Trastornos musculosqueléticos y su prevención
Los trastornos musculosqueléticos pueden tener múltiples
orígenes. El estilo de vida, la propensión hereditaria y el envejecimiento,
junto con esfuerzos físicos inadecuados y lesiones de poca
gravedad, son los factores de riesgo comúnmente aceptados como
causa de estos trastornos. Los tipos de problemas musculosqueléticos
se manifiestan de diferentes maneras en las diversas profesiones
de la construcción.
No existe ninguna prueba fiable para predecir el riesgo de un
individuo para contraer un trastorno de este tipo. La prevención
médica de los trastornos musculosqueléticos se basa en la
orientación sobre el estilo de vida y cuestiones ergonómicas. Los
reconocimientos previos al empleo y periódicos pueden utilizarse
a este fin. Las pruebas generales de resistencia y las radiografías
rutinarias del sistema esquelético no tienen un
valor específico para la prevención. En su lugar, la detección
temprana de síntomas y un historial detallado de los síntomas
musculosqueléticos pueden utilizarse como base para la
terapia. Un programa que realiza periódicamente sondeos de
síntomas para identificar los factores laborales que se pueden
cambiar ha demostrado su eficacia. A menudo, los trabajadores
que han estado expuestos a fuertes cargas o esfuerzo físico creen
que el trabajo les mantiene en forma. Varios estudios han
demostrado que tal presunción no es cierta. Por tanto, es importante
que en el contexto de los reconocimientos médicos, se
informe a los sujetos del examen sobre las maneras adecuadas
de mantener su aptitud física. El tabaco se ha asociado con la
degeneración del disco lumbar y las lumbalgias. Es por ello que
en los reconocimientos médicos periódicos es preciso incluir
también información y tratamientos antitabaco (Proyecto
de educación sobre la práctica de fumar y los riesgos en el
trabajo, 1993).
Pérdida de audición motivada por el ruido en el trabajo
La prevalencia de la pérdida de audición motivada por el ruido
varía entre las profesiones de la construcción, y depende de los
niveles y duración de la exposición. En 1974, menos del 20 % de
los trabajadores suecos de la construcción de 41 años de edad
tenían una audición normal en ambos oídos. La implantación de
un programa exhaustivo de conservación del oído aumentó la
proporción de trabajadores con audición normal, dentro del
mismo grupo, a casi un 40 % al final del decenio de 1970. Estadísticas
efectuadas en la Columbia Británica, Canadá, han mostrado
que los trabajadores de la construcción generalmente sufren una
pérdida de oído importante después de trabajar más de 15 años
en su oficio (Schneider et al. 1995). Se cree que algunos factores
pueden aumentar la propensión a la pérdida del oído en el trabajo
(neuropatía diabética, hipercolesterolemia y exposición a ciertos
disolventes ototóxicos). Las vibraciones en todo el cuerpo y el
hábito de fumar también pueden tener un efecto aditivo.
Es aconsejable un programa de conservación del oído a gran
escala dentro del sector de la construcción. Este tipo de programa
requiere no sólo la colaboración a nivel de obra, sino también
una legislación que lo apoye. Los programas de conservación del
oído deben estar especificados en los contratos de trabajo.
La pérdida de audición en el trabajo es reversible en los
primeros 3 ó 4 años siguientes a la exposición inicial. Una detección
temprana de la pérdida de audición facilita las posibilidades
de prevención. Se recomiendan pruebas regulares para detectar
los cambios lo antes posible y para motivar a los trabajadores en
su autoprotección. En el transcurso de las pruebas, a los trabajadores
expuestos se les debe instruir en los principios de protección
individual, así como en el mantenimiento y el empleo
adecuado de los medios de protección
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