Los proyectos de construcción de viviendas pueden consistir en
una sola casa o en grandes grupos de viviendas unifamiliares o
apartamentos. El cliente puede ser el dueño/a de cada casa,
quien normalmente será el responsable del mantenimiento de la
misma. El contratista, habitualmente, seguirá responsabilizándose
de la reparación de los defectos de construcción durante un
período de algunos meses después de la terminación del edificio.
Sin embargo, si el proyecto es de un número elevado de casas, el
cliente puede ser un organismo público, local o gubernamental,
que tiene la responsabilidad de proporcionar alojamientos.
Existen también grandes organismos privados, tales como asociaciones
inmobiliarias, por encargo de las cuales es posible la construcción
de grupos de casas. Los organismos públicos o privados
responsables de facilitar vivienda, generalmente alquilan las casas
terminadas a los que las ocuparán, conservando también para sí
un mayor o menor grado de responsabilidad en el mantenimiento.
Los proyectos de edificación relativos a bloques de apartamentos,
generalmente tienen un sólo cliente para la totalidad
del bloque, el cual, a continuación, alquila los apartamentos individuales
de acuerdo con un contrato de arrendamiento. En este
caso, el cliente tiene la responsabilidad de encargarse del mantenimiento,
pero traspasa su coste a los inquilinos. En algunos
países, la propiedad de cada apartamento individual del bloque
puede corresponder a los ocupantes de cada uno de los apartamentos.
Existen ciertos acuerdos, a veces por medio de un contratista
administrador del conjunto, según los cuales se lleva a cabo
el mantenimiento, recaudándose los costes necesarios entre los
ocupantes.
A menudo se construyen casas con fines especulativos por
parte de un promotor. Los clientes u ocupantes específicos de
tales casas pueden ser desconocidos al iniciarse el proceso, pero
aparecen en escena después de que la construcción ha comenzado
y adquieren o alquilan la propiedad como cualquier otra
mercancía. Las casas suelen estar equipadas con instalaciones
de electricidad, fontanería y alcantarillado y de calefacción;
también pueden contar con una acometida de gas. A veces, con
la intención de reducir costes, las casas se entregan sólo parcialmente
acabadas, dejando en manos del comprador la instalación
de los accesorios y la pintura y decoración del edificio.
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