Apuntalamiento de ambos lados. No resulta seguro confiar en el
desmonte o “achaflanado” de los lados de la excavación hasta un
ángulo seguro. Si se trata de un terreno formado por arena o
limos, el ángulo que ofrece seguridad puede llegar a ser de 5 a
10° sobre la horizontal, y, generalmente, no hay tanto espacio en
la obra para una excavación tan ancha. El método más común de
dotar de seguridad al trabajo de excavaciones es sostener ambos
lados de la zanja mediante una entibación. Con el sostenimiento de
ambos lados, las cargas que transmite el terreno por un lado son
contrarrestadas por cargas similares que actúan a través de
codales contra los costados opuestos. Es preciso usar madera
de buena calidad para fabricar elementos verticales para el
sistema de contención, conocidas como tableros de avance. Los
tableros de avance se hincan en el terreno en cuanto empieza la
excavación; los tableros se colocan borde contra borde, de modo
que constituyen una pared de madera. La misma operación se
efectúa a ambos lados de la excavación. A medida que ésta
se hace más profunda, los tableros de avance se siguen hincando
en el terreno antes de seguir bajando. Cuando la excavación llega
a 1 metro de profundidad, se introduce una fila de elementos
horizontales (denominados carreras o largueros) que se colocan
contra los tableros de avance y se mantienen en posición por
codales de madera o metálicos, acuñados contra los largueros
opuestos con un espaciamiento regular. A medida que la excavación
continúa, los tableros son hincados más profundamente en el
terreno, juntamente con los largueros y codales; si la excavación
es más profunda de 1,2 m será necesario crear una nueva fila de
largueros y codales. Lógicamente, una excavación de 6 m de
profundidad requerirá cuatro filas de codales.
Los métodos normales de apuntalamiento con madera no se
pueden aplicar si la profundidad es superior a 6 m , o si aparece
agua en el terreno. En estas situaciones se requieren otros tipos
de apuntalamiento de los laterales de las excavaciones, tales
como planchas de acero verticales, separadas firmemente por
largueros de madera horizontales y codales metálicos ajustables,
o bien una protección total con tablestacas de acero. Ambos
métodos ofrecen la ventaja de que las planchas de acero o las
tablestacas se pueden hincar mecánicamente antes del comienzo
de la excavación propiamente dicha. Además, tanto las planchas
como las tablestacas pueden ser retiradas al final del trabajo y
usadas de nuevo. Los sistemas de apuntalamiento para excavaciones
de una profundidad superior a 6 m o en terrenos con
aguas infiltradas deberán ser proyectados ex profeso; en estos
casos las soluciones normales no sirven.
Apuntalamiento de un solo costado. Una excavación que tenga
forma rectangular y unas dimensiones demasiado grandes para
que se puedan aplicar los métodos descritos anteriormente,
puede tener uno o más de sus lados sostenidos por una fila de
tableros de avance o planchas de acero. Estos, a su vez, son
soportados, en primer lugar, por una o más filas de largueros
horizontales que luego se mantienen en su sitio por puntales
inclinados firmemente anclados o sujetos a puntos de apoyo.
Otros sistemas. Es posible utilizar cajones prefabricados de
acero de ancho regulable que se pueden hacer descender dentro
de las excavaciones y dentro de los cuales se puede trabajar
con seguridad. También es posible el uso de sistemas de marcos
patentados, en los que un marco horizontal se hace
descender en la excavación entre los tableros de avance o las
planchas de acero; el marco se despliega a la fuerza y aplica
la presión para mantener los tableros de avance derechos por la
acción de gatos hidráulicos, presión que se puede transmitir
mediante una bomba manejada desde un sitio seguro fuera de la
excavación.
Formación y supervisión. Cualquiera que sea el método de sostenimiento
que se adopte, el trabajo deberá ser ejecutado por
obreros cualificados bajo la supervisión de una persona con
experiencia. La excavación y sus elementos de sustentación
deberán inspeccionarse cada día y después de cada ocasión en
que hayan sido dañados o desplazados (p. ej., después de una
fuerte lluvia). Lo único que cabe presumir respecto a la seguridad
y el trabajo en las excavaciones es que todo tipo de terreno
es susceptible de fallar y, por tanto, no se deberá ejecutar ningún
trabajo con operarios dentro de una excavación de más de 1 m
de profundidad sin apuntalar. Véase también el apartado
“Zanjas” en este Capítulo.
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