Las empresas del sector que presentan los índices de lesiones más
bajos tienen varias características en común: una declaración de
principios claramente definida que es seguida por toda la organización,
desde la alta dirección hasta el último escalón en obra. Esta
declaración hace referencia a un código específico de actuación
que describe detalladamente los riesgos y los controles pertinentes
a las ocupaciones y trabajos en la obra. La asignación de responsabilidades
es clara y se establecen los niveles de cumplimiento. Se
investiga el incumplimiento de estos niveles y se imponen las
sanciones pertinentes. Por el contrario, el cumplimiento o mejora
de los mismos son premiados. Se emplea un sistema de contabilidad
que refleja los costes de cada lesión o accidente y las ventajas
económicas de la prevención de lesiones. Los empleados o sus representantes
participan en el establecimiento y la administración de un
programa de prevención de lesiones.
Esta implicación a menudo
cristaliza en la formación de un comité conjunto de trabajadores y
mandos. Se realizan reconocimientos médicos para determinar la aptitud de
los trabajadores para las tareas y obligaciones que tienen asignadas. Estos
reconocimientos se realizan cuando el trabajador se incorpora al
trabajo por primera vez y cuando se reincorpora después de una
ausencia por lesión, enfermedad u otra causa.
Se identifican, analizan y controlan los riesgos con arreglo a las
distintas categorías, que se tratarán en otros apartados de este
capítulo. Se realizan inspecciones de toda la obra de modo
regular y se registran los resultados. Se revisa el equipo para
cerciorarse de su manejo seguro (frenos de los vehículos,
alarmas, protecciones, etc.).
Los riesgos de lesiones incluyen los
asociados con los tipos más comunes de lesiones causantes de
pérdidas de jornadas de trabajo: caídas de altura o a nivel, el
levantamiento u otras formas de manipulación manual de materiales,
riesgo de electrocución, riesgos de lesiones con intervención
de vehículos de carretera o todo terreno, hundimientos de
zanjas y otros. Entre los riesgos para la salud se incluirán las
partículas portadas por el aire (sílice, amianto, fibras de vidrio
sintéticas, partículas de gasóleo), gases y vapores (monóxido de
carbono, vapores de disolventes, escapes de los motores), riesgos
físicos (ruido, calor, presión hiperbárica) y otros, como la fatiga.
Se establecen preparativos para situaciones de emergencia y se efectúan los
ensayos de emergencia precisos.
Estos preparativos incluirán la asignación de responsabilidades,
la prestación de primeros auxilios y atención médica
inmediata en la obra, las comunicaciones dentro de la obra y fuera de ella (ambulancias, familiares, oficinas centrales y sindicatos),
transporte, designación de centros de atención sanitaria,
acordonamiento y saneamiento de la zona en que se haya
producido la emergencia, identificación de testigos y datos documentales
de los sucesos. Si fuera necesario, dentro de estos
preparativos de emergencia, deben incluirse los medios de
evacuación en caso de riesgos incontrolados, como incendios o
inundaciones.
Se investigan y registran los accidentes y lesiones. El objeto de los
informes es la identificación de las causas que podían haber sido
controladas, de modo que en el futuro puedan evitarse sucesos
análogos. Los informes se archivarán según un método normalizado
para facilitar su análisis y prevención. Para facilitar la
comparación de los índices de lesiones entre diversas situaciones,
es útil identificar la población laboral dentro de la cual se
produce una lesión, y las horas de trabajo de ese grupo, para
calcular un índice de lesiones (p. ej., el número de lesiones por
hora trabajada o el número de horas trabajadas entre lesiones
sucesivas).
Los trabajadores y supervisores reciben formación e instrucción en materia
de seguridad. Esta instrucción consiste en la enseñanza de los principios
generales de seguridad y salud, está integrada en la formación
ocupacional, es específica para cada obra e incluye los
procedimientos a seguir en casos de accidente o lesiones. La
educación y formación de trabajadores y supervisores es parte
esencial de cualquier intento de evitar lesiones y enfermedades.
En muchos países, la formación relativa a procedimientos y
prácticas de trabajo seguras es impartida por algunas empresas
y organizaciones sindicales. Estos procedimientos incluyen el
corte y desconexión de las fuentes de suministro eléctrico
durante los trabajos de mantenimiento, el uso de cuerdas de
amarre cuando se trabaja en altura, la entibación de zanjas, el
establecimiento de superficies de paso seguras, etc. Es asimismo
importante impartir formación específica para cada obra,
que cubra aspectos particulares de la misma, tales como medios
de acceso y salida.
Deberá también incluirse la formación y
la instrucción acerca de sustancias peligrosas. Para inspirar un
comportamiento seguro siempre resulta mucho más eficaz
la formación práctica, demostrando que se conocen las prácticas
de seguridad, que las enseñanzas en clase y los exámenes
escritos.
En Estados Unidos, una ley federal exige la formación en
torno a ciertas sustancias nocivas.
En Alemania, esta misma
preocupación condujo al desarrollo del programa Gefahostoff,
informationssystem der Berufsgenossenschaften der Bauwirtschaft
o GISBAU, que coopera con los fabricantes para determinar
el contenido de todas las sustancias utilizadas en las obras
de construcción. Asimismo, el programa facilita la información
acomodándola a las diferentes necesidades del personal sanitario,
directivos y trabajadores. La información puede obtenerse
a través de cursos de formación, en publicaciones impresas y en
los terminales de ordenador a pie de obra. GISBAU aconseja
sobre la manera de sustituir ciertas sustancias nocivas e indica el
modo de manejar otras con seguridad. (Véase el Capítulo
Empleo, almacenaje y transporte de sustancias químicas.)
La información sobre riesgos químicos, físicos y de otras clases está
disponible en la obra en los idiomas propios de los trabajadores.
Si se espera que los trabajadores se comporten inteligentemente
en la obra, será preciso que tengan la información necesaria
para tomar decisiones en situaciones específicas.
Y finalmente, los contratos entre contratistas y subcontratistas deben
incluir cláusulas de seguridad. Entre ellas se podría incluir el establecimiento
de una organización de seguridad unificada en obras
en las que trabajen varias empresas, la especificación de requisitos
a cumplir, primas y penalizaciones.
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