domingo, 25 de mayo de 2014

Control de los riesgos

Antes de proceder a la determinación de los riesgos mediante los procesos habituales de inspección e investigación de incidentes y lesiones, y de iniciar las actividades, debe llevarse a cabo una revisión exhaustiva de los programas e instalaciones propuestos. 
Las características de riesgo profesional y medioambiental de los nuevos proyectos de investigación y programas académicos deben tenerse en cuenta en las primeras etapas del proceso de planificación. Es posible que los investigadores no sean conscientes de los requisitos legislativos o las normas de seguridad aplicables a sus actividades. En muchos proyectos, éstos y los profesionales de la seguridad deben colaborar para desarrollar procedimientos de seguridad a medida que avanza la investigación y surgen nuevos riesgos. Teóricamente, la cultura de la seguridad debe incorporarse a la función académica, por ejemplo, mediante la inclusión de información pertinente sobre salud y seguridad en los planes de estudios y en los manuales de prácticas de laboratorio de los alumnos, y la oferta de información específica y de formación a los trabajadores.
La comunicación, la formación y la supervisión de riesgos son esenciales. En los laboratorios, los estudios de arte y los talleres, el control de la ventilación general debe perfeccionarse mediante la instalación de sistemas de aspiración localizada. En algunos casos, puede ser necesario restringir los factores biológicos de riesgo y proporcionar aislamiento o blindaje contra la acción de los isótopos radioactivos. Los equipos de protección personal, aunque no constituyen un método de prevención primaria en la mayoría de las situaciones, pueden ser la opción elegida con carácter temporal o en condiciones experimentales. Suele requerirse la formulación de programas de gestión de residuos y materiales peligrosos. La adquisición y distribución centralizada de las sustancias químicas peligrosas de uso habitual y los experimentos realizados a microescala en la enseñanza evitan el almacenamiento de grandes cantidades de las mismas en laboratorios, estudios o talleres. La adopción de un plan de respuesta de emergencia y de recuperación en caso de desastre, para organizar la acción en caso de sucesos graves que superen la capacidad de respuesta ordinaria, atenuará los efectos de este tipo de incidentes sobre la salud y la seguridad.

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