En los centros de enseñanza elemental y secundaria prestan sus
servicios muchos tipos distintos de trabajadores, como profesores,
auxiliares docentes, administradores, personal de oficina,
personal de mantenimiento, personal de restauración, personal
de enfermería y muchos otros necesarios para el funcionamiento
de una institución docente.
En general, las plantillas de estos
centros se exponen a todos los riesgos potenciales que plantean
las actividades de interior y administrativas, entre los que se
encuentran la contaminación atmosférica de edificios, la iluminación
deficiente, una calefacción o refrigeración inadecuadas, la
utilización de equipos de oficina, los resbalones y caídas, los
problemas ergonómicos debidos a las deficiencias en el diseño del
mobiliario de oficina y el peligro de incendio. Las precauciones
son las habituales en este tipo de entornos, aunque las normativas sobre construcción e incendios suelen imponer requisitos específicos
para los centros docentes debido al gran número de niños
que asisten a los mismos. Otros motivos de preocupación en lo
que respecta a este tipo de instalaciones son el amianto (sobre
todo para los trabajadores de seguridad y mantenimiento),
la pintura al plomo desconchada, los plaguicidas y herbicidas,
el radón y los campos electromagnéticos (CEM) (en especial en
las escuelas construidas cerca de líneas eléctricas de alta tensión).
Los trastornos oculares y respiratorios provocados por el pintado
de las aulas y el alquitranado de los techos con presencia de
personas en el centro representan otro problema común. Estas
actividades deben realizarse cuando el edificio no esté ocupado.
Las tareas académicas básicas que se exigen de todos los
profesores consisten en preparar las lecciones, lo que puede
incluir el desarrollo de estrategias de aprendizaje, la copia de
notas orientativas y la elaboración de recursos visuales auxiliares
como ilustraciones, gráficos y similares; impartir la clase, que
requiere la presentación de información de un modo organizado
que atraiga la atención de los estudiantes y procure su concentración,
y puede exigir la utilización de pizarras, proyectores de
diapositivas, retroproyectores y ordenadores; redactar, asignar y
calificar exámenes; y ofrecer asesoramiento individual a los
alumnos.
La mayor parte de la enseñanza se imparte en las
aulas. Además, los profesores especializados en ciencias, arte,
formación profesional, educación física y otras áreas, desarrollan
buena parte de su actividad docente en instalaciones como laboratorios,
talleres de arte, teatros, gimnasios y similares.
Asimismo, pueden llevar a los alumnos en visitas de estudios a
lugares fuera de la escuela, como museos y zoológicos.
Los profesores desempeñan asimismo tareas especiales, como
la supervisión de los estudiantes en los pasillos y la cafetería, la
asistencia a reuniones con los administradores, los padres y otras
personas, la organización y supervisión de las actividades de
ocio y de otro tipo desarrolladas en horario extraescolar y otras
obligaciones administrativas. Además, asisten a conferencias
y otros actos docentes para mantenerse al día en su campo y
progresar en su carrera profesional.
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