viernes, 10 de enero de 2014

Demolición con bola

La forma más común de demolición (y, si se hace adecuadamente, en muchos aspectos la más segura) es derribar a bolazos, usando una bola de acero u hormigón suspendida del gancho de una grúa con un brazo bastante fuerte para resistir los esfuerzos especiales impuestos por el golpe de la bola. El brazo se mueve hacia los lados y la bola se lanza contra el muro a demoler. El riesgo más importante consiste en que la bola se quede atrapada en la estructura o en los escombros, y luego tratar de liberarla tirando con el gancho de la grúa. Ello produce una gran sobrecarga en la grúa y, o bien el brazo de la grúa o el cable se pueden romper. Puede ser necesario que un obrero trepe hasta donde se ha quedado acuñada la bola para liberarla. Sin embargo, esto no se puede hacer si hay peligro de que esa parte del edificio caiga sobre el obrero. Otro riesgo asociado con operadores de grúa menos expertos es dar golpes demasiado fuertes con la bola, los cuales pueden originar la caída accidental de partes del edificio que no estaban programadas.

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