Acabados interiores
Si la estructura es de ladrillo o de hormigón, el acabado interior
puede requerir un revoque de yeso inicial para obtener una
superficie que pueda pintarse. El de yesero es un oficio tradicional.
Los riesgos principales son la severa fatiga en los brazos
y la espalda a causa del acarreo de los sacos de material y de las
placas de yeso y, luego, el proceso real de aplicar el revoque, especialmente
cuando el operario trabaja en el techo. Después del
revoque, los paramentos pueden pintarse. En este caso, el riesgo
proviene de los vapores despedidos por los disolventes y a veces
por las mismas pinturas. Si es posible deberán usarse pinturas al
agua. Si se usan pinturas de base disolvente, las habitaciones
deberán estar bien ventiladas, si es necesario por medio de ventiladores.
Si se usan materiales tóxicos y no se puede establecer una
ventilación, los operarios deberán usar protección individual y
respiratoria.
A veces el acabado interior puede precisar la fijación de revestimientos
a las paredes. Si ello implica la utilización de pistolas
para fijar los paneles al entarimado, el riesgo puede surgir principalmente
del modo de manejar la pistola. Los clavos lanzados
por un cartucho al ser disparados pueden atravesar paredes y
tabiques o pueden rebotar al golpear contra un objeto duro. Los
contratistas deben planificar su trabajo con sumo cuidado,
incluso, en su caso, impidiendo la presencia de personal en su
proximidad.
El acabado puede requerir la fijación de baldosas y losas de
diversas clases de material a las paredes y suelos. El corte de
grandes cantidades de baldosas cerámicas o losas de piedra por
medio de cortadoras con motor eléctrico ocasiona ingentes
cantidades de polvo y deberá hacerse en mojado o en un recinto
cerrado. El principal riesgo al trabajar con baldosas, incluso las
baldosas de moqueta, se deriva de la necesidad de colocarlas
mediante colas y pegamentos. Los adhesivos que se usan se
basan en disolventes y desprenden vapores que son nocivos y
que en un espacio cerrado pueden ser inflamables. Es más, los
colocadores de baldosas tienen que estar arrodillados sobre el
punto en que se desprenden los vapores. Deberán usarse pegamentos
de base acuosa. Si se utilizan pegamentos con base disolvente,
las habitaciones deberán estar bien ventiladas (con ayuda
de ventiladores), la cantidad de pegamento introducido en la
habitación debe ser la mínima y los bidones deberán ser trasvasados
a latas más pequeñas usadas por los soladores y almacenados
fuera del local de trabajo.
Si el acabado requiere la instalación de materiales de instalación
térmica o acústica, como suele ocurrir en los bloques de
apartamentos y edificios comerciales, estos pueden venir en forma de planchas o baldosas que se cortan, bloques que se
unen, entre sí o a una superficie con cemento, o líquidos que se
proyectan. Los riesgos incluyen la exposición al polvo, que
puede ser irritante y dañino. No se usarán materiales que
contengan amianto. Si se usan fibras minerales artificiales, los
operarios deberán usar protección respiratoria y ropas protectoras
para evitar irritaciones cutáneas.
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