, si es que
están bajo el control de los anteriores) pueden ser clientes de las
empresas de construcción. Como tales, generalmente debería
considerarse que pertenecen al sector público. El transporte y los
servicios públicos regidos por empresas deberían considerarse
normalmente como pertenecientes al sector privado. El hecho
de que un cliente pertenezca o no al sector público a veces
influye en la decisión de incluir ciertas partidas de seguridad o
formación en el coste de los trabajos de construcción. Recientemente,
clientes tanto del sector público como del privado se han
encontrado con parecidas exigencias en esta modalidad de
ofertas competitivas.
domingo, 8 de diciembre de 2013
Pequeños contratistas y autónomos
Aunque existen variaciones de un país a otro, la construcción es
típicamente una industria de pequeñas empresas. Entre un 70 y
un 80 % de los contratistas tienen menos de 20 trabajadores
propios. Ello es debido a que muchos contratistas empiezan como
industriales individuales en trabajos pequeños, probablemente
residenciales. A medida que su negocio se amplía, estos industriales
empiezan a dar trabajo a un número reducido de trabajadores.
La carga de trabajo en construcción es raramente
predecible o constante, pues unos trabajos terminan y otros
empiezan sin coincidir en el tiempo. Existe la necesidad en la
industria de poder desplazar a grupos de trabajadores con ciertas
especialidades de obra en obra según lo requiera el trabajo.
Los
pequeños contratistas cumplen este cometido.
Junto a los pequeños contratistas se mueve una multitud de
trabajadores autónomos. Al igual que la agricultura, la construcción
tiene un porcentaje muy alto de trabajadores por cuenta
propia. Estos también suelen ser industriales, como carpinteros,
pintores, electricistas, fontaneros y albañiles. Pueden encontrar
un puesto en pequeñas obras residenciales o formar parte de la
mano de obra en proyectos de más envergadura. Durante el
período de gran auge de la construcción de finales del decenio
de 1980, hubo un aumento de trabajadores que alegaban ser
autónomos. Ello fue debido en parte a los incentivos fiscales
para los individuos afectados y a la utilización por los contratistas
de estos autónomos, que resultaban más baratos que los
empleados propios. Además, los contratistas tenían menores
costes de seguridad social, no tenían obligación de dar formación
a los autónomos y se podían desprender de ellos con más
facilidad al acabarse el trabajo.
La presencia en la construcción de tantos pequeños contratistas
y trabajadores autónomos suele dificultar una gestión efectiva
de la salud y la seguridad en la obra en su conjunto, y con
una mano de obra tan móvil, ciertamente resulta más difícil
impartir una formación de seguridad adecuada. Un análisis de
accidentes mortales en el Reino Unido durante un período de
3 años mostró que aproximadamente la mitad de los accidentes
mortales sucedió entre los trabajadores que llevaban en la obra
una semana o menos. Los primeros días en cualquier obra son
singularmente peligrosos para los trabajadores de la construcción
pues, aunque sean industriales experimentados, cada obra
es una experiencia única.
sábado, 7 de diciembre de 2013
PRINCIPALES SECTORES Y SUS RIESGOS
PRINCIPALES SECTORES Jeffrey Hinksman
El término industria de la construcción se usa en todo el mundo para
englobar un colectivo de empresas con prácticas muy diferentes,
que se reúnen por un tiempo limitado en el lugar en que se ha de
ejecutar una obra de edificación o de ingeniería civil. La escala
de trabajos abarca desde un trabajador único que ejecuta un
trabajo que dura sólo unos minutos (p. ej., reparar una teja, con
un equipo consistente en martillo y clavos y, tal vez, una escalera)
hasta vastos proyectos de edificación o de ingeniería civil que
duran varios años y que implican a cientos de contratistas diferentes,
cada uno de ellos con su propia cualificación, su maquinaria
y su equipo. Sin embargo, a pesar de la enorme variedad de
escalas y de la complejidad de los trabajos, los sectores principales
de la industria de la construcción tienen mucho en común.
