martes, 13 de mayo de 2014

CENTROS DE ENSEÑANZA ELEMENTAL Y SECUNDARIA - Programas de enseñanza preescolar - II

Infecciones 
Las enfermedades infecciosas, como las de carácter diarreico, las provocadas por estreptococos y meningococos, la rubeola y las respiratorias y producidas por citomegalovirus son riesgos profesionales fundamentales del personal de las guarderías (véase la Tabla 94.1). En un estudio de estos trabajadores realizado en Bélgica se observó un aumento del riesgo de padecer hepatitis A (Abdo y Chriske 1990). Hasta el 30 % de los 25.000 casos de esta enfermedad declarados anualmente en Estados Unidos se ha relacionado con este tipo de centros. Algunos organismos causantes de trastornos diarreicos, como Giardia lamblia, que provoca giardasis, son extremadamente infecciosos. 
Los brotes pueden presentarse tanto en centros que prestan servicio a poblaciones acomodadas como en los que se dedican a zonas desfavorecidas (Polis y cols. 1986). Ciertas infecciones (como la rubéola y el citomegalovirus) pueden resultar especialmente peligrosas para las mujeres embarazadas y las que planean tener hijos, debido al riesgo de deficiencias de nacimiento causadas por el virus. Los niños enfermos pueden propagar enfermedades, al igual que los portadores asintomáticos. Las vías de exposición más comunes son fecales-orales y respiratorias. Los niños de corta edad suelen tener hábitos de higiene deficientes. Los contactos de la mano con la boca y de los juguetes con la boca son habituales. La manipulación de juguetes y alimentos contaminados es otra forma de entrada. Algunos organismos pueden sobrevivir en objetos inanimados durante largos períodos de tiempo, que van de horas a semanas. 
También los alimentos pueden constituir un vector portador si las personas que los manipulan están enfermas o sus manos están contaminadas. La inhalación de gotículas respiratorias en suspensión en el aire producidas por estornudos o toses realizados sin protección como pañuelos de papel pueden provocar la transmisión de infecciones. Estos aerosoles atmosféricos pueden permanecer suspendidos en el aire durante horas. El personal de las guarderías que trabaja con niños menores de tres años, sobre todo si todavía no han aprendido a utilizar los sanitarios, está expuesto a un riesgo mayor, en especial al cambiar y manipular pañales usados y contaminados por organismos portadores de enfermedades. 
Las medidas de precaución consisten en la disposición de las instalaciones convenientes para el lavado de manos; la higiene regular de esta parte del cuerpo entre niños y trabajadores; el cambio de pañales en áreas designadas al efecto y sometidas a desinfecciones periódicas; la evacuación de los pañales usados en recipientes cerrados y cubiertos de plástico que se vacíen a menudo; la separación de las áreas de preparación de los alimentos del resto de zonas; el lavado frecuente de juguetes, áreas de juego, mantas y otros artículos que pueden contaminarse; una ventilación apropiada, la consecución de índices adecuados de número de niños por cuidador, lo que permite una aplicación correcta de los programas de higiene; la formulación de una política de exclusión, aislamiento o restricción de los niños enfermos, dependiendo de la dolencia; y la adopción de las políticas de baja por enfermedad pertinentes para que los trabajadores enfermos puedan permanecer en su domicilio.

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