Las presas pueden estar formadas por ingentes volúmenes de
tierra o de roca para crear una masa que resista la presión del
agua contenida por ellas; algunas presas están también revestidas
de piedra y otras de hormigón armado. En función de la longitud
de la presa, su construcción suele requerir un movimiento de
tierras de grandes proporciones. Las presas acostumbran a construirse
en emplazamientos remotos impuestos por la necesidad de
asegurar que el agua afluirá a un lugar en el que sea técnicamente
posible restringir el caudal del río. Por ello, antes de
comenzar la construcción de la presa habrá que abrir caminos
provisionales para llevar la maquinaria, los materiales y el
personal al emplazamiento. Los trabajadores en los proyectos de
presas pueden hallarse tan lejos de sus hogares que es necesario
facilitarles alojamiento a gran escala junto a las instalaciones de
construcción usuales. Es necesario desviar el río del emplazamiento
de los trabajos, para lo cual se tiene que construir una
ataguía y un cauce provisional.
Una presa construida simplemente de tierra o roca desplazadas
requiere una maquinaria importante de excavación, perforación
y escariado, además de camiones. Si el muro de la presa
se recubre de mampostería o de hormigón, será necesario
emplear grúas elevadas y de largo alcance capaces de colocar los
mampuestos, los encofrados y el hormigón en el sitio requerido.
Será necesario un suministro continuo de hormigón de buena
calidad, lo cual exigirá instalar una planta de fabricación de
hormigón junto al lugar de los trabajos, cuyo hormigón se colocará
por medio de una grúa o se bombeará hasta el lugar de
colocación.
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