Siempre hay un cliente (denominado a veces la propiedad) y un
contratista; —excepto en los trabajos de muy poca importancia,
siempre habrá un proyectista, un arquitecto o un ingeniero— y, si
el proyecto requiere una gama de especialidades, se requerirán
inevitablemente contratistas adicionales que actuarán como
subcontratistas del contratista principal (véase también el Apartado
“Factores organizativos que afectan a la salud y seguridad”
en este Capítulo). Mientras que edificios agrícolas o residenciales
pequeños pueden construirse sobre la base de un acuerdo
informal entre el cliente y el constructor, la gran mayoría de
trabajos de construcción y obras civiles se ejecutan amparados
por las cláusulas de un contrato formal entre el cliente y el
contratista.
Este contrato expone los detalles de la estructura o de
otros trabajos que el contratista ha de ejecutar, el plazo de construcción
y el precio. Los contratos pueden contener muchos otros detalles aparte de la descripción del trabajo, el plazo y el precio,
pero estos tres son los esenciales.
Los proyectos de construcción se dividen en dos grandes categorías:
edificación y obras civiles. El término edificación se aplica a
los proyectos de casas, oficinas, tiendas, fábricas, escuelas, hospitales,
centrales eléctricas y estaciones de ferrocarril, iglesias, etc.,
es decir, todos los tipos de estructuras que en el lenguaje común
se denominan “edificios”.
El término obras civiles se aplica al
resto de estructuras construidas en nuestro entorno, incluyendo
carreteras, túneles, puentes, vías férreas, presas, canales y
muelles. Hay estructuras que parecen pertenecer a ambas categorías;
un aeropuerto implica la construcción de grandes edificios,
así como la obra civil necesaria para la creación del
aeropuerto propiamente dicho; un muelle conlleva la construcción
de edificios de almacén además de la excavación de la
dársena y de la elevación de sus muros.
Cualquiera que sea el tipo de estructura, tanto la edificación
como las obras civiles implican ciertos procesos, como la construcción
o montaje de la estructura, su puesta en funcionamiento,
conservación, reparaciones, reformas y, por último, su
demolición. Este ciclo de operaciones se repite una y otra vez,
independientemente del tipo de estructura.
viernes, 6 de diciembre de 2013
Auditorías generales
Para evaluar la efectividad de las instrucciones se pueden
formular preguntas adecuadas que se incluirán en las auditorías
generales. De este modo, el trabajador percibe de una manera
inconfundible la coherencia de los procesos de trabajo y las consideraciones
de salud y seguridad en el trabajo. La experiencia ha
demostrado que, al principio, los trabajadores pueden sorprenderse
cuando un equipo auditor, en la obra, en su división específica,
les hace preguntas rutinarias sobre prevención de accidentes,
sin darle importancia. El aumento posterior de la atención prestada
a la salud y seguridad por los trabajadores confirma lo
valioso de la integración de la prevención en el programa de
gestión de calidad.
jueves, 5 de diciembre de 2013
Coordinación y puesta en práctica
Después de esta clasificación formal debe venir la coordinación
lingüística para garantizar que sea fácilmente legible (esto significa
su presentación en el/los idioma/s apropiado/s y en
términos fácilmente comprensibles por individuos con niveles
educativos característicos de la mano de obra específica). Finalmente,
los documentos finales deben ser respaldados de manera
formal por la alta dirección de la empresa. En este momento, será
útil dar publicidad a la importancia de los procedimientos que
han cambiado o de nueva implantación y de las instrucciones de
trabajo, por medio de boletines de la empresa, círculos de seguridad,
memorándums y otros medios disponibles, y promover su
aplicación.
miércoles, 4 de diciembre de 2013
Integración en la gestión de calidad
A más tardar cuando se completa la evaluación, las personas
responsables del proyecto de construcción deben reunirse
con los responsables de gestión de calidad y decidir los pasos
a dar para integrar, de un modo efectivo, la seguridad en el
trabajo dentro del sistema de gestión. Un trabajo de preparación
exhaustivo deberá facilitar la fijación de prioridades comunes
durante el trabajo que prometan dar resultados preventivos
óptimos.
