Muchos de los trabajos de acabado en un edificio conllevan el uso
de materiales que incrementan en gran medida el riesgo de
incendio. La estructura base puede estar formada por acero relativamente
no inflamable, hormigón y ladrillo.
Sin embargo las
empresas de acabado introducen la madera, tal vez el papel,
pinturas y disolventes.
Al mismo tiempo que se realizan los acabados interiores, se
pueden estar ejecutando trabajos con herramientas de motor
eléctrico, o tal vez la instalación eléctrica. Casi siempre existe
una fuente de ignición por vapor o materiales inflamables
usados en los acabados. Muchos incendios muy costosos
han estallado durante la ejecución de los acabados, poniendo a
los obreros en peligro y generalmente dañando no sólo los
acabados del edificio, sino incluso la estructura. Un edificio en
fase de acabado es un núcleo cerrado en el cual, posiblemente,
centenares de obreros estén usando materiales inflamables.
El contratista principal debe asegurar que se establecen las
disposiciones adecuadas para facilitar y proteger las vías de
escape, para mantener las rutas de acceso libres de obstrucciones,
para reducir la cantidad de materiales inflamables almacenados
y en uso dentro del edificio, para alertar a los
contratistas en caso de incendio y, cuando sea necesario, evacuar
el edificio.
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