La grava es un conglomerado suelto de piedra que ha sido
extraída de un depósito superficial, del fondo de un río o se ha
arrancado de una cantera y se ha machacado al tamaño requerido.
La grava tiene multitud de empleos, entre ellos: balasto para
vías férreas, carreteras, aceras y cubiertas; como material de
relleno en el hormigón (a menudo para cimientos); en urbanización
y jardinería; y como material filtrante.
Los principales riesgos de salud y seguridad para quienes
trabajan con grava son la sílice portada por el aire, los
problemas musculosqueléticos y el ruido. Muchos tipos de roca
usados para la producción de grava desprenden, de modo
natural, dióxido de sílice en forma de cristales libres. El contenido
de sílice de los distintos tipos de roca sin machacar es
variable y no es un indicador fiable del porcentaje de polvo de
sílice contenido en una muestra de polvo.
El granito contiene
aproximadamente un 30 % en peso de sílice. El contenido de
sílice libre en la caliza y el mármol es menor.
La sílice puede ser llevada por el aire durante las operaciones
de cantera, serrado, machaqueo, clasificación y, en menor
cuantía, al extender la grava. La generación de sílice en el aire
puede evitarse, generalmente, mediante regado y rociado con
agua, y, a veces, con sistemas de extracción local (SEL).
Además
de los trabajadores de la construcción, entre los trabajadores
expuestos al polvo de sílice se incluyen los trabajadores de las
canteras, los que construyen vías férreas y los que realizan
trabajos de urbanización. La silicosis es más frecuente entre los
trabajadores de canteras o de plantas de machaqueo que entre
aquellos que trabajan con la grava como producto acabado. Se
ha observado un elevado riesgo de mortalidad por neumoconiosis
y otras enfermedades respiratorias no malignas entre una
población de trabajadores en plantas de machaqueo de áridos
en Estados Unidos.
Los problemas musculosqueléticos se pueden producir a causa
de la carga, descarga o extendido manuales de la grava. Cuanto
mayor sea el tamaño del árido y el de la herramienta que se
utilice, más arduo se hace el manejo del material con las herramientas
de mano. Se puede aminorar el riesgo de roturas y
torceduras, haciendo que las tareas pesadas sean compartidas
por dos o más trabajadores o mediante el uso de máquinas de
tracción animal o mecánica. Las palas o rastrillos de un tamaño
menor acarrean o mueven pesos menores que las de mayor
tamaño y pueden reducir el riesgo de sufrir problemas
musculosqueléticos.
El procesado y manipulación mecánicos de la piedra o la
grava producen ruido. El machaqueo de la piedra mediante el uso de molinos de bolas, genera ruidos y vibraciones considerables
de baja frecuencia. El transporte de grava con tolvas metálicas
inclinadas y su mezcla en tambores son dos operaciones
ruidosas. Se puede amortiguar el ruido empleando materiales
fonoabsorbentes o fonorreflectantes para rodear el molino de
bolas, utilizando tolvas forradas con madera u otro material
fonoabsorbente (y duradero) o mediante el uso de tambores de
mezcla con aislamiento acústico.
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