Las exigencias de prevención que se derivan de la evaluación
se dividen, en primer lugar, entre las que se pueden catalogar de
acuerdo con los procesos específicos de la empresa y las que
deben considerarse separadamente por ser más generales, más
globales o tienen un carácter tan especial que deben considerarse
por separado. Para esta clasificación pueden servir de
ayuda las siguientes preguntas: ¿Dónde sería más probable que
el lector interesado del manual (el “cliente” o el trabajador)
buscara la política preventiva pertinente? ¿En la sección de un
capítulo destinado a un proceso específico de la empresa, o en
una sección especial de salud y seguridad en el trabajo? Parece
más sensato, de acuerdo con ello, que la instrucción de un
procedimiento especial para el transporte de materiales peligrosos,
en casi todas las empresas de construcción, se incluyera
en la sección dedicada a manipulación, almacenaje, embalaje,
conservación y transporte.
martes, 3 de diciembre de 2013
GESTION DE CALIDAD Y PREVENCION INTEGRADAS - IV
Un ejemplo de Alemania
En la práctica, en Alemania, para integrar el sistema de gestión
de calidad se han puesto en práctica cuatro procedimientos
formales y sus combinaciones:
- Se preparan, por separado, un manual de gestión de calidad y un manual de gestión de seguridad en el trabajo. Cada uno contiene sus propios procedimientos e instrucciones de trabajo. En casos extremos, este método da lugar a soluciones ineficaces, organizadas aisladamente, que duplican el trabajo y en la práctica no proporcionan los resultados apetecidos.
- En el manual de gestión de calidad se inserta un capítulo adicional bajo el título “Seguridad y salud en el trabajo”. En este capítulo se incluyen todas las declaraciones relativas a salud y seguridad en el trabajo. Algunas empresas constructoras eligen este camino. La inserción de un problema de salud y seguridad en un capítulo separado puede resaltar la importancia de la prevención, pero conlleva el riesgo de ser ignorado como “la rueda de repuesto”, y sirve más de prueba de un intento que de orden para adoptar las medidas adecuadas.
- Todos los aspectos de seguridad y salud en el trabajo se incorporan directamente en el sistema de gestión de calidad. Esta es la realización más sistemática de la idea básica de la integración. La estructura integrada y flexible de los modelos de presentación de las normas alemanas DIN EN ISO 9001-9003 permite tal inclusión.
- La Asociación Sectorial de la Construcción Subterránea (Berufsgenossenschaft) favorece una integración modular. Este concepto se explica más adelante.
lunes, 2 de diciembre de 2013
GESTION DE CALIDAD Y PREVENCION INTEGRADAS - III
Evaluación de los resultados
La evaluación de los resultados del sistema de gestión de seguridad
en el trabajo que se ha instituido es el segundo paso
en la integración de las medidas preventivas y de la gestión de
calidad.
Las fechas, clases, frecuencia y costes de los accidentes deben
recopilarse, analizar y compartirse con las personas de la
empresa a quienes compitan estas responsabilidades. Tal análisis
facilita a la empresa la fijación de prioridades al formular o
modificar el proceso y las instrucciones de trabajo. También
indica hasta qué punto la experiencia de salud y seguridad en
el trabajo afecta a todas las divisiones y a todos los procesos de
la empresa de construcción. Por esta razón, la definición de la
interfase entre los procesos empresariales y los aspectos preventivos
adquiere gran importancia.
En la fase de elaboración de la oferta pueden calcularse con
precisión los recursos de tiempo y económicos necesarios para
unas medidas de prevención exhaustivas, como por ejemplo las
de limpieza de escombros.
