Relaciones contratista-contratista
Mucha gente que no está familiarizada con la naturaleza de los
acuerdos contractuales corrientes en la construcción supone que
un contratista ejecuta la totalidad o, al menos, la mayor parte de
la construcción de la mayoría de edificios. Por ejemplo, si se trata
de la construcción de un nuevo edificio de oficinas, un complejo
polideportivo u otro proyecto de gran impacto, el contratista
general suele poner carteles y, a menudo, emblemas de la
compañía, para indicar su presencia y crear la impresión de que
es “su” proyecto. Años atrás, esta impresión podía haber sido
exacta hasta cierto punto, ya que algunos contratistas generales
realmente realizaban partes sustanciales del proyecto con
personal propio. Sin embargo, desde mediados del decenio
de 1970, muchos contratistas generales, por no decir la mayoría,
han asumido más el papel de dirección del proyecto en los
grandes proyectos y han contratado la casi totalidad del trabajo a
una red de subcontratistas, cada uno de los cuales es especialista
en una faceta particular del proyecto. (Véase la Tabla 93.5.)
De resultas de ello, el contratista general puede tener realmente
en la obra menos personal que algunos de los subcontratistas.
Incluso se da el caso de que el contratista principal no
tenga ningún personal implicado directamente en las actividades
constructivas, sino que se limita a dirigir el trabajo de los
subcontratistas. En la mayor parte de los proyectos importantes
del sector industrial, comercial e institucional (ICI), existen diferentes
niveles de subcontratistas. Típicamente, los subcontratistas
del nivel primario tienen contratos con el contratista
general. Sin embargo, estos subcontratistas, a su vez, subcontratan
parte de sus trabajos a otros subcontratistas de menor
dimensión o mayor especialización.
La influencia que este tejido de contratistas puede ejercer en
la salud y la seguridad es obvia si se compara con un lugar
concreto como una fábrica. En un centro de trabajo típico de
una industria concentrada, sólo hay una entidad dirigente, la
empresa. Esta tiene la responsabilidad única sobre el centro, las líneas de mando y comunicación son sencillas y directas, y se
aplica una misma filosofía corporativa. En un proyecto de construcción
puede haber diez o más entidades empresariales
(el contratista general y los subcontratistas habituales), y las
comunicaciones y la autoridad se transmiten por cauces más
complejos, indirectos y a menudo confusos.
La atención prestada a la salud y seguridad por la persona o
empresa a cargo del proyecto, puede influir en el comportamiento
de los demás respecto a estos temas. Lo contrario
también es cierto.
Además, la salud y seguridad de la obra en su conjunto, puede
resultar afectada adversamente por la actuación de un subcontratista
(p. ej., si un/a subcontratista es descuidado/a, y deja
todo en desorden tras de sí al paso de su personal por la obra, su
actuación causará problemas al resto de subcontratistas en la
misma).
Generalmente, en estos centros de trabajo con multitud de
empresas, es más difícil la introducción y gestión de esfuerzos
normativos referentes a salud y seguridad.
Puede resultar difícil
determinar la empresa responsable de ciertos riesgos o de tomar
ciertas soluciones, y cualquier control administrativo que puede
parecer eminentemente factible en un centro de trabajo con un
sólo patrono, necesitará una modificación considerable para
funcionar bien en este tipo de proyectos. Por ejemplo, la información
relativa a materiales peligrosos utilizados en un proyecto
debe impartirse a los que trabajan con ellos o en su proximidad,
y los trabajadores deben recibir la instrucción adecuada. En un
centro de trabajo fijo, con un sólo patrón, todo el material y la
información que le acompaña se obtiene, controla y comunica
mucho más fácilmente, mientras que en un proyecto de construcción,
cualquiera de los subcontratistas puede introducir
materiales peligrosos sin que el contratista general tenga la
menor noticia. Adicionalmente, los trabajadores empleados por
un subcontratista y que utilizan cierto material pueden haber
sido instruidos al respecto, mientras que los equipos que
trabajan para otro subcontratista en la misma zona pero
haciendo un trabajo totalmente diferente pueden tener una
ignorancia total del material y, sin embargo, estar expuestos al
mismo riesgo que los que lo emplean directamente.
Otro factor que surge en lo que concierne a las relaciones
contratista-contratista atañe al proceso de licitación. Un subcontratista
que presenta una oferta demasiado baja puede ejercer
recortes que afectarán a la salud y seguridad. En estos casos, el
contratista general debe asegurarse de que los subcontratistas
prestan su conformidad a las normas, especificaciones y leyes en
lo tocante a salud y seguridad. No es raro, en proyectos en los
que todos los implicados han presentado ofertas muy bajas,
observar la aparición de continuos problemas de salud y seguridad
aparejados con un traspaso excesivo de las responsabilidades,
hasta que las autoridades legales tienen que intervenir
para imponer una solución.
Un problema adicional está relacionado con la programación
de la obra y el impacto que la misma puede tener en la salud y
seguridad. Al haber varios subcontratistas en la obra a la vez, el
conflicto de intereses puede crear problemas.
Cada contratista
quiere terminar su trabajo lo antes posible. Si dos o más contratistas
quieren ocupar el mismo sitio, o si uno tiene que trabajar
por encima del otro, pueden surgir problemas. Este problema es
más característico de la construcción que de una industria fija,
en la que los principales conflictos de intereses suelen darse
entre producción y mantenimiento.
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