Los trabajos junto al agua o dentro del agua, tal como el mantenimiento
y construcción de puentes, el trabajo en dársenas y los
trabajos de defensa de orillas marítimas y fluviales presentan
riesgos singulares. El riesgo se puede ver incrementado si el agua
está en movimiento o es afectada por las mareas, en oposición a
las aguas quietas; el rápido movimiento del agua dificulta el
rescate de los que se caen en ella. Las caídas en el agua presentan
el riesgo de ahogamiento (incluso en aguas poco profundas, si la
persona se lesiona al caer, además de hipotermia si el agua está
fría, e infección si el agua se encuentra contaminada).
La primera precaución para evitar que los trabajadores
caigan es asegurarse de la existencia de pasarelas adecuadas y
zonas de trabajo con barandillas. No se permitirá que estas estén
húmedas y resbaladizas. Si no es posible el uso de pasarelas,
como tal vez en las primeras fases de montaje de la estructura
metálica, los obreros deberán llevar cinturón de seguridad
y cuerdas amarradas a puntos de anclaje seguros. Estos deberán
ser complementados con redes de seguridad tendidas bajo el
lugar de trabajo. Se deberán habilitar escaleras y sogas de
amarre para ayudar a los obreros que caigan a salir del agua,
como por ejemplo en los bordes de las dársenas y de diques de
defensa marítima. Mientras los obreros estén en una plataforma
desprotegida de barandillas adecuadas o se desplacen para ir o
regresar del lugar de trabajo, deben llevar chalecos salvavidas.
Las boyas de salvamento y las amarras de rescate deberán colocarse
en intervalos regulares a lo largo de la orilla.
La construcción de muelles y el mantenimiento de ríos y
diques marítimos implica a menudo el uso de barcazas para
transportar los aparejos de pilotar y las excavadoras que retiran
los productos del dragado. Tales barcazas equivalen a plataformas
de trabajo y deberán llevar unas barandillas adecuadas,
salvavidas y sogas de amarre y salvamento. Se deberá habilitar
un acceso seguro desde la playa, muelle u orilla del río en forma
de pasarelas con barandillas. Estas se dispondrán de modo que
se acoplen con seguridad a los niveles cambiantes de las mareas.
También habrá disponibles botes salvavidas, equipados a
bordo con amarras y boyas y sogas de rescate. Si el agua está fría
o en movimiento, los botes deberán tener una tripulación
permanente, y deberán tener motor y estar prestos para efectuar
una misión de rescate inmediatamente. Si el agua está
contaminada por efluentes o alcantarillado industrial, deberán
establecerse mecanismos para transportar a los que caigan a un
centro médico o a un hospital para su inmediato tratamiento.
El agua en las zonas urbanas se puede encontrar contaminada
por la orina de las ratas que pueden infectar excoriaciones
abiertas de la piel, causando el mal de Weil.
Los trabajos sobre el agua se ejecutan a menudo en lugares
que suelen estar sujetos a fuertes vientos, lluvia penetrante o
heladas. Estas circunstancias aumentan el riesgo de caídas y la
pérdida de calor. El tiempo severo puede causar la parada del
trabajo, incluso en medio de un turno; para evitar una excesiva
pérdida de calor puede ser necesario complementar las ropas de
protección al frío o las normales impermeables con ropa interior
térmica.
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