Cuando se realiza la compra de los materiales de construcción,
debe prestarse atención a la posibilidad de sustitución de
materiales potencialmente peligrosos.
Desde el comienzo de un
proyecto deben asignarse las responsabilidades sobre la salud y
seguridad laboral para aspectos específicos y para cada fase del
proyecto de construcción. La necesidad y la disponibilidad de
formación especial en salud y seguridad en el trabajo, así como
los riesgos relativos de lesión y enfermedad deben ser factores
determinantes de la adopción de unos procesos de construcción
determinados. Estas condiciones deben ponerse de manifiesto
con prontitud, de modo que se pueda hacer una selección de
trabajadores idóneos y que se puedan organizar los cursos
de formación de un modo oportuno.
Las responsabilidades y la autoridad del personal asignado a
la seguridad y la manera en que éstas encajen en el trabajo
diario deben documentarse por escrito y adjuntarse a la las
descripciones de tareas en la obra. El personal encargado de la seguridad en el trabajo de una empresa de construcción debe
figurar en su organigrama, que junto con una matriz clara de
responsabilidades y los esquemas del proceso debe estar incluido
en el manual de gestión de calidad.
domingo, 1 de diciembre de 2013
GESTION DE CALIDAD Y PREVENCION INTEGRADAS - II
Mejora de la competitividad
Crece la exigencia de que cuando los contratistas presenten sus
ofertas para un trabajo, éstas vengan acompañadas de la documentación
que acredite la existencia de un sistema de gestión de
la seguridad en el trabajo, y su efectividad se ha convertido en
uno de los criterios para la adjudicación de un contrato.
La presión de la competencia internacional podría ser mayor
en el futuro. Parece prudente, por tanto, integrar de entrada
medidas preventivas dentro del sistema de gestión de calidad,
mejor que esperar y hacerlo más adelante, obligados por la
creciente presión competitiva, cuando la presión del tiempo y los
costes de personal y financiación serán mayores. Además, una
ventaja no insignificante de un sistema de gestión de calidad y
de prevención integrados es que la existencia de tal programa
bien documentado probablemente reducirá los costes de cobertura,
no sólo para las indemnizaciones a los trabajadores, sino de
la responsabilidad civil del constructor.
Dirección de la empresa
La dirección de la empresa debe comprometerse con la integración
de la salud y la seguridad en el trabajo dentro del sistema de
dirección. Deberán definirse los objetivos especificando el contenido
y el marco temporal de este esfuerzo, e incluirlos en la declaración
básica de la política de la empresa. Se dispondrán los
recursos necesarios y se asignará el personal adecuado para el
cumplimiento de los objetivos establecidos. Generalmente, en las
empresas de construcción de medianas y grandes se requiere
personal especializado en seguridad. En empresas de menor
tamaño, el patrón deberá asumir la responsabilidad de los
aspectos preventivos del sistema de gestión de calidad.
El círculo se cierra mediante una revisión periódica de la
gestión de la empresa. Deben analizarse y evaluarse las experiencias
colectivas de la utilización del sistema integrado de
gestión de calidad/prevención, y la dirección de la empresa
deberá formular planes para su revisión y crítica posterior.
sábado, 30 de noviembre de 2013
GESTION DE CALIDAD Y PREVENCION INTEGRADAS - I
Mejora de la salud y seguridad en el trabajo
Las empresas de construcción adoptan cada vez más los sistemas
de gestión de calidad estipulados por la Organización Internacional
de Normalización (ISO), como las series ISO 9000 y las
normas subsiguientes basadas en ellas.
Aunque en este conjunto
de normas no se especifican recomendaciones referentes a la
salud y seguridad en el trabajo, existen razones convincentes para
la inclusión de medidas preventivas, al poner en práctica un
sistema de gestión como el requerido por la ISO 9000.
Las normas de salud y seguridad en el trabajo se redactan, se
ponen en práctica y se adaptan continuamente al progreso
tecnológico, así como a las nuevas técnicas de seguridad y a los
avances de la medicina del trabajo. Sin embargo, con demasiada
frecuencia, se soslayan, bien deliberadamente, bien por ignorancia.
Cuando esto sucede, los modelos de gestión de seguridad,
tales como las series ISO 9000, ayudan a integrar en la
gestión la estructura y el contenido de las medidas de prevención.
Las ventajas de este enfoque integral son obvias.
La gestión integrada significa que la normativa de salud y
seguridad ya no se considerará de un modo aislado, sino que
adquieren importancia en los capítulos correspondientes del
manual de gestión de la calidad, así como en las instrucciones
del proceso y del trabajo, creando de este modo un sistema totalmente
integrado. Este enfoque integral puede aumentar las posibilidades
de que las medidas de prevención de accidentes
reciban una mayor atención en la práctica diaria y, por tanto,
reducir el número de accidentes y lesiones en el centro de
trabajo. La difusión de un manual que integre los procedimientos
de salud y seguridad en el trabajo en los procesos que
describe es crucial a estos efectos.
Los nuevos métodos de gestión están encaminados a acercar
al personal al centro de los procesos.
Los trabajadores que colaboran
en ellos se implican de un modo más activo. La información,
la comunicación y la cooperación se promueven
traspasando las barreras jerárquicas. La reducción de las bajas
por enfermedad o por accidentes en el centro de trabajo favorece
la puesta en práctica de los principios de gestión de la
calidad en la construcción.
Con el desarrollo de nuevos métodos y equipos de construcción,
las exigencias de seguridad aumentan de modo continuo.
La creciente preocupación por la protección del medio ambiente
hace que el problema sea aún más complejo. Es difícil hacer
frente a las exigencias de la prevención moderna sin unas
normas adecuadas y una articulación centralizada del proceso y
de las instrucciones de trabajo. De ahí que en el sistema de
gestión de calidad figure por escrito una clara definición de las
responsabilidades y una coordinación efectiva del plan de
prevención.
viernes, 29 de noviembre de 2013
Resumen
El sector de la construcción se enfrenta a unas condiciones muy
distintas de las de una industria fija. Estas condiciones deben
tenerse en cuenta al considerar las estrategias de control y pueden
ayudar a explicar la razón de que las cosas se hagan de un modo
diferente en este sector. Las soluciones desarrolladas con los datos
suministrados tanto por los trabajadores como por la dirección que conocen las condiciones y la manera de tratarlas con efectividad,
ofrecen la mejor oportunidad para mejorar la salud y
seguridad.
jueves, 28 de noviembre de 2013
Carácter dinámico de la construcción
Los centros de trabajo de la construcción son, en muchos
aspectos, totalmente distintos de los de las industrias fijas. No sólo
son diferentes, sino que cambian constantemente. Al contrario
que una fábrica que funciona en un sitio determinado día tras
día, con la misma maquinaria, los mismos trabajadores,
los mismos procesos y, generalmente, las mismas condiciones,
los proyectos de construcción se desarrollan y cambian de un día
para otro. Se levantan paredes, llegan nuevos trabajadores de
distintos oficios, las empresas cambian cuando se terminan los
trabajos asignados, y casi todos los proyectos se ven afectados,
en algún grado, por los cambios climáticos.
Cuando se termina un proyecto, los trabajadores y las
empresas se marchan a otras obras para empezar de nuevo. Esto
nos indica el carácter dinámico del sector. Algunos patronos
trabajan en varias ciudades, provincias, regiones o incluso países
diferentes. Del mismo modo, muchos trabajadores especializados
se trasladan con el trabajo. Estos factores influyen en
muchos aspectos de la salud y seguridad, incluyendo las indemnizaciones
a los trabajadores, las normas de salud y seguridad,
la cuantificación del rendimiento y la formación.
Relaciones intersindicales
La estructura sindical es reflejo de las especializaciones de los
contratistas dentro del sector. En un proyecto típico de construcción,
en un momento dado, cinco o más oficios pueden coincidir
en la obra. Ello implica muchos problemas análogos a los creados
por la existencia de varios patronos. No sólo hay que atender a
intereses encontrados, sino que los canales de autoridad y comunicación
se complican y, a veces, se rarifican en comparación con
un centro de trabajo con una sola empresa y un solo sindicato.
Ello influye en muchos aspectos de la salud y la seguridad. Por
ejemplo, ¿Qué trabajador o sindicato representará a todos los
trabajadores del proyecto si la norma exige el nombramiento de
un representante de salud y seguridad? ¿Quién ha de recibir
formación, quién la impartirá y sobre qué materia?
En el caso de rehabilitación y reincorporación de los trabajadores
lesionados, las opciones son mucho más limitadas para los
trabajadores cualificados de la construcción que para sus homólogos
de las industrias fijas. Por ejemplo, un obrero lesionado en
una fábrica puede incorporarse a cualquier otro trabajo, sin
necesidad de traspasar importantes barreras jurisdiccionales
entre dos sindicatos, porque lo habitual es que en la fábrica haya
un solo sindicato. En la construcción, cada sindicato tiene una
jurisdicción claramente definida sobre el tipo de trabajo que sus
miembros pueden efectuar. Esto limita en gran manera las
opciones de los trabajadores lesionados que no están capacitados
para los cometidos que realizaban antes de sus lesiones, pero
que, a pesar de ello, podrían realizar otros trabajos en el mismo
centro de trabajo.
De vez en cuando se suscitan disputas jurisdiccionales acerca
de qué sindicato debe realizar ciertos tipos de tareas que tienen
connotaciones de salud y seguridad. Entre éstas cabe incluir el
montaje de andamios, el manejo de grúas con pluma sobre
camión, la retirada de amianto y el estibado. Es preciso que las
normas en estos sectores tengan en cuenta las incumbencias
jurisdiccionales, en especial en lo relativo a autorizaciones y
formación.
miércoles, 27 de noviembre de 2013
Relaciones empresa-trabajador
Las distintas empresas en un proyecto determinado pueden tener
con sus empleados unas relaciones algo distintas de la que es
común en los centros de trabajo industriales fijos. Por ejemplo, los trabajadores sindicados en una fábrica tienden a pertenecer a un
sólo sindicato.
Si la empresa necesita más operarios, les entrevista
y contrata, los nuevos empleados se hacen miembros de este
sindicato. Si hay antiguos trabajadores sindicados en paro,
vuelven a ser readmitidos de acuerdo con su antigüedad.
En la parte sindicada del sector de la construcción se aplica
un sistema totalmente diferente. Las empresas constituyen
asociaciones colectivas que luego negocian convenios con los
sindicatos de edificación y obras civiles. La mayoría de los
empleados no asalariados del sector contratados directamente
trabajan a través del sindicato. Si, por ejemplo, un contratista
necesita cinco carpinteros más en un proyecto, el contratista se
dirige al sindicato local de carpinteros y solicita que cinco
carpinteros se presenten a trabajar en el proyecto en un día
determinado.
El sindicato notifica a los cinco miembros que
encabezan la lista de empleo, que deben presentarse a trabajar
en el proyecto con una empresa determinada. Según lo previsto
en el convenio colectivo entre la patronal y el sindicato,
el contratista puede dar los nombres de los que quiere contratar
o puede seleccionar a algunos de la lista. Si no hay miembros
afiliados disponibles para cumplimentar la solicitud, el patrono
puede contratar trabajadores temporeros que se afiliarán al
sindicato, o éste puede buscar trabajadores expertos de otros
locales sindicales para poder responder a la petición.
En caso de que no haya sindicatos, las empresas utilizan
distintos procedimientos para reforzar su plantilla. Entre ellos,
los más comúnmente utilizados consisten en ofertas de empleo
previas, oficinas de trabajo locales, transmisión oral y por medio
de anuncios en la prensa local.
No es raro que los trabajadores sean contratados por
varias empresas diferentes en el curso de un año. La duración
del empleo varía con la naturaleza del proyecto y el volumen del
trabajo a desarrollar. Esto representa una carga administrativa
importante para los contratistas de la construcción, en comparación
con sus homólogos en la industria fija (conservación de
archivos para liquidaciones del impuesto de la renta, indemnizaciones
laborales, seguro de desempleo, cuotas sindicales,
pensiones, permisos y otros aspectos legales o contractuales).
Esta situación presenta unos retos singulares frente al típico
centro de trabajo de una industria fija.
La formación y las
cualificaciones no sólo han de ser normalizadas, sino también
transferibles de una obra a otra, de un sector a otro. Estas
importantes cuestiones afectan a la industria de la construcción
de un modo más profundo que a las industrias fijas. Las
empresas de la construcción esperan que los trabajadores se
incorporen al proyecto con ciertas capacitaciones y habilidades.
En la mayoría de los oficios, esto se logra mediante un exhaustivo
programa de aprendizaje. Si un contratista solicita cinco
carpinteros, espera que el día que los necesita se encontrará en
la obra con cinco especialistas cualificados. Si las normas de
salud y seguridad requieren una formación especial, la empresa
necesita poder acceder a una bolsa de trabajadores con esta
preparación, ya que no es fácil impartirla en el momento en
que el trabajo ha de comenzar.
Un ejemplo de ello es el
Programa de Trabajador Certificado que se requiere en los
mayores proyectos de construcción en Ontario, Canadá, que
implica la existencia de comités conjuntos de salud y seguridad.
Puesto que esta formación generalmente no forma parte del
programa de aprendizaje, tuvieron que desarrollarse programas
de formación alternativos para crear un fondo de trabajadores
preparados.
A medida que se dé mayor importancia a la formación especializada
o, al menos, a la confirmación del nivel de cualificación,
los programas de formación realizados conjuntamente con
los sindicatos de la construcción probablemente crecerán en
alcance, número y variedad.
martes, 26 de noviembre de 2013
FACTORES DE ORGANIZACION QUE AFECTAN A LA SALUD Y LA SEGURIDAD - III
Relaciones contratista-contratista
Mucha gente que no está familiarizada con la naturaleza de los
acuerdos contractuales corrientes en la construcción supone que
un contratista ejecuta la totalidad o, al menos, la mayor parte de
la construcción de la mayoría de edificios. Por ejemplo, si se trata
de la construcción de un nuevo edificio de oficinas, un complejo
polideportivo u otro proyecto de gran impacto, el contratista
general suele poner carteles y, a menudo, emblemas de la
compañía, para indicar su presencia y crear la impresión de que
es “su” proyecto. Años atrás, esta impresión podía haber sido
exacta hasta cierto punto, ya que algunos contratistas generales
realmente realizaban partes sustanciales del proyecto con
personal propio. Sin embargo, desde mediados del decenio
de 1970, muchos contratistas generales, por no decir la mayoría,
han asumido más el papel de dirección del proyecto en los
grandes proyectos y han contratado la casi totalidad del trabajo a
una red de subcontratistas, cada uno de los cuales es especialista
en una faceta particular del proyecto. (Véase la Tabla 93.5.)
De resultas de ello, el contratista general puede tener realmente
en la obra menos personal que algunos de los subcontratistas.
Incluso se da el caso de que el contratista principal no
tenga ningún personal implicado directamente en las actividades
constructivas, sino que se limita a dirigir el trabajo de los
subcontratistas. En la mayor parte de los proyectos importantes
del sector industrial, comercial e institucional (ICI), existen diferentes
niveles de subcontratistas. Típicamente, los subcontratistas
del nivel primario tienen contratos con el contratista
general. Sin embargo, estos subcontratistas, a su vez, subcontratan
parte de sus trabajos a otros subcontratistas de menor
dimensión o mayor especialización.
La influencia que este tejido de contratistas puede ejercer en
la salud y la seguridad es obvia si se compara con un lugar
concreto como una fábrica. En un centro de trabajo típico de
una industria concentrada, sólo hay una entidad dirigente, la
empresa. Esta tiene la responsabilidad única sobre el centro, las líneas de mando y comunicación son sencillas y directas, y se
aplica una misma filosofía corporativa. En un proyecto de construcción
puede haber diez o más entidades empresariales
(el contratista general y los subcontratistas habituales), y las
comunicaciones y la autoridad se transmiten por cauces más
complejos, indirectos y a menudo confusos.
La atención prestada a la salud y seguridad por la persona o
empresa a cargo del proyecto, puede influir en el comportamiento
de los demás respecto a estos temas. Lo contrario
también es cierto.
Además, la salud y seguridad de la obra en su conjunto, puede
resultar afectada adversamente por la actuación de un subcontratista
(p. ej., si un/a subcontratista es descuidado/a, y deja
todo en desorden tras de sí al paso de su personal por la obra, su
actuación causará problemas al resto de subcontratistas en la
misma).
Generalmente, en estos centros de trabajo con multitud de
empresas, es más difícil la introducción y gestión de esfuerzos
normativos referentes a salud y seguridad.
Puede resultar difícil
determinar la empresa responsable de ciertos riesgos o de tomar
ciertas soluciones, y cualquier control administrativo que puede
parecer eminentemente factible en un centro de trabajo con un
sólo patrono, necesitará una modificación considerable para
funcionar bien en este tipo de proyectos. Por ejemplo, la información
relativa a materiales peligrosos utilizados en un proyecto
debe impartirse a los que trabajan con ellos o en su proximidad,
y los trabajadores deben recibir la instrucción adecuada. En un
centro de trabajo fijo, con un sólo patrón, todo el material y la
información que le acompaña se obtiene, controla y comunica
mucho más fácilmente, mientras que en un proyecto de construcción,
cualquiera de los subcontratistas puede introducir
materiales peligrosos sin que el contratista general tenga la
menor noticia. Adicionalmente, los trabajadores empleados por
un subcontratista y que utilizan cierto material pueden haber
sido instruidos al respecto, mientras que los equipos que
trabajan para otro subcontratista en la misma zona pero
haciendo un trabajo totalmente diferente pueden tener una
ignorancia total del material y, sin embargo, estar expuestos al
mismo riesgo que los que lo emplean directamente.
Otro factor que surge en lo que concierne a las relaciones
contratista-contratista atañe al proceso de licitación. Un subcontratista
que presenta una oferta demasiado baja puede ejercer
recortes que afectarán a la salud y seguridad. En estos casos, el
contratista general debe asegurarse de que los subcontratistas
prestan su conformidad a las normas, especificaciones y leyes en
lo tocante a salud y seguridad. No es raro, en proyectos en los
que todos los implicados han presentado ofertas muy bajas,
observar la aparición de continuos problemas de salud y seguridad
aparejados con un traspaso excesivo de las responsabilidades,
hasta que las autoridades legales tienen que intervenir
para imponer una solución.
Un problema adicional está relacionado con la programación
de la obra y el impacto que la misma puede tener en la salud y
seguridad. Al haber varios subcontratistas en la obra a la vez, el
conflicto de intereses puede crear problemas.
Cada contratista
quiere terminar su trabajo lo antes posible. Si dos o más contratistas
quieren ocupar el mismo sitio, o si uno tiene que trabajar
por encima del otro, pueden surgir problemas. Este problema es
más característico de la construcción que de una industria fija,
en la que los principales conflictos de intereses suelen darse
entre producción y mantenimiento